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La pregunta que inquieta al ser humano

¿Es posible viajar en el tiempo?

El ingeniero y matemático Vicente Fuentes, que lleva años investigando este misterio, publica: “Viajes en el tiempo. Casos reales”, en el que relata decenas de situaciones y fenómenos extraños relacionados con viajes al pasado y al futuro, que escapan a la lógica, pero tan detallados que hacen dudar a los escépticos.

 

Redacción El Litoral/EFE

Un condecorado comandante de la Real Fuerza Aérea Británica llamado Sir Victor Goddard estaba pilotando su avión biplano en el año 1935 tras haber despegado desde Edimburgo, Escocia, hacia su destino en la ciudad de Andover, en Inglaterra.

Pero una inesperada tormenta se formó delante del veterano piloto, que debió entrar en ella de lleno por no tener otro remedio. Acto seguido, el hombre perdió el control de su avión y comenzó a caer en espiral.

De repente, el avión se enderezó, la tormenta se disipó y Goddard vió un precioso amanecer que no tenía ningún tipo de sentido, ya que había partido cuando las luces del alba ya eran historia y habían pasado varias horas.

Está sobre el aeródromo abandonado de Drem. Pero lejos de ver viejas naves, en el terreno puede ver aviones que están como nuevos sobre un terreno que antes era tierra y ahora lo ocupan unas pistas de aterrizaje flamantes.

Enfoca sus prismáticos y descubre que los mecánicos van vestidos con un mono azul a diferencia de sus habituales colores marrones. ¿Dónde están las vacas pastando sobre aquellas instalaciones abandonadas, las vallas destruidas y el hangar ruinoso?

El piloto vuelve a Andover y en las alturas le espera una vieja amiga: la extraña nube tormentosa, que le envuelve de nuevo.

Goddard vuelve a la lluvia británica, al cielo grisáceo de Inglaterra y aterriza en Andover, donde le confirman que no hay actividad en el aeródromo de Drem.

Años más tarde descubriría que todo lo que había observado en 1935, tendría lugar en 1939, durante la Segunda Guerra Mundial.

Este es solo uno de los 150 casos de viajes en el tiempo, insólitos, raros y también aterradores, recopilados por el ingeniero y matemático Vicente Fuentes, en su libro “Viajes en el tiempo. Casos reales”.

Según Fuentes, los vórtices espacio-temporales son “una posibilidad a nivel científico, incluida en la teoría de la relatividad de Einstein. “La hipótesis que barajo es que estos, digámoslo así, agujeros temporales, llegan a crear efectos meteorológicos bajando la presión de vapor del agua hasta condensarla”.

“Viene a ser como una red de papas similar a las del supermercado. Cuando algo altera esa red, como las microvariaciones entre dos agujeros negros, esas ondas se transfieren por esa malla y viajan por el universo en todas las direcciones‘”, señala. “Nosotros, nuestro planeta, estaríamos en unos de los cuadraditos de esa malla y, cuando esas ondas llegan, viajan por toda la tierra hasta que se encuentran con una alteración gravitatoria o magnética natural y allí el tiempo tiende a romperse”, prosigue Fuentes.

Según este investigador, este fenómeno es transitorio y repentino, raramente se produce en el mismo sitio y viaja por todo el mundo, hasta que “rompe”, como las olas del mar, y hace que la línea temporal del testigo haga repentinamente un arco y conecte con un punto del pasado o del futuro.

Para explicar Los viajes en el tiempo este investigador recurre a la naturaleza ondulatoria del tiempo, señalando que “si la electricidad, el calor, la luz, la radiación, el movimiento de los átomos y la materia, tienen una naturaleza ondulatoria, ¿por qué no iba a ocurrir lo mismo con el tiempo?”.

“Los casos que he recopilado hablan de esa naturaleza ondulatoria con testigos, que parecen entrar dentro de la cresta de esas alteraciones y viven ese deslizamiento de forma natural, sin alteraciones, sin problemas asociados”, explica.

“Lo que podríamos denominar ‘deslizamiento natural’ sería una consecuencia de la propia naturaleza del universo, en el que todo fluye y está en movimiento y en el que en ocasiones ese movimiento o realidad que nos rodea se rompe delante de nosotros, incluyendo el tiempo”, de acuerdo con Fuentes.

El experto opina que la mayoría de los viajes en el tiempo son “fenómenos naturales localizados en un área de influencia determinada” y que quien está allí “no solo observa ese tiempo pasado y futuro, sino que huele, observa, percibe, oye y toca el mundo tal y como era o será”.



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Lunes 18 de abril de 2016
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