Edición del Sábado 03 de julio de 2010

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Tambo de proporciones míticas   - Edición Impresa - Campolitoral

El caso de La Ramada

 

Tambo de proporciones míticas

La nota

 

La empresa apostó a liberar hectáreas, e incluso deshacerse de las alquiladas, y confinar el rodeo. Así logró duplicar la cantidad de vacas y elevar el promedio en 4 litros por animal en menos de 2 años. También industrializan su leche.

 

Juan Manuel Fernández Federico Aguer

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La imagen es poco habitual en la cuenca tambera santafesina y sorprende por su magnitud. En primer plano, nada fuera de lo común, o al menos no tan extraordinario: una guachera con más de 200 terneros, cada uno en su estaca y muchos con su casillita de chapa individual. Pero atrás, a unos cuantos metros, cual Partenón en la Acrópolis, deslumbran las proporciones de un establo con capacidad para albergar 800 vacas en ordeñe situado en la cima de una loma artificial.

Se trata de uno de los cuatro megatambos que la firma La Ramada posee en la región y que integran un plan empresario que combina la intensificación de la producción lechera con la industrialización y comercialización a través de Corlasa, una de las usinas más jóvenes de la región.

Está claro que no se trata de un modelo que pueda estar al alcance de la mayoría, y quizás ni siquiera de la minoría, pero sí podría ser reflejo de algunas prácticas que cada tanto amagan con hacerse tendencia. Por ejemplo la del confinamiento del rodeo para optimizar el recurso tierra. O la escala para cubrirse de márgenes modestos. O bien la de integrarse hacia adelante para captar una porción mayor de la renta de la cadena.

Cambio de rumbo

Apenas dos años hace que La Ramada dio el golpe de timón y se salió del camino de producción extensiva para poner proa hacia el confinamiento. Arrancó con todo: montó en Llambi Campbell un tambo 100% estabulado bajo techo, esquema conocido como Free-Stall, con camas de arena individuales para la vacas. Pero luego la inversión pareció excesiva en relación a la productividad que podría alcanzarse bajo un esquema menos oneroso, y así fue que pasaron al sistema Dry-Lot o corral seco. Hoy tienen 3 tambos bajo este sistema, de 800 vacas en ordeñe cada uno; más el estabulado y uno como remanente del esquema pastoril anterior con 300 animales en producción.

El ingeniero agrónomo José Alonso, encargado de producción de la empresa, sintetizó los resultados obtenidos mediante el confinamiento: “la producción lechera la hemos aumentado en 4 litros por vaca individual, y la carga al doble de la que teníamos; en Rincón de Avila pasamos de tener 450 vacas en ordeñe a 820 y de 19 litros por vaca en 2008, cerramos 2009 con 23 litros, así que prácticamente pasó de 5.500 litros por hectárea de producción a 9.500/10.000”.

Pero el mayor logro, si bien el objetivo es producir más, fue el cambio de fórmula para el uso de la tierra. “Hubo una visión de la empresa de tratar de reducir costos, básicamente de alquileres que son los más altos”, dijo el profesional, por lo que se buscó concentrar vacas para incrementar la carga y mejorar la producción agrícola liberando hectáreas.

“Los campos que no necesitábamos los devolvimos”, comentó Alonso, y detalló que antes usaban alrededor de 7.000 hectáreas, de las cuales dejaron de alquilar 1.700. “De las 5.000 hectáreas útiles que quedaron se trillaron 1.000 de maíz, 1.000 de soja y las 3.000 restantes se destinaron a las 3.500 vacas en ordeñe y la recría de esos animales”, agregó el profesional.

También cabe mencionar que la inversión es distinta: el establo de Llambi Campbell, que alberga menos vacas, implicó una inversión entre 60 y 70% superior, “o sea que el costo por vaca es sustancialmente mayor”.

No es fácil

En Rincón de Ávila el esquema Dry-Lot lo componen patios techados con echaderos de tierra, con los primeros 20 metros de suelo de cal afirmado, lo que les permitió sortear el otoño húmedo. Antes era todo de tierra y, con las lluvias, la vacas se echaban en el barro generando muchos problemas de mastitis y patas.

“Nos topamos con que el manejo es más complicado en sistema abierto porque requiere mucho más logística de movimiento de bosta; la lluvia es más importante, hay barro... entonces nos comimos esa curva el primer año: el haber confiado en que es un sistema más sencillo con menos inversión inicial, pero para la vaca no es tan cómodo”, dijo Alonso sobre las diferencias entre el estabulado y los patios.

La alarma empezó a sonar en noviembre cuando empezó a llover, porque veían que se embarraban las vacas y aparecían problemas sanitarios. “Ahí definimos hacer los primeros 20 metros de suelo cal”, recordó el asesor.

