El punto que se trajo es injusto, pero...
Colón fue menos, salvo “a la hora de los bifes”
Los sabaleros jugaron mal el primer tiempo, fueron superados, mejoraron en el segundo y aprovecharon la esperanza de vida que les dejó Lanús.

Patrón en las dos áreas. Maximiliano Pellegrino se metió en el corazón del área, aprovechó que Braghieri lo soltó y cabeceó el centro de Tomás Costa. Fue el gol que le dio a Colón un punto de oro en un partido que le fue negativo en el trámite. Foto: Jano Colcerniani
Enrique Cruz (h)
(Enviado Especial a Buenos Aires)
Uno tiene la sensación de que se lo está subestimando a Colón. Casi me animo a decir que en demasía. El equipo no juega bien cuando tiene la pelota, no tiene esa tan mentada “identidad” de la que tanto habla el técnico, pero no pierde. Más todavía, Colón no pierde esos partidos que seguramente se le complicaban más de lo debido en otras temporadas. Pasó anoche de la misma forma que había ocurrido el martes pasado ante los sanjuaninos. En otros torneos, el partido del martes se perdía y el de anoche también, pero por goleada. Es cierto también que la gente viene con un arrastre de campeonatos que no han sido buenos y de expectativas que se frustraron, como la de la temporada pasada. También es cierto que se perdió el clásico, con todo lo que eso implica en el humor de la gente. Pero si Colón ganaba quedaba segundo; y empatando, quedó tercero. El objetivo de pelear arriba se está consiguiendo. Y si bien no se juega todo lo bien que la gente pretende, los resultados hoy son aceptables.
La pregunta es: ¿quién juega bien en el fútbol argentino?, ¿Lanús?, puede ser. Pero ayer tuvo todo para ganar, pudo aumentar las cifras y terminó empatando. Entonces, ¿se puede decir que juega bien un equipo que comete errores gravísimos a la hora de liquidar un partido? Jugar bien es tener orden, ser confiable defensivamente, tener un estilo de juego definido y variantes para atacar. Pero jugar bien también es tener contundencia en la zona donde se definen los partidos. Y esto es en las áreas, donde Colón ayer no fue superado por Lanús. En todo lo demás, el rival fue superior. Pero en el momento de los “bifes”, consiguió lo que quería. ¿Injusticia?, sí, contundentemente. Pero se repite el viejo adagio futbolero: “Los goles no se merecen, los goles se hacen”.
Patinaje sobre hielo
Esta costumbre adquirida en el fútbol argentino de andar regando las canchas antes del comienzo de los partidos, otra vez le jugó una mala pasada a Colón. El martes fue el propio Colón (pedido de los jugadores), quien decidió regar su campo de juego y costó una barbaridad hacer pie. El que más lo sufrió fue Raldes. Anoche pasó lo mismo. Tanto que en el mismo arranque del partido, un Lanús frontal, agresivo y directo se encontró con un gol tempranero que le cayó como baldazo (usando la paradoja del agua) a Colón.
Jugó mal Colón en el primer tiempo, pero no sólo en el mediocampo. La gran preocupación fue atrás, porque lo mejor que traía Sciacqua como carta de presentación de su equipo era la solidez para defenderse. Candia, bastión indiscutible en otros partidos, perdía y perdía con Regueiro; lo propio le pasaba a un Urribarri complicado en el otro costado con Valeri. Y en el medio, el único que paraba algo era Prediger.
Ese cuadro de situación, totalmente negativo, se prolongó durante todo el primer tiempo. Y fue porque el equipo jamás encontró una línea de juego en la mitad de la cancha. Impotencia de Luque por izquierda, absorbido por un Araujo que lo esperó y le ganó siempre en el mano a mano; en tanto que ni el retroceso de Higuaín, ni la movilidad de Moreno y Fabianesi, ni la preocupación de Costa por no quedar tan abierto sino buscar por el medio para juntarse con el resto de los volantes, fueron solución para algo que se dio en forma muy marcada durante el primer tiempo: el exagerado dominio del juego que tuvo un Lanús bien conducido a partir de la inteligencia de Camoranesi, su figura más destacada.
Creer o reventar
El tremendo pecado de Lanús fue no liquidarlo a Colón; y la gran virtud sabalera fue aprovechar el hilo de vida que el rival le dejó. Fue así de simple, porque no cambió demasiado la cuestión en el segundo tiempo. Colón mejoró un poco en defensa, pero Lanús igual le siguió creando situaciones a partir de la movilidad de Camoranesi y Pereyra; y a pesar de que se atacó más y Marchesín anduvo un par de veces a los revolcones, la producción futbolística del equipo apenas si sirvió para acercarse un poco al punto de equilibrio. Pero siempre dio la sensación de que Lanús era más.
Sciacqua sumó gente arriba. Primero puso a Leandro González para que le pueda dar el desborde por afuera que no le brindó Luque; y después entró Lesman, para formar un cuarteto de ataque junto con el Bichi, González e Higuaín. En el medio quedaron Prediger y Costa para defender, más los cuatro de atrás. Lanús se encontró de esta forma con una situación propicia para aprovechar, máxime teniendo buenos tocadores de pelota en el sector central, pero no lo hizo. Los minutos avanzaron y llegó el gol de Pellegrino, nacido en una jugada de pelota quieta. Así como el baldazo de agua fría en el arranque fue para Colón, ahora cayó más fría todavía para un Lanús que tenía chances concretas de aumentar las cifras y no lo hizo. Empate que suma, más allá de la injusticia futbolera.
