La pandemia obligó a encontrarnos virtualmente para seguir adelante. El año que viene, será un nuevo escenario todavía marcado por la combinación de herramientas tecnológicas y la presencialidad. Pero el gran desafío es el acompañamiento para los que llegan por primera vez.
Volver a encontrarse. Solamente unos pocos pudieron volver a cursar en su facultad, para muchos, el 2022 será la primera vez con clases en el aula junto a sus compañeros y compañeras. Crédito: Flavio Raina.
Para muchos jóvenes que están a punto de graduarse de la escuela o que comenzaron a estudiar en estos dos años de pandemia será la primera vez que van a pisar la facultad, recorrer sus pasillos y estudiar en el aula. El sueño es el mismo para todos: un mañana mejor para ellos, sus familias y sus comunidades. Pero las dudas y las preguntas suelen ser las mismas: ¿cómo es estudiar en la universidad?, ¿cómo administrar los tiempos? y ¿cómo va a seguir todo en este nuevo mundo después de la pandemia?
Trasladándoles estos asuntos urgentes que preocupan incluso a los estudiantes más avanzados en perseguir sus objetivos, desde Educación SF consultamos con los encargados de que esta nueva experiencia que nos encontraremos sea la mejor. Miguel Irigoyen, secretario de Planeamiento Institucional y Académico de la Universidad Nacional del Litoral, y Román Llorenz, subsecretario de Bienestar Estudiantil de la Facultad de Santa Fe de la Universidad Tecnológica Nacional, nos contaron cómo será la universidad que nos espera.
Ambos entrevistados comentaron que sin duda la universidad será distinta a la que conocíamos antes de que todo cambie con la aparición del coronavirus, que nos alejó de las aulas hace casi dos años.
Miguel Irigoyen explicó que "la Universidad va a seguir funcionando plenamente. Nos vamos a encontrar con un panorama de retorno progresivo a la presencialidad y, seguramente, con algunas actividades prácticas, especialmente de docentes, que seguirán en la virtualidad, porque en términos generales dio buenos frutos el manejo de las tecnologías. Nos preparamos para afrontar distintos escenarios, pero imaginamos que algún grado de restricción se mantenga en los aforos de las aulas. Para eso, vamos a seguir manteniendo algunas precauciones, tal como ha demostrado la experiencia de distintos países que están a la cabeza de vacunación".
Y agregó: "Por las características de la pandemia, tenemos que considerar que habrá momentos de mejora, donde vamos a poder transitar con más presencia la universidad, y momentos donde puedan aparecer picos de casos que determinen mayores grados de restricción. De a poco nos hemos ido acostumbrando a esto. A medida que las condiciones lo fueron permitiendo, comenzamos a incorporar actividades presenciales, en los laboratorios, en actividades administrativas, en prácticas, en defensa de tesis y clases en las aulas. Y en ese sentido, determinamos cuáles son las materias y carreras que requieren presencialidad con más necesidad"
Román Llorenz contó que "para el año que viene esperamos contar con un mejor panorama el año que viene para volver a la facultad. La pandemia nos obligó a trasladarnos a la virtualidad para continuar con la plenitud de nuestra oferta académica. Y este año, empezamos a realizar algunas actividades presenciales, pero también continuamos la virtualidad, ya que muchos de nuestros estudiantes viven en otras ciudades y provincias".
"Cuando empecemos el 2022, esperamos poder volver a la universidad con mayor habitualidad. Para eso, estamos viendo que por ejemplo vamos a reducir la cantidad de estudiantes en las aulas. La mayoría de nuestros cursos son numerosos, de hasta más de cuarenta alumnos. Es por eso que estamos definiendo los trabajos que van a ser por grupos en la presencialidad, sobre todo lo que es laboratorio, talleres, trabajo de campo, mientras que otros grupos seguirán con un complemento de virtualidad con contenidos teóricos de forma asincrónica", agregó.
En general, los entrevistados consideraron que el sistema educativo superior mantendrá algunas actividades a distancia, mientras se empiezan a incorporar más presencialidad. A la vez, destacaron que este cambio que ocurre en el paso de la escuela secundaria al de la universidad es un universo por descubrir que lleva un tiempo de adaptación.
"Algo que quedó demostrado es que hay otras cosas no se pueden sustituir, como las prácticas. No es lo mismo estar mirando en una pantalla cómo se hace un procedimiento en una operación que estar participando en el momento, interactuando con el docente que explica. Y también están los aprendizajes no formales, que también es difícil de reemplazar porque se desdibujan cuando están mediados por la tecnología. Estar en la universidad no es sólo estudiar, que escapan al plan de estudio, como los proyectos de extensión en un barrio, los equipos de investigación dentro de un laboratorio o la actividad social y deportiva que queda relegada con la virtualidad", dijo el secretario de UNL.
