Tensión con Norcorea
Corea del Sur y EEUU inician su mayor maniobra aérea en la región

Un caza de combate F-16 espera su turno para despegar de la base militar de Pyeongtaek, Corea del Sur.
Foto: DPA
De la Redacción de El Litoral
Telam
Las fuerzas militares surcoreanas y estadounidenses iniciaron hoy los ejercicios aéreos de mayor envergadura hasta ahora, que fueron criticados tanto por China como por Corea del Norte.
En los cinco días de maniobras bautizadas “Vigilant Ace” (As Vigilante) participarán según fuentes militares más de 230 aviones de combate, entre ellos jets con capacidad furtiva F-35, así como unos 12.000 soldados.
Las maniobras, que durarán hasta el viernes, “reforzarán la disponibilidad” de ambos países aliados, añadieron las fuentes. Según los medios surcoreanos, también participarán dos bombarderos estadounidenses de largo recorrido B-1B, aunque esto no ha sido confirmado oficialmente.
China reaccionó hoy llamando a todas las partes en el conflicto norcoreano a actuar con contención. El portavoz del Ministerio del Exterior chino, Geng Shuang, alertó de que la situación en la península coreana es “altamente sensible”. “Esperamos que todas las partes relevantes hagan más para rebajar el conflicto y evitar irritaciones mutuas”, dijo.
En noviembre del año pasado participaron en los ejercicios anuales más de 16.000 soldados y más de 200 aviones. La semana pasada Corea del Norte llevó a cabo un ensayo con un misil intercontinental que según afirma puede alcanzar cualquier parte del territorio de Estados Unidos y que recibió una amplia condena de la comunidad internacional.
Paralelamente, el senador republicano estadounidense Lindsey Graham pidió hoy que las familias de los militares de su país estacionados en Corea del Sur abandonen el país asiático. “En vista de las provocaciones de Corea del Norte es una locura enviar mujeres y niños a Corea del Sur”, dijo Graham en declaraciones al canal CBS.
En la actualidad hay estacionados en el país unos 28.500 soldados estadounidenses. En opinión de Graham, tras la reciente prueba de un misil balístico ha aumentado el peligro de un conflicto entre su país y Corea del Norte.
El domingo, el comité norcoreano para la Reunificación Pacífica acusó a Estados Unidos y a Corea del Sur de querer “destruir por completo” su país y anunció represalias. El sábado el Ministerio de Exteriores norcoreano ya había asegurado que Washington está “pidiendo una guerra atómica”. Pyongyang acusa a Estados Unidos habitualmente de estar preparando una guerra cada vez que hay ejercicios militares.
El Ministerio de Defensa surcoreano rechazó estas afirmaciones. La maniobra “Vigilant Ace” es de naturaleza defensiva, dijo hoy el portavoz Bai Tae-hyun. Sin embargo, a la vez el ministerio subrayó que la Fuerza Aérea entrena diferentes escenarios bélicos, entre ellos golpes de precisión simulados contra instalaciones nucleares norcoreanas.
El viernes Corea del Sur expresó ya sus dudas acerca de la capacidad técnica real de su vecino para que sus misiles intercontinentales vuelvan a entrar en la atmósfera de forma exitosa tras ser lanzados.
Trump abandona el Pacto Mundial sobre Migración
Estados Unidos anunció el fin de su apoyo al Pacto Mundial para la Migración, una declaración de la ONU que busca crear un marco internacional para gestionar los flujos de migrantes y refugiados.
Así lo corroboró el secretario de Estado Rex Tillerson, porque el documento en que se basan las negociaciones es “inconsistente con la ley y la política de Estados Unidos”.
En el Pacto Mundial para la Migración de la ONU aprobado en septiembre de 2016, 193 países se comprometían a reforzar la gestión global de las migraciones, a mejorar la organización de los flujos de refugiados, proteger mejor sus derechos y fomentar su integración mediante la educación y el empleo, según la Organización Internacional para la Migración (OIM).
Tillerson dijo que mientras Estados Unidos apoya la cooperación en materia de migración cree que “es la responsabilidad primaria de un estado soberano ayudar a asegurar que la migración sea segura, ordenada y legal”.
Muchas de las cláusulas de la declaración de la ONU son inconsistentes con los principios sobre inmigración del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, comunicó la misión de Estados Unidos ante la ONU.