Edición del Miércoles 11 de mayo de 2011

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Y VOS... ¿EN QUÉ ANDAS? - Edición Impresa - Motores & Tendencias Motores & Tendencias

Y VOS... ¿EN QUÉ ANDAS?

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Alejandro Colussi

Periodista y conductor del programa “Una mañana de Locos” de la 91.5 FM Sol Sport.

EN UN PEUGEOT 206 ESCAPADE MODELO 2008

—¿Lo compraste porque te gustó o fue un negocio?

—No, fue porque me gustó y mucho. Me enamoré del Peugeot; tenía un Ford Fiesta y mi hermano tenía un 206. Ya había tenido experiencias no muy gratas con un Clío y al Peugeot lo manejé una vez e inmediatamente me enamoré porque es un auto totalmente distinto. Encima llegó esta versión limitada del Escapade (un off-road), que aunque financiado, me lo pude comprar.

—¿Qué es lo mejor que tiene tu Peugeot?

—No soy de andar mucho en ruta, pero es un auto muy cómodo. Sabés que no lo uso mucho, en tres años no le he hecho más de 30 mil kilómetros. Es muy suave para manejarlo y cuenta con atributos como para dejármelo por mucho tiempo.

—¿Tuviste alguna anécdota graciosa como dejar las llaves adentro o estacionar el auto en algún lugar inconveniente?

—¡Uh! Te cuento una. Una noche salí con una compañera a tomar un café y dejé el auto estacionado en la zona de la Tecnológica. En vez de café tomamos cerveza... En ese entonces estaba como “paranoico” porque había amenazas en mi contra. Bueno, estuvimos tomando algo y cuando volví a buscar el auto no estaba. Entonces retorné al lugar donde habíamos estado y les dije: “Me robaron el auto”. Hice la denuncia, se movilizó toda la policía porque yo era periodista y por lo que estaba sucediendo conmigo y demás. Pero ¿sabés que pasó? Como a las 2 ó 3 horas me llamaron desde la policía y me llevaron hasta donde estaba estacionado el auto, que eran dos cuadras antes de donde yo dije que había estacionado. O sea me olvidé dónde lo había dejado... La culpable fue la cerveza (risas). No, en serio, la verdad es que me dio una vergüenza muy grande. A partir de ese momento acepté los controles de alcoholemia, no sólo para no matar a nadie, sino que también para acordarme dónde dejo los autos.

—¿A alguno de los vehículos que adquiriste, tuviste ganas de prenderle fuego por algún desperfecto mecánico?

—¡Pero como no! Había comprado un Clío usado y tenía problemas de temperatura en el motor. Entonces cada dos por tres se me llenaba de humo, tenía pérdidas de aceite. El colmo fue que un día antes de irme a Córdoba se rompió. Encontré un taller donde me lo repararon, pero viajé muy asustado porque veía que seguía saliendo aceite, pero era un remanente que había quedado. Debo reconocer que soy un muy mal conductor, entonces no podía pisar el acelerador a fondo y me dije “otra vez problemas”. Lo llevé a un taller mecánico y se mataban de la risa. Era que la alfombra se había corrido de lugar, hacía tope y eso no me dejaba accionar el pedal...

Te cuento otra: una vez entré a una estación de servicios y el playero me preguntó ¿qué cargás? Y... gasoil le dije. ¡Dejá, el auto era naftero! Hubo que sacar el tanque de combustible y limpiarlo entero.

—¿Le sos fiel a Peugeot?

—Ahora sí. Totalmente.

—¿Sos de maltratar los autos?

—No, para nada, ya te dije que el que tengo apenas le hice 30 mil km. Ojo que tampoco soy muy detallista. Conozco gente que cuida más el auto que a su familia, pero no es mi caso. Si me encuentro con algún rayón o algo, no me preocupa mucho. Lo que más interesa es que me lleve y nada más. Mi primer auto fue un Chevrolet económico que sacó la GM y hasta le dejaba las ventanillas abiertas. Eso sí, siempre le hago todos los recambios que hay que hacerles.

—¿Cuál es el auto de tus sueños?

—Me gustaría mucho tener una camioneta 4x4. A mí me gusta el tema estético, porque de motores no sé nada. Me encantaría tener una Mercedes por ejemplo o una de esas otras, que son fantásticas. Acordate que tengo cuatro hijos y que debo tener un vehículo grande porque ahora andamos todos apretujados.

—¿Qué consejo le darías al automovilista de calle?

—Por favor, no manejen si toman alcohol. Esto no lo digo porque es políticamente correcto, sino porque lo hice. Y me di cuenta de que uno pierde los reflejos, los niveles de conciencia, como de pronto te das cuenta que frenar no es frenar o doblar no es doblar. No manejen si tomaron alcohol porque es una barbaridad y tampoco fumen mientras conducen, porque por ahí se te puede caer el cigarrillo y estás más preocupado en si se te quema alguna alfombra que en mirar el tránsito.

 



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Miércoles 11 de mayo de 2011
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