El manejo no tiene grandes secretos: se barre el suelo cal todos los días, lo que “exige un poquito más de tiempo de trabajo del personal para mantenerlos limpios de bosta”. Por lo general hay 3 o 4 lotes en cada establo y 3 turnos de ordeño (3, 10 y 15.30hs).

Alonso reconoce que al principio él mismo se preguntaba para qué incrementar el personal y agregarle un problemas más a las vacas movilizándolas una tercera vez hacia el tambo, siendo que tenían una producción inicial no tan elevada. Pero a partir del encierre el consumo de alimento pasó de 18/19 kilos de materia seca a 22, y eso se tradujo en un aumento de la producción individual, que se terminó por aprovecharse más agregando el tercer turno. “Como si fuera un deportista: más lo hacés competir, más entrena, más consume, más rinde, más veloz anda”, graficó el profesional.

De haber continuado con dos ordeños “hubiéramos estado 3 litros abajo durante un año y medio”, evaluó el profesional, y remarcó que se ganaron unos 4 litros en solo 3 o 4 meses. “En una operatoria normal no hubiera subido más de 1.5/2 litros”, agregó

En resumen, se logró un incremento de hasta un 20/25% en la producción de leche con un incremento en el consumo de alimento del 15%. “O sea que se justificó el ingreso adicional de gente” , concluyó Alonso.

Objetivos claros

Gustavo Bianchi es el encargado de compras del departamento de producción primaria de CORLASA. “El flaco”, como es conocido, supera los dos metros de altura, pero habla con modestia y pausadamente. “En 2005 surge la idea de crecer verticalmente en la cadena de comercialización de la leche. Los Gonella deciden entonces procesar su propia leche y se asocian con el grupo Gloria de Perú”, recuerda.

La empresa hoy procesa 350.000 lts. propios y 150.000 de fassón. “La empresa tiene un capacidad de procesar 800.000 litros, pero lo ideal es trabajar 650, para achicar el margen de error. Si bien comenzamos como exportadores de polvo solamente, la crisis de 2008 nos obligó a replantear los objetivos. Europa dejó de comprar polvo y redireccionamos los mercados, creando nuevos circuitos comerciales. De un 100 % de polvo, exportamos ahora un 30 % y destinamos un 70 al mercado interno”, continuó.

Además, la empresa envasa polvo de uso industrial de 20 y 50 kg. para empresas de chocolates y caramelos, y se está lanzando con estuches de uso doméstico de 400 y 800 grs. con 3 marcas, pretendiendo dar denominación de origen, para llegar mejor al mercado local. “La idea es tener desarrollado el circuito de comercialización para afrontar cualquier cambio de políticas internas o externas”, agrega Bianchi.

Otro producto que desarrollan con destino 100 % exportación es el Butter Oil, que surge a partir de la crema. “Es la grasa anhídrida de crema, secada por centrifugación, de la que queda un producto aceitoso, de sabor característico lácteo y aroma agradable, el que se envasa en tachos de 200 kg. y se exporta a Rusia, Africa, y ahora algo al mercado interno en los meses de falta de leche”, nos explica.

Para Bianchi, la lechería viene sufriendo vaivenes importantes, a raíz de las inundaciones de 2007, la crisis de 2008 y la sequía, que redujo el precio de la leche. Recién en 2009 empieza a recuperarse el precio y a consolidarse definitivamente en el segundo período de 2009 la tendencia alcista que está tocando su techo. “En este período suele faltar leche un 25 % menos que en primavera, pero en este abril y mayo la producción cayó un 45 % por estos problemas”, destacó.

Según “el flaco”, hoy el precio alto no está formado por el precio de la leche en polvo internacional, sino por lo que pagan los queseros y las pymes lácteas por la materia prima. “Se espera una buena producción, los tamberos ya sembraron alfalfas, hay maíz y se espera mucha leche para la primavera. Que el precio se mantenga depende del sostenimiento del precio a nivel internacional”, aclara.

A nivel estratégico, proyectan aumentar la cantidad de tambos y procesados, “pero todo en conjunto, integrando el equipo de producción primaria con ventas, correlacionado de manera directa a lo que pida el mercado. Queremos procesar 150.000 lts. más, pero yendo paso a paso y de a poco para que el departamento de ventas marque el camino”, concluye.

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Agrandamiento. En Rincón de Avila la empresa pasó de tener 450 vacas en ordeñe a 820 y de 19 litros por vaca en 2008 a 23 en 2009.

Foto: Juan Manuel Fernández

“Los campos que no necesitábamos los devolvimos”, comentó Alonso, y detalló que antes usaban alrededor de 7.000 hectáreas, de las cuales dejaron de alquilar 1.700.

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Final de la cadena. La totalidad de la leche de los tambos se transforma en las instalaciones de CORLASA, la industria de la firma.

Foto: Archivo.

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Que no falte verde. La dieta en los corrales comprende tanto concentrados como pasturas como raigrás cortada en el día.

Foto: Juan Manuel Fernández



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