El edificio del teatro

Declarado Monumento Histórico Nacional en octubre de 1995, el magnífico edificio del teatro es de estilo renacentista español y reproduce en su frente la fachada de la Universidad de Alcalá de Henares, la ciudad natal de Cervantes, donde éste cursó sus estudios. La obra ideada por María Guerrero es concretada por los arquitectos Fernando Aranda y Emilio Repetto, y en su interior y exterior tiene otras reproducciones de arquitectura española. Las rejas, puertas, azulejos, losetas del piso, espejos, lámparas, faroles, damascos, tapices, los sillones de terciopelo rojo, son fabricados expresamente en distintas ciudades de España por artesanos especialistas. El telón de boca tiene bordado el escudo de la ciudad de Buenos Aires al que sirve de marco un águila coronada con cuatro aguiluchos debajo, blasón de la ciudad según su fundador Juan de Garay en 1580. Este último es el emblema de la madre patria, hermanándose el presente y el pasado, y está elaborado en la Real Fábrica de Tapices. La pintura del cielorraso de la sala, que copia la torre de Murcia, es del artista escenógrafo Salvador Alarma de Barcelona. Se instalan la maquinista y las luces más avanzadas; tiene 31 camarines y dos amplios salones para comparsas; un servicio de calefacción y agua caliente para escenario y camarines. María y Fernando tienen un departamento-habitación comunicado con el escenario; las primeras figuras disponen de saloncitos de conversación y tocadores independientes, y además hay dos amplios vestíbulos para los artistas y sus visitantes. Todos los detalles son objeto de cuidadoso estudio y realización.
Pero la obra resulta tan costosa, que el patrimonio de los artistas no alcanza para cubrir los gastos. Para finalizarla deben recurrir a créditos hipotecarios, y a la venta de buena parte de los palcos bajos en propiedad, adquiridos por la clase alta porteña, que contribuye con una importante suma.