el invitado

Jesús N. Vanzetti

CARTEZ

Últimamente los productores lecheros supimos de dos acontecimientos diferentes, que también marcan dos realidades distintas.

Por un lado, se llevó a cabo en la Pontificia Universidad Católica Argentina el 1er. Outlook Lechero Argentino, organizado por la Fundación para la Promoción y el Desarrollo de la Cadena Láctea Argentina (FunPEL), con el lema “Proyectando el futuro lácteo”, en el que se analizaron las tendencias de oferta y demanda de lácteos en el mundo. Con una economía mundial en expansión no será fácil incrementar la producción de leche en los países demandantes, por lo que necesariamente se acentuará la demanda mundial y, por lo tanto, las exportaciones lácteas.

Además, un cambio de paradigma se está dando en el mercado internacional: las regulaciones dan paso a un marco más adecuado, que incentiva la competitividad sectorial y la innovación. Es decir: la demanda logró lo que no hizo la diplomacia.

Necesitamos con urgencia una estrategia y políticas de Estado que permitan mejorar nuestra participación en el mercado internacional; lograr una Argentina lechera y exportadora consistente es el desafío. Si Argentina duerme, los demás países ocuparán sus espacios.

Por otro lado, la Mesa Nacional de Productores de Leche (MNPL) fue recibida por autoridades del Ministerio de Agricultura. Días antes la entidad presentó un documento en el que reclamaron para que se corrijan las distorsiones generadas por las políticas oficiales y se terminen los controles de las exportaciones y la manipulación de los precios mayoristas.

La respuesta fue una negativa al cambio y la confirmación de que continuará el actual cuadro de regulaciones, lo que a juicio de la MNPL pone en riesgo el futuro de la lechería nacional. Estas son dos realidades y, no hay dudas, las separa un abismo.