Buscando identidad
Un equipo que “no juega a nada” no puede estar tercero; un equipo que “no juega a nada” no puede haber perdido sólo uno de nueve partidos. Hoy, el fútbol argentino es tremendamente competitivo por paridad pero no por niveles de juego, ningún equipo se destaca por ser bueno y jugar realmente bien. Ni siquiera Boca, que a veces lo hace y en otras sufre, como le pasó ante Argentinos Juniors, el domingo, en La Paternal.
Colón busca una identidad que todavía no encuentra. Para eso le falta administrar mejor el juego, ser más convincente en la mitad de la cancha no sólo para contener sino también para crear. Luque no anda bien, Moreno se sacrifica pero también se equivoca con la pelota y Costa tiene que dar más. Las subidas de Urribarri se dan esporádicas y no hay sorpresa por derecha, porque Candia está para marcar y no para ser un lateral de proyección. Sobre estas cuestiones trabaja Sciacqua, pero mientras tanto el equipo juega con orden, encontró cierta solidez desde que está Pellegrino en la defensa y ya no pierde partidos que antes se perdían.

El pibe no anda bien. Carlos Martín Luque tiene un año de desniveles. En el Mundial juvenil la “descosió” y fue convocado para los Panamericanos del mes que viene, pero en Colón no anda bien. En la foto, supera a Camoranesi. Foto: Jano Colcerniani
Goleó la reserva
La reserva sabalera venció por 3 a 0 a Lanús en el partido preliminar disputado en el estadio granate.
El equipo dirigido por Javier López formó con Bailo; Quilez, Fosgt, Sandrigo y Caire; Poblete, Ezequiel Gómez, Graciani y Mugni; Alario y Callejón. En el banco estuvieron Alexis Benítez, Castillo, Lugo, Alfredo Ramírez (jugó unos minutos) y Comachi. Los goles del equipo santafesino fueron marcados por Graciani, Callejo y Alario.
/// SÍNTESIS
Lanús 1
Colón 1
Cancha: Lanús.
Arbitro: Sergio Pezzota.
Lanús: Marchesín; Araujo, Izquierdoz, Braghieri y Balbi; Camoranesi, Fritzler, Pereyra, Valeri y Regueiro; Leandro Díaz. A.S.: Caranta. Estuvieron en el banco: Diego González, Ledesma y Carranza. D.T.: Gabriel Schurrer.
Colón: Marcos Díaz; Candia, Pellegrino, Raldes y Urribarri; Costa, Prediger, Moreno y Fabianesi y Luque; Higuaín y Fuertes. A.S.: Bailo. Estuvieron en el banco: Barraza, Lima y Curuchet. D.T.: Mario Sciacqua.
Goles: en el primer tiempo, a los 2 m Pereyra (L). En el segundo tiempo, a los 30 m Pellegrino (C).
Cambios: en el segundo tiempo, al comenzar, Leandro González (C) por Luque; a los 14 m Lesman (C) por Moreno; a los 24 m Pizarro (L) por Regueiro; a los 30 m Bastía (C) por Higuaín; a los 31 m Neira (L) por Camoranesi y a los 37 m Romero (L) por Pereyra.
Amonestados: en Colón, Prediger, Pellegrino y Moreno.
BAJO LA LUPA
MARCOS DÍAZ (6).- Le avisaron en el calentamiento que tenía que atajar y a los 2 minutos le marcaron un gol. Se recuperó y terminó bien.
CANDIA (5).- Complicado en el primer tiempo con los desbordes de Regueiro por su sector. Se afirmó en el complemento. Fue de menor a mayor.
PELLEGRINO (7).- Es cierto que la defensa de Colón tuvo problemas, pero fue el más firme y además marcó el gol. Se está convirtiendo en uno de los principales referentes del equipo. Bien.
RALDES (5).- Le pasó lo mismo que ante San Martín de San Juan: conspiró contra su juego el hecho de mojar el césped. Terminó bien.
URRIBARRI (5).- Sigue siendo un jugador importante. Ganó en confianza y más allá de algunos problemas en la marca, hizo un partido aceptable.
COSTA (5).- Se sigue esperando más de él. Tiene sacrificio pero le está faltando un mayor compromiso con el juego. Le metió un centro perfecto a Pellegrino en el gol.
PREDIGER (5).- Se sabe que si tiene uno al lado con más marca, se puede soltar un poco más. Es el jugador más sacrificado de Colón y eso lo lleva a extenuarse.
MORENO Y FABIANESI (5).- Otro que no se le puede reprochar sacrificio y entrega, pero a veces entra en el desorden y falta de claridad para manejar la pelota. Igualmente, le metió un centro-gol al Bichi que sacó Marchesín. Se fue lesionado en uno de sus tobillos.
LUQUE (4).- Araujo lo esperó y le ganó siempre. No está atravesando por un buen momento y le falta esa capacidad de desequilibrio que mostró en la selección.
HIGUAÍN (5).- Se tiró atrás y no le fue mal cuando entró en contacto con la pelota. Adentro del área, recibió una tapada de Marchesín tras un cabezazo de Fuertes pero el arquero le negó el gol.
FUERTES (5).- Exige siempre y ayer mostró otra dosis de coraje (como si le hiciese falta), al no dejar la cancha a pesar de haberse torcido el tobillo. Estuvo cerca del gol en dos ocasiones.
LEANDRO GONZÁLEZ (4).- Confuso y equivocado en las decisiones que tomó. Se paró como volante por derecha pero no se lo nota muy conforme en esa posición.
LESMAN (5).- Entró bien el Colo, bastante preciso con la pelota y eligiendo siempre la opción más clara para desprenderse de la pelota.
BASTÍA.- Sciacqua ordenó su ingreso cuando Colón marcó el gol y había que cerrar un poco más los caminos en el mediocampo sabalero.