El Senado permite que sus sesiones puedan ser vistas en su página web (senadosantafe.gob.ar) desde hace más de diez años, y nunca hubo problemas, pero siempre hay una primera vez.

La telesesión del jueves 8 de octubre fue convenientemente anunciada, como siempre, en los grupos de whatsapp que unen a la prensa oficial del Senado con los cronistas parlamentarios, pero por alguna razón técnica, por unos cuantos minutos no hubo transmisión en vivo de la sesión.

Para cuando los periodistas pudieron advertirlo (tras revisar tarde otros mensajes de aquella oficina), abrir la transmisión en facebook y tomar apuntes ya se habían leído en parte los Asuntos Entrados y se le añadían expedientes, desde las bancas virtuales de los jefes de los bloques. Obviamente, los reporteros pudieron luego revisar ese momento de la sesión –ciertamente rutinario pero no exento de algún sobre tablas- al retroceder esa grabación.

Aunque tenían desde la mañana el PDF de ese cuadernillo y se hizo todo lo posible para facilitar su trabajo, lo ocurrido no puede pasar por alto.

Durante un tiempo, la telesesión comenzó sin abrir sus barras virtuales. Los periodistas y el mundo político vinculado al Senado pudo en cuestión de minutos –con buena voluntad- superar el problema, que duró muy poco. Pero no es bueno como antecedente.

Siempre las barras deben estar abiertas, aún vacías, como tantas veces ocurre en el recinto del Palacio Legislativo. Y en las telesesiones el lugar para que el ciudadano sepa de qué se trata es la proyección en vivo en la página web oficial de la Cámara.