De Nueva York a Buenos Aires... o París
Es ley el cambio de la sede para pagar deuda canjeada
- Diputados sancionó la norma esta madrugada, con votos kirchneristas y de aliados. La oposición advirtió que la medida no soluciona el problema de los holdouts e incluso lo puede agravar.

Las barras volvieron a ocupar su lugar en la liturgia kirchnerista, que celebró la votación de esta madrugada ruidosamente. Foto: DyN
De la redacción de El Litoral
DyN
Pasadas las 5.30 de esta madrugada el kirchnerismo y sus aliados lograron 134 votos, con 99 en contra y 5 abstenciones. Diputados convirtió así en ley el pago en el país o en Francia de los bonos de la deuda canjeada, y la revocación del Bank of New York Mellon (Bony) como agente pagador, función que ahora tendrá Nación Fideicomisos.
Junto al Frente para la Victoria votaron el Frente Cívico por Santiago (del ex gobernador Gerardo Zamora); Nuevo Encuentro (Carlos Heller); el PJ La Pampa; el Movimiento Solidario Popular y el Movimiento Popular Neuquino. A ellos se sumaron el radical Eduardo Santín, la monobloquista Ramona Pucheta y el sindicalista Omar Plaini.
La UCR, el Frente Renovador, el FAP, PRO, Unión por Córdoba, Suma+Unen y Compromiso Federal reunieron 99 votos en contra e incluso rechazaron la creación de una comisión bicameral para investigar el origen y la evolución de la deuda, con lo que estaban teóricamente “técnicamente” en contra.
Las abstenciones fueron de Claudio Lozano (Unidad Popular), Alcira Argumedo (Proyecto Sur) y Victoria Donda (Libres del Sur), mientras que Elisa Carrió resolvió irse del recinto, al igual que el Frente de Izquierda.
El debate de la propuesta oficial se inició ayer cerca de las 14 y tuvo algunos momentos de tensión cuando, desde la tribuna, insultaron y abuchearon a legisladores de la oposición, e incluso hubo un fuerte cruce entre Facundo Moyano (Cultura, Educación y Trabajo) y el ultrakirchnerista Carlos Kunkel.
La iniciativa oficial fue defendida por el diputado por el Frente para la Victoria, Roberto Feletti, también presidente de la Comisión de Presupuesto y Hacienda. Sostuvo que “esta ley debe ser apoyada por la mayoría de los bloques, porque apunta a defender la autonomía del Estado para este gobierno y para los que vengan”.
El dato
Candidatos
A las 4.35, Sergio Massa se instaló en su banca sin haber hecho uso de la palabra y tras haberse ausentado en el resto de la jornada; había llegado a la Cámara pasadas las 20.45, mantuvo contacto con la prensa pero no participó de la sesión. A las 4:51, se asomó Cobos, quien también había estado al comienzo del debate. Hermes Binner se sentó en su banca antes de medianoche y siguió la sesión desde su escaño, aunque no emitió palabra. Elisa Carrió se ausentó ayer a las 18.30, cuando finalizó su intervención y avisó que no iba a estar presente en la votación.
Alimento para los buitres
Desde el massismo, el jefe del bloque del Frente Renovador, Darío Giustozzi, enfatizó que “no sólo” el fallo del juez Griesa “ha alimentado a los fondos buitre”, sino también “la impericia, la inexperiencia y la falta de capacidad del gobierno”.
El bonaerense Miguel Bazze (UCR), vicepresidente de la Comisión de Presupuesto y Hacienda, advirtió que “a partir de esta ley estamos debilitando sin ninguna duda la posición del Estado argentino, nos estamos haciendo cargo de la responsabilidad, estamos incorporando la posibilidad de que se nos demande por no cumplir como corresponde con los contratos”.
Elisa Carrió (Coalición Cívica ARI) recordó que “cuando votaron el acuerdo con Irán me dio asco cómo aplaudieron y hoy no me quiero volver a someter a ese asco, porque ustedes no tienen derecho a someternos a la vergüenza todos los días”. La legisladora consideró que la propuesta otorga “impunidad” a la presidenta Cristina Fernández, al ministro de Economía, Axel Kicillof, y al jefe de Gabinete, Jorge Capitanich.
El macrista Federico Sturzenegger advirtió que la norma “no es el camino por el cual la Argentina va a recuperar la inversión y el empleo. Las señales que da el Estado argentino es que no está dispuesto a cumplir con las reglas del juego que ese mismo Estado se impuso”.
En cambio, Martín Lousteau (Suma+Unen) aseveró que “casi en su totalidad, es innecesaria” la ley porque “no resuelve el problema” y “corremos severo riesgo de agravarlo”.