El ex presidente brasileño aseguró que "el hambre regresó en forma masiva a Brasil" durante la gestión del mandatario actual, Jair Bolsonaro, algo que atribuyó "al pensamiento esclavista de las clases dominantes". Además, dijo que en caso de ser electo el año que viene para volver a presidir su país, no va a gobernar para los grupos económicos poderosos, que lo tratan con cierto recelo y desprecio, sino que lo hará para la clase trabajadora.
Crédito: Archivo El Litoral
El ex presidente y líder opositor brasileño Luiz Inacio Lula da Silva afirmó que "el hambre regresó en forma masiva a Brasil" durante la gestión del actual mandatario, Jair Bolsonaro, y lo atribuyó "al pensamiento esclavista de las clases dominantes". Además, dijo que en caso de ser electo el próximo año "no gobernará para las elites económicas", que lo tratan como "indeseable", sino "para los pobres y la clase trabajadora".
"La cabeza de la elite brasileña aún es esclavista, ese es el único motivo para explicar la existencia del hambre", sostuvo Lula durante un acto en San Pablo con movimientos sociales campesinos, por el Día Mundial de la Alimentación, que se conmemora cada 16 de octubre. "¿Alguno de ustedes durmió con hambre alguna vez?", preguntó, y agregó: "Con este mal necesitamos terminar. Esta es la prioridad de este país."
Favorito en las encuestas para derrotar a Bolsonaro en las elecciones de octubre de 2022, el fundador del Partido de los Trabajadores (PT) repudió haber sido llamado "indeseable" por Pedro Passos, dueño de la multinacional brasileña de productos cosméticos Natura.
"Quiero ser indeseable para la elite porque no quiero gobernar para las elites sino para el pueblo pobre, el pueblo que trabaja y lleva comida a su su casa; recuerden que sabemos respetar mientras seamos respetados; inventan historias contra nosotros por luchar contra el pueblo", afirmó el ex presidente. Lula dijo que Natura quintuplicó su facturación durante los años del gobierno del PT.
Mapa del hambre
Por otra parte, Lula puso énfasis en que los ricos "aumentaron sus ganancias en desmedro de los pobres", tanto en Estados Unidos, como en Europa y Brasil. Tras recordar las situaciones de hambre vividas personalmente y en su familia durante su infancia y juventud, el ex presidente afirmó que la diferencia entre su pasado y la situación actual es la "falta de perspectiva para el futuro".
Lula puso como ejemplo que en gran parte de los casos la mayor esperanza es trabajar como chofer de una aplicación digital. Por eso, convocó a todos los movimientos sociales a "crear conciencia política en la sociedad", ya que, subrayó, "lamentablemente no estamos logrando crear esta indignación social".
El acto giró en torno al hambre, sobre todo tras el estudio de la entidad Red Pessan que informó que 19 millones de personas viven con hambre en Brasil y la mitad de la población, 116,8 millones, sufre algún tipo de inseguridad alimentaria. Brasil retornó en 2018, bajo el gobierno de Michel Temer, al mapa del hambre de la FAO, del que había salido en 2013. Lula recordó que el plan Hambre Cero implementado por su gobierno logró sacar de ese flagelo a 54 millones de personas.
El ex sindicalista sostuvo también que las personas necesitan dignidad y no quieren ser pobres sin futuro. "El que siente hambre no puede ni pelear por él mismo. El hambre no lleva a nadie a la revolución; lleva a las personas a la sumisión, le saca fuerza a la gente. La resistencia física lleva a la gente a luchar y el arma más importante para una guerra es el pueblo con el estómago lleno", completó.