Campaña contra la tuberculosis
Se declara la guerra al bacilo
La puesta en marcha de un programa regional de control y erradicación de tuberculosis bovina en la provincia de Santa Fe en el marco de las disposiciones de SENASA impone un desafío a gran escala para el largo plazo. ¿Podremos conseguirlo?

Campolitoral
La ganadería también sufre limitantes internas. Como las bacterias, se trata de problemas difíciles de detectar a simple vista, pero cuyos efectos son altamente nocivos para el rodeo, para el bolsillo del productor, y para la salud humana. Lo que ocurre a nivel nacional con una patología como la tuberculosis bovina refleja un claro límite a la potencialidad del sector ganadero. Según SENASA, las pérdidas que ocasiona en el país rondaría los U$S 63 millones al año, siendo el principal componente la pérdida de peso en los bovinos (36%), las pérdidas en producción de leche (13%) y el decomiso en frigoríficos y mataderos (10%). Por eso, el organismo aprobó, por medio de la Resolución 128/2012, un nuevo Plan Nacional para el Control y la Erradicación de la Tuberculosis Bovina. En este sentido, la normativa firmada por el Dr. Marcelo Miguez -titular del organismo sanitario- explica que la enfermedad provoca perjuicios económicos en la explotación ganadera, limitando su producción y el comercio de exportación, con el agravante de tratarse de una zoonosis de muy difícil diagnóstico, altamente contagiosa para el trabajador rural.
Según datos oficiales, el total de establecimientos libres de la enfermedad (los últimos números datan de diciembre del 2009), corresponde a 7.507 (aproximadamente 4% del total en el país), de los cuales 6.561 son rodeos de leche, 817 de carne y 129 mixtos. Este número de establecimientos, comprende alrededor de 1.900.000 bovinos certificados libres.
Pioneros
Teniendo en cuenta estos factores, Santa Fe decidió ir un poco más allá, y redobló la apuesta del plan nacional con un programa que apunta alto. Luego de varias reuniones en el marco de la Comisión Provincial de Sanidad Animal (COPROSA), tanto las entidades sanitarias como de los productores cerraron filas detrás de un proyecto diseñado para las características productivas de la provincia en base a los logros alcanzados en años de trabajo previo.
Las metas trazadas implican evitar el riesgo de la transmisión de la tuberculosis bovina, bubalina, ovina, caprina y porcina de origen animal a la población humana; controlar y erradicar la enfermedad en los rodeos lecheros y cabañas de toda la provincia; controlar y disminuir la prevalencia en establecimientos de cría, invernada de bovinos y otras especies; aplicar el saneamiento y la certificación de los rodeos observando las condiciones establecidas por dicha resolución; establecer en una primera etapa una zona de control avanzado en los departamentos Las Colonias, Castellanos y San Cristóbal Oeste, y de control en los restantes; implementar el control del movimiento que prevenga la transmisión de infectados a susceptibles; e implementar un sistema de vigilancia epidemiológica que perdure en el tiempo. De lograrlo, a grandes rasgos, se lograrán objetivos ambiciosos: Lograr en 10 años reducir la prevalencia de tuberculosis de establecimientos en bovinos, bubalinos, caprinos, ovinos y porcinos por debajo del 10 %. Reducir en 10 años en todo el territorio de la provincia la tasa global de infección en animales al 1 %. Y finalmente, mantener operativo un sistema de vigilancia epidemiológica eficaz, que permita monitorear la evolución del plan en forma continua, valorando las alternativas de los ajustes metodológicos y auditando el sistema.
Para ello, se establecen dos grandes etapas: en la primera se prioriza difundir, capacitar y notificar a los productores los datos de frigorífico en toda la provincia; llevar a cabo acciones de control y erradicación en zonas de control avanzado, tambos y cabañas. Luego, incorporar la metodología en toda la provincia de forma paulatina. En todas las zonas, cuando haya detección de lesiones compatibles con TBC en frigoríficos y mataderos bovinos, ovinos, caprinos y porcinos, los establecimientos notificados deberán realizar en el término máximo de 30 días una prueba de tuberculina a los animales que correspondan para verificar el estatus del mismo, y en caso de tener resultados positivos, ingresar al control obligatorio, iniciando las tareas de saneamiento, al igual que los establecimientos linderos, salvo que sean libres de la enfermedad.
