Un gran porcentaje de niñas y niños menores de 6 años manifiestan alteraciones en la comida, el sueño y la comunicación. Políticas de cuidado y salud mental en la agenda prioritaria. Y una recomendación: fortalecer aún más los programas de protección social.
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Desde el inicio de la pandemia por Covid-19, Unicef Argentina viene realizando una encuesta en hogares con niñas, niños y adolescentes para establecer el impacto de la crisis sanitaria y las medidas adoptadas por el Gobierno sobre la vida cotidiana. Este martes, en el marco de una conferencia en la que participó El Litoral, se presentaron las conclusiones de la 5ª onda del relevamiento que dejó, entre otras conclusiones, dos prioridades a atender: la primera infancia, que incluye a niñas y niños menores de 6 años, y la pérdida de ingresos en los hogares, situación que se traduce en dificultades para comprar alimentos y enfrentar deudas asumidas.
Existen, también, indicadores positivos, como el mayor cumplimiento en los controles de salud y el calendario obligatorio de vacunación -respecto de abril de 2020, cuando se hizo la primera encuesta- , la presencialidad en las escuelas y el incremento de hogares que cuentan con wifi o Internet, por mencionar algunos. Y una lectura aparte sobre la situación de adolescentes que, por un lado, recuperaron la presencialidad escolar y manifiestan tener menos miedo que meses atrás, y a la vez tuvieron que salir a buscar empleo para sumar a los ingresos familiares.
La situación de los hogares más vulnerables; la brecha de género en los ingresos, el empleo y la carga de trabajo doméstico, y la regionalización de los datos son aspectos presentes en toda la investigación.
Luisa Brumana, representante de Unicef Argentina y Sebastián Waisgrais, especialista en Inclusión Social y Monitoreo, fueron los encargados de apuntar, a través de una videoconferencia de prensa, los datos recogidos por el equipo de trabajo del organismo de Naciones Unidas.
La encuesta se enmarca en el Plan de respuesta Covid que viene desarrollando Unicef desde abril 2020, cuando se concretó la primera investigación, cuyos resultados fueron expuestos ante el presidente Alberto Fernández, luego al jefe de gabinete, ministros, autoridades provinciales, a la sociedad civil y al Congreso. "Todo esto para poner los datos de niñez en la mesa de los tomadores de decisión y para que las políticas públicas tuvieran una mirada prioritaria en niñez", sintetizó Brumana
El relevamiento se hizo sobre unos 2500 hogares representativos del país con niñas, niños y adolescentes y permitió establecer la información sobre tres cuestiones claves: situación socio económica, primera infancia "que es una de nuestras grandes preocupaciones", y situación de los hogares y la voz de los adolescentes.
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Entre las principales conclusiones se tiene que:
En el mercado del trabajo un 50 % de la población vivió alguna situación de inestabilidad laboral, cifra que trepa a casi un 60 % si se trata de mujeres.
El 62% de estos hogares se enfrenta a reducciones en sus ingresos. "Es el porcentaje más elevado de la serie que comenzó a medirse en abril de 2020. Además, este indicador muestra fuertes desigualdades: aumenta al 84% en situaciones de mayor vulnerabilidad y al 71% en hogares numerosos".
Como consecuencia, uno de cada 4 hogares mantiene alguna deuda y en aquellos con jefatura femenina, ese indicador alcanza al 30 %. Una vez más, la situación es más compleja en el NOA.
El 54 % de los hogares dejó de pagar algún servicio; el 40 % se ubica en hogares de mayor vulnerabilidad.
Toda esta situación ocurre en un momento en que "la presencia del Estado es notable", a través de la AUH, la Tarjeta Alimentar y otras transferencias: "Uno de cada dos hogares con niñas, niños y adolescentes es alcanzado por la Tarjeta Alimentar u otro apoyo alimentario y 6 de cada 10 por alguna medida de protección de ingresos.
Sin embargo, el 73 % de los hogares que reciben la AUH no llegan a cubrir la totalidad de los gastos en alimentos; en el NOA es más del 80 %.
La principal preocupación desde Unicef es la primera infancia. El 50 % de chicas y chicas menores de 6 años manifiestan alteraciones con las comidas, el 42 % con el sueño y una cifra menor, con la comunicación.
A esto se suma un tema crucial: ¿con quién dejar a los niños al momento de salir a trabajar? Allí se observa un aumento del "cuidado inadecuado", es decir, niños que quedan a cargo de un hermano o hermana mayor o directamente solos. Sólo recurre a un cuidador el 8 % de los hogares que pueden pagar ese servicio.
En cuanto a los adolescentes, si bien se observan mejoras en el estado de ánimo respecto del comienzo de la pandemia, preocupa la alta cifra (7 de cada 10) que empezó a buscar trabajo en esta etapa post
pandemia.
En definitiva, para Unicef "hay un núcleo significativo de hogares con un ingreso reducido por efecto de la pandemia y complicaciones estructurales. Esto genera que se ha perdido el ingreso en los hogares para comprar alimentos y para enfrentar las deudas que asume". Ante este panorama se plantea que "los programas de protección social deben seguir fortaleciendose" para avanzar en "respuestas universales que no sean condicionadas" de manera que "ningún hogar se quede atrás".
Cuota alimentaria
Uno de los nuevos indicadores que incorporó Unicef a la encuesta es el cobro de la cuota alimentaria. Sobre el 100 % de los hogares, hay un 40 % donde el padre de, al menos, uno de los chicos no reside en el hogar. Según el relevamiento, el 52 % de las mujeres no recibe ese dinero y el 63 % lo recibe "cada tanto". Es un dato importante que sin dudas contribuye a la vulnerabilidad de los hogares a cargo de mujeres y puede analizarse como una expresión de violencia económica.
Más allá del impacto económico de la pandemia sobre los hogares, la salud mental resulta una materia de abordaje urgente. De la 5ª encuesta realizada por Unicef surge que los adolescentes pudieron volver a un estado emocional más equilibrado luego de la fase más compleja de la pandemia. Así, se muestran con menos temores y más entusiasmados con la vuelta a clases y a la vida social. No ocurre lo mismo con la primera infancia, donde persisten alteraciones en las comidas, el sueño y la comunicación.
El tema se abordó con la cartera sanitaria nacional durante la pandemia. Pero "no hablamos solo de respuestas del sector salud -aclaró Luisa Brumana, representante de Unicef en la Argentina- sino también del apoyo a las propias familias y a los referentes en las instituciones educativas y centros de cuidado para que tengan la capacidad de atender a los estados emocionales de niños y niñas".