A su vez, adelantó que "algunas clases teóricas continuarán por medios virtuales, donde quedan grabadas y los estudiantes las tienen disponibles para volver a verlas". "Hay que pensar que antes de la pandemia, la única posibilidad era escuchar al profesor en tiempo real y a lo sumo llevarse los apuntes anotados. Ahora, hemos incorporado el manejo de las herramientas tecnológicas que permiten mejorar la calidad de la enseñanza, y permitirle al estudiante que tenga mayor flexibilidad en sus estudios".
Para fortalecer el estudio en el nivel superior, que una dinámica menos conducida que en la secundaria, Román Llorenz ve en la virtualidad una oportunidad: "La gran mayoría de nuestras carreras estaban pensadas para la presencialidad, con el estudiante y el docente aprendiendo juntos en el mismo lugar y al mismo tiempo. Pero, ahora, tuvimos una buena respuesta a lo que fueron las clases mediadas por tecnologías. Es por eso que vamos a intentar mantener las cosas que resultaron bien a distancia, entendiendo que el proceso de enseñanza-aprendizaje en esta modalidad".
Sabiendo que los primeros años son los más difíciles, donde las inquietudes pueden derivar en el abandono de la carrera, las instituciones trabajan desde hace muchos años en programas de tutorías. Ahora con la pandemia, fortalecieron las instancias de acompañamiento.
"Disponemos de muchas instancias para acompañar en la articulación de niveles, como el área de ingreso trabaja en acercar los distintos campos del conocimiento. También buscamos hacer conocer a los estudiantes los distintos programas que la universidad tiene a disposición para acompañarlos como las becas de residencia", explicó Irigoyen, y agregó: "Por otra parte, contamos con un conjunto de becarios, que son alumnos avanzados, que trabajan tanto en el ingreso -enseñando espacios y ahora el funcionamiento de las aulas virtuales- como en las cátedras de cada unidad académica. Son llamados tutores pares, porque son estudiantes con más recorrido que pueden motivar y orientar tanto en el inicio de la carrera como hacia el final en cuanto al campo laboral".
Además, el subsecretario de UTN explicó que estos programas de apoyo se fortalecieron en el mundo virtual. "Los ingresantes suelen consultarnos sobre cómo será el cursado el año que viene. Les decimos que estén tranquilos, porque la distancia nos dificultó el trato de cercanía sobre las dudas que tiene cada uno con respecto a su carrera, y después les contamos que, con la virtualidad, fortalecimos los programas que son muy necesarios en los primeros años: sumamos más tutores e incorporamos más herramientas, como tabletas electrónicas, que permitan desarrollar mejor este apoyo académico".
Y detalló algunos de los espacios con los que cuentan: "Desde hace muchos años venimos trabajando en programas de tutoría, tanto motivacionales como disciplinares. Contamos con un fuerte programa de tutores pares, alumnos más avanzados, que acompañan a los ingresantes. También, tenemos un programa de Estudiantes Guías, donde los ingresantes tienen asignados estudiantes que están próximos a terminar su carrera, que están disponibles para aconsejarlos en cuestiones vocacionales, de asignaturas o de trámites académicos que son los que más dudas generan en los primeros años. Además, contamos con un gabinete psicopedagógico disponible para cuando hay dudas en cómo estudiar. Entendemos que las Ingenierías a veces son un poco difíciles para entenderlas, por eso apostamos también por la ayuda en cuanto a las metodologías de estudio, armado de los planes de materia y el acompañamiento emocional para los momentos de duda que pueden surgir a lo largo de la carrera".
Les trasladamos esta pregunta a los entrevistados para que dejen un mensaje a quienes están pensando en comenzar este camino:
"Los invito a soñar y pensar en el futuro, personal y social. Estudiar es un modo de contribuir a los problemas de nuestra sociedad, porque la educación es la principal política que los Estados pueden ofrecer para apostar por el desarrollo individual y el bien común. Para lo cual, hay que estar dispuesto, porque implica esfuerzo y voluntad. Sabiendo además que en muchos momentos suelen aparecer dudas y temores, pero hay que saber que son sentimientos naturales cuando nos enfrentamos a algo nuevo. Es necesario aferrarnos a la convicción y pedir ayuda cuando sea necesario, porque no siempre tenemos la llave para resolver todos los problemas", dijo Miguel Irigoyen.
"Llamamos a que se animen a estudiar. Sabemos que es una gran decisión, pero los estudios universitarios es algo que te cambia la cabeza. Empezar una carrera, aunque no se la termine, es algo que queda para siempre, porque se incorporan un montón de herramientas que van a ser útiles a largo plazo, no sólo sobre lo académico sino también desde una nueva forma de relacionarnos con los demás. Además, en el caso de la Ingeniería, si bien son carreras más difíciles, hay un enorme campo laboral disponible. Todos los días recibimos propuestas para nuestros estudiantes, profesionales recibidos y estudiantes avanzados. Así que alentamos a los jóvenes que se decidan por ser estudiantes universitarios y que apuesten por su futuro", alentó Román Llorenz.