Generalidades de la enfermedad
La tuberculosis bovina es una enfermedad infecto contagiosa producida por una bacteria que padece dicha especie y se transmite a otros animales domésticos, animales silvestres y al hombre. Se trata de una enfermedad de riesgo profesional para trabajadores rurales: tamberos, veterinarios, trabajadores de la industria frigorífica y carniceros. Se caracteriza por el desarrollo progresivo de lesiones en distintos órganos o partes del animal llamadas granulomas o tubérculos en cualquiera de casi todas las especies. El agente etiológico causante es una bacteria (bacilo) el Mycobacterium bovis, pero también pueden contagiar al bovino otras Micobacterias como el M.tuberculosis (humano) y el complejo M.avium o MAC (aviar). En este período la lesión inicial en el órgano actúa como puerta de entrada denominado foco priamrio. Luego, los bacilos drenan por vía linfática a los ganglios linfáticos regionales donde se origina el mismo tipo de lesión. La combinación de lesiones en el órgano de entrada y en el ganglio linfático regional constituyen el complejo primario. Al disminuir las defensas del animal, se produce la diseminación, en la cual los bacilos dan origen a granulomas en los órganos donde se detienen; la diseminación de las lesiones se puede realizar por vía linfática, sanguínea o por contacto seroso. En el caso de la diseminación por vía sanguínea los focos de infección se producen sobre todo en los pulmones, riñones, hígado y bazo.



Detección y control. En la manga y el frigorífico, se trabaja para monitorear la presencia de la enfermedad. Foto: Gentileza
Transmisión
Cualquier animal que haya estado en contacto con ganado tuberculoso -no importa su edad- puede padecer la enfermedad en el transcurso de su vida, aunque los animales jóvenes y las hembras son más propensos a adquirirla por factores estresantes como la preñez avanzada, parición, o alta producción lechera. La frecuencia de la tuberculosis aumenta a medida que aumenta la edad del animal. La principal fuente de infección es el bovino enfermo el cual disemina el bacilo por distintas vías. La respiratoria o aerógena, constituye en el 80 o 90 % de los casos la principal vía de contagio (al mugir el bovino elimina microgotas con 100 a 200 bacilos; al estornudar o toser produce pequeñas microgotas con 1 o 2 bacilos). La vía digestiva representa el 10 o 20 % de los casos, siendo la segunda vía de contagio (al mamar el ternero de una vaca tuberculosa o a través de la leche infectada no pasteurizada o hervida o del suelo, pasto o aguas contaminadas con el bacilo por heces u orines infectados). También existen otras vías de transmisión, que también hay que tener en cuenta.
Del campo a la góndola
Para Federico Berger, presidente del Colegio de Médicos Veterinarios, el tema va más allá de la sanidad animal: se trata de la salud de todos nosotros. “Es una enfermedad de suma importancia, sobre todo porque hablamos de una zoonosis que tiene una complejidad diagnóstica importante. Hacía tiempo que se necesitaba un marco legal que permitiera trabajar a nivel nacional y provincial”, destacó. Para Berger, esto va a sentar la obligatoriedad del trabajo, porque estas enfermedades tipo zoonóticas, “si no se encaran de una manera global o completa, hace que los focos remanentes sigan estando latentes. Por lo tanto, en este caso se contempla un trabajo masivo en todos los establecimientos. Si bien en un comienzo es para tambos y cabañas, pasado cierto tiempo también se incluirá en establecimientos de cría e invernada”, se explayó. Claro que no será nada fácil. Se trata de un camino que presenta algunas zonas grises, pero que hay que comenzar a transitar. “Es un desafío nuevo, que implicará ir resolviendo cuestiones concretas a nivel de la COPROSA y del Ministerio de la Producción. Hay que trabajar en disminuir la prevalencia, porque vimos estadísticas que muestran que en los 19 departamentos de la provincia hay reaccionantes positivos en faena. Esto no quiere decir que la prevalencia sea muy alta, pero no hay que dejar pasar la oportunidad para combatir a una enfermedad como ésta, sobre todo teniendo en cuenta que se transmite al hombre”, agregó.
