Edición del Viernes 07 de agosto de 2015

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Narcotráfico omnipresente - Edición Impresa - Opinión Opinión

Editorial

  • A pocos días de las elecciones y ante la indiferencia de muchos, afloran nuevas evidencias de narcotráfico.

Narcotráfico omnipresente

Puede que la mayoría de los argentinos haya perdido la capacidad de asombro y, casi anestesiada, no llegue a conmoverse por los hechos de trascendencia pública ocurridos durante las últimas horas y que preceden a las elecciones de este domingo. Sin embargo, no son muchos los países en los que un proceso electoral de tanta trascendencia se produce en la misma semana en la que el jefe de Gabinete de la Nación -y precandidato a gobernar la provincia más importante de la Argentina- es acusado de haber brindado protección política a una banda de narcotraficantes y de haber tenido algún tipo de vinculación con un triple homicidio mafioso.

Pero eso no fue todo. Luego de esta denuncia realizada a través de un programa de televisión y, lejos de plantear la necesidad de que el caso se investigue a fondo, la presidente de la Nación salió a brindar su apoyo explícito al precandidato sospechado.

Como si esta situación no hubiese sido suficiente, pocas horas después se produjo otro hecho sorprendente: la policía detuvo al yerno de Héctor “Toty” Flores, compañero de fórmula de la precandidata a presidente, Elisa Carrió, acusado de haber montado un laboratorio de drogas sintéticas en su casa.

El mismo Flores -quien, vale aclarar, no está involucrado en las denuncias- se encargó de explicar que su yerno ya había tenido problemas de consumo y venta de estupefacientes. El detenido fue subinspector de la policía bonaerense hasta 1994, cuando fue despedido y luego permaneció en la cárcel por tráfico de drogas hasta 1996. Además, estuvo preso de 2002 a 2007 acusado por tráfico de droga y, en el 2011, fue a la cárcel por cinco meses por la misma causa.

Aunque la sociedad argentina parece haberse acostumbrado a convivir con este tipo de noticias, debería llamar la atención que a pocas horas de estas cruciales elecciones el tema del narcotráfico esté tan presente. Sin embargo, no es así.

Y no lo es, porque la incorporación del tema del narcotráfico a la agenda cotidiana se fue produciendo de manera progresiva, sin que muchos se percataran del avance de una problemática que, desde hace ya algunos años, ha echado raíces profundas, corrompiendo y degradando a cada uno de los estamentos de este país.

Hace tiempo que la Justicia determinó que parte de la financiación de la campaña kirchnerista de 2007 tuvo un origen vinculado con la efedrina, ya que tres laboratorios que aportaron fondos para la postulación de Cristina Kirchner no pudieron justificar de dónde salió el dinero. Así lo determinó un peritaje contable realizado por expertos de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, a partir de reportes de operaciones sospechosas y evidencias en una causa en la que se investigó a esas empresas por lavado de dinero.

El laboratorio Sanford Salud, de la esposa de Sebastián Forza -uno de los asesinados en el triple crimen de General Rodríguez- aportó dinero a la campaña. Y no fue el único caso.

En julio del año pasado, la jueza María Servini de Cubría procesó a José Ramón Granero por su supuesta participación en el ingreso irregular de efedrina al país. Se trata, nada menos, de quien entre 2004 y 2011 estuvo al frente de Sedronar, el área encargada de la lucha contra la droga.

Lo paradójico es que, mientras el narcotráfico se ha convertido en una cuestión omnipresente en la vida de los argentinos, la mayoría de los precandidatos no plantea propuestas concretas sobre cómo enfrentar el problema.

A la luz de las evidencias, no parece tratarse de una casualidad.

La mayoría de los precandidatos no plantea propuestas concretas sobre cómo enfrentar el problema.



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Viernes 07 de agosto de 2015
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