Guillermo Gamboa, es alumno de la EET 455 José de San Martín
Un estudiante esperancino ganó las olimpíadas nacionales de química

En carrera. De acuerdo con los resultados obtenidos, Guillermo intervendrá en otra etapa. “Según lo entendido, en septiembre me van a llamar para participar en otra selección que derivará en viajar al Iberoamericano que se hace en Fortaleza, Brasil”, confesó Guillermo Gamboa. Foto: Corresponsalía Esperanza.
Tras ser distinguido en Córdoba, tuvo la posibilidad de participar en diferentes entrenamientos en Buenos Aires. El joven dialogó con El Litoral y compartió cómo vivió esta experiencia.
Corresponsalía Esperanza
Guillermo Gamboa es alumno de la EET 455 José de San Martín y ganó las Olimpíadas Nacionales de Química en Córdoba, hecho que le permitió participar de diferentes entrenamientos en Buenos Aires para acceder a otras instancias. En la fluidez de su charla, el joven detalla su experiencia, comparte sus inquietudes y el deseo de brindar a otros estudiantes lo que él va experimentando con sus intervenciones.
El joven contó que en 2010 participó del Nivel II Bis, que es una combinación del Nivel I con el II. En esa oportunidad, “obtuve medalla de Plata y quedé seleccionado junto a otros 25 chicos para un curso de selección y entrenamiento en la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA”.
En este sentido, aclaró que “el entrenamiento lo empecé el 1º de marzo de este año, para lo cual, me preparé con los profesores durante todo el verano en temas que debía saber para participar allá. Nos tomaron tres exámenes (dos de laboratorio y uno teórico), lo cual, incluyó tener clases en la facultad durante dos semanas. Para ello, me mudé a Buenos Aires lo que implicó estar solo, sin familia, amigos y compañeros. Luego de esto, volví a Esperanza, fui dos semanas a clases en mi escuela y esperé los resultados”.
Pasados unos días, la noticia no se hizo esperar. “Me dijeron que había obtenido un resultado muy bueno y que había quedado en segundo lugar. De esos 25, seleccionaron a los 12 mejores para ir a una segunda etapa de selección que se hizo en abril. Nuevamente me instalé en Buenos Aires y me aboqué a un entrenamiento más intensivo. Nos tomaron cuatro exámenes de laboratorio y uno teórico, para lo cual, teníamos la posibilidad de asistir a clases para hacer consultas. Obtuve un resultado de 70 sobre 100 y no me alcanzó para quedar, pero, estuve muy cerca del rango de selección”.
Al referirse a la participación, el joven señaló que del interior fueron tres estudiantes: “Uno de Jujuy, una chica de Mar del Plata y yo. Pero, ninguno pasó a la otra instancia. Lo que quiero resaltar es que fui el 7º alumno de nuestra EET, seleccionado para ir al entrenamiento, y cuando llegué sentí que estaba preparado y que sabía”, remarcó orgulloso de su formación, aunque contó que “por momentos, pensaba que los otros chicos sabían más que yo; sin embargo, tras la selección muchos de ellos ya no habían quedado”.
Presente y futuro
En la Escuela, los profesores Griselda Vázquez, Rafael Bono y Raúl Stegmayer, preparan a los chicos en un determinado nivel. “Es una mesa de tres patas, donde todos nos ayudamos mutuamente, pero cada uno tiene su grupo de alumnos. Precisamente, como vengo con información, bibliografía y temas que me dieron en Buenos Aires, voy a colaborar y a ayudar a preparar a los chicos. Siempre se formó un buen grupo de Olimpíadas, sin egoísmos ni discusiones y con unión y ganas de aprender’’, destacó Stegmayer .
Para Guillermo, “una ventaja al ir a Buenos Aires es la práctica que tenemos en el Laboratorio de la Escuela. Hay chicos que llegan de colegios nacionales que tienen Química y no laboratorio, y al momento de las instancias que debemos pasar, se nota esta diferencia”, puntualiza.
Con posterioridad a su formación en la EET, el joven va a estudiar Licenciatura en Química en la UNL “luego aspiro a hacer el Doctorado. Me gustaría dar clases en mi escuela o en alguna técnica porque siento que los profesores me dieron tanto apoyo que necesito contribuir con los alumnos: dar lo que me dieron y así también volcar mi experiencia a otros chicos. En este momento, me gusta ayudar a mis compañeros, soy un poco el profe del curso junto a otro alumno que también es olímpico”, comenta.
Además, “cuando vuelvo de Buenos Aires siento una satisfacción total, percibo el afecto de mis compañeros, de docentes y directivos, en definitiva de toda la escuela. Extraño a mi familia y a mis amigos. Por eso, el afecto es muy importante. Los profesores siempre me alentaron, incluso cuando volví y no había quedado seleccionado me alentaron y agradecieron por todo lo que hice. Es un tipo de experiencia que se da una vez en la vida y no la tenés que desaprovechar. Y yo la aproveché”, finaliza sonriente.
Para Guillermo, es importante expresar su gratitud. Por eso, “quiero agradecer a los profesores y a la escuela por su apoyo; a mi familia y compañeros que son incondicionales; a la vicegobernadora, Griselda Tessio; y al diputado, Juan Carlos Mercier que me dio un apoyo económico para poder participar y estar en Buenos Aires”.
/// el dato
Balance
Guillermo no duda en evaluar como “muy valiosa” esta experiencia. “No perdí nada en todo el proceso, sino que gané mucho, no sólo en conocimientos sino también en la gente que conocí y la experiencia que adquirí porque pude observar como es la vida universitaria, por ejemplo. Desde hace dos años estoy compitiendo en los niveles I y II y desarrollé en forma satisfactoria el hecho de participar y decir en un examen, gane o pierda, pero lo que aprendí es muy valioso”, reflexiona.