Si bien el plan es de ejecución nacional, Santa Fe es la primer provincia que presenta un programa regional. “Esto es factible por el sistema sanitario productivo y participativo, donde cada establecimiento tiene un corresponsable sanitario y porque cada zona tiene un ente administrativo y sanitario formado por los productores del lugar, y una parte técnica integrada por los veterinarios del lugar y el SENASA local. Ese sistema permite poner en vigencia este plan rápidamente. Quienes trabajamos en producción primaria debemos entender que los alimentos llegan a una góndola, por lo que la acción del profesional veterinario es cada vez más importante, fortaleciendo este sistema único a nivel nacional y de Latinoamérica”, remarcó.
Mover o no mover
Pedro Torres, jefe del programa de tuberculosis de SENASA, destacó que su presencia en Santa Fe es a los fines de participar de la 12º Jornada de Reacreditación del Colegio de Médicos Veterinarios. “La provincia elaboró su programa regional, obligatorio en tambos bovinos, ovinos y caprinos, y también las cabañas de los rodeos de cría. Esa obligatoriedad trae aparejada dentro del programa regional ciertas características a evaluar, cosa que la provincia ya ha hecho, y estamos acá para comunicar y difundir todos los elementos que competen a las acciones del veterinario acreditado. El productor tiene un año para implementarlo, con los consiguientes consecuencias en el caso de no adoptarlo, sobre todo en la imposibilidad de mover hacienda”, advirtió. Para Torres, el tema es inexorable. “Estamos hablando de la cuenca lechera más grande del mundo, y sabemos que esta enfermedad afecta esos rodeos sobremanera. Por eso tratamos de tener una visión a futuro, sobre todo teniendo en cuenta que es una zoonosis”, remarcó.
Para la Dra. Ana Canal, docente universitaria y miembro de la COPROSA, “los productores ahora tienen la obligación de tomar medidas concretas”. En esta comisión desde hace años vienen trabajando el tema de manera voluntaria, “pero como Argentina es un país que produce carne y leche y las exporta al mundo, debe trabajar para revertir una realidad donde la enfermedad se manifiesta de forma extendida. Por eso, a partir del 1º de junio de 2013, todos los productores deben inscribirse, presentar una prueba tuberculínica e iniciar actividades de saneamiento o certificación, de acuerdo a las exigencias de las diferentes zonas. En caso contrario va a haber bloqueo de movimiento al querer emitir un DTA o DTE en las Oficinas Locales del SENASA.

Referente. Pedro Torres, Jefe del Programa de Tuberculosis de SENASA destacó el estatus sanitario alcanzado por Santa Fe.
Foto: Campolitoral
A tener en cuenta
Antes del 01/06/2013 los productores tamberos y cabañas de todo el país deberán inscribir su establecimiento en los Entes (Santa Fe) y oficinas de SENASA (resto del país), presentando la prueba tuberculínica correspondiente (animales desde los 3 meses en leche y desde los 12 meses en carne). Para implementar le plan nuestra provincia tiene 1.300 veterinarios inscriptos, y a nivel nacional la cifra asciende a 7.000 profesionales. Todo animal que dé positivo deberá ir a faena.
Mayor control
Por otra parte, el programa -además de la vigilancia epidemiológica en los frigoríficos- ha implementado otra metodología de vigilancia en tambos que es un análisis de PCR en leche de tanque, a través de estudios conjuntos que se vienen realizando en el Ministerio de la Producción en forma conjunta con INTA Castelar. Vale destacar que este método será utilizado como apoyatura para corroborar el estado de los tambos, pero no para la certificación sanitaria.