llegan cartas
Unión de los Barisone
JORGE GARCÍA
DNI. 13.277.168
Conocida la dolorosa noticia, me acerqué a la sala de velatorios para dejar mis condolencias a la familia Barisone. Cuántos corazones rotos... Diego era muy querido. Como religioso que soy, pocas veces vi a una multitud tan conmovida y respetuosa. No era fácil distinguir a propios de extraños. Tal vez nadie lo era. Familia, amigos, vecinos y aquellos que aprendieron a quererlo desde la tribuna.
El golpe más fuerte, la muerte, nos unía a todos. Es curioso. Esta vez no se jugaba en contra de nadie. Había un solo equipo. Unión de todos. Todos éramos Barisone. Todos estábamos juntos, como siempre deberíamos estar.
En medio de un recinto repleto de afecto como de impotencia, alcancé a saludar a sus padres. Pensé en las palabras del Salmo del pastor: “Aunque ande en valles de muerte, no temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo”. No recuerdo con exactitud las palabras que finalmente les dije. De todas formas poco importa. Sé que me llevé más de lo que pude dejar: la entereza y unidad de aquella familia sin respuestas frente a la adversidad, frente a la tragedia, aunque esta vez el foul había sido demasiado violento.
Al retirarme recordé el Padrenuestro: “Venga tu Reino”. Mientras tanto, que Dios bendiga a la familia Barisone y la sostenga en medio del dolor.