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11.300 kilómetros de un viaje caradura

11.300 kilómetros de un viaje caradura

El 16 de enero de 2013, Mauro Martín Clausen comenzó su Abrazo Federal Argentina 2013: un recorrido por todas las provincias del país, en bicicleta.

 

TEXTOS. FLORENCIA ARRI. FOTOS. GUILLERMO DI SALVATORE Y GENTILEZA MAURO MARTÍN CLAUSEN.

“Qué tal, soy un ciclista. Estoy recorriendo el país en bicicleta, ¿usted no tiene un lugar donde comer, dormir e higienizarme? La comida corre por mi cuenta”. La situación fue la misma y se repitió en cuarteles de bomberos voluntarios y entidades de bien público de Trelew y de Viedma, en Jujuy y en La Quiaca, y hasta en Gato Colorado, Reconquista y Santa Fe. Por estas y otras tantas ciudades pasó el “viaje caradura” de Mauro Martín Clausen, el docente de 41 años que renunció a sus cátedras en Mar del Plata para cumplir su sueño: unir las 23 provincias argentinas en una travesía en dos ruedas.

Es licenciado en Comunicación Social y daba clases de esta materia en cinco escuelas secundarias. La bicicleta es su pasión: su compañera en los 25 kilómetros que recorría todos los días desde su casa al trabajo; la herramienta con que llegó a otros paisajes.

Es la cuarta vez que Mauro sale a recorrer el mundo el bicicleta. Las otras fueron de Mar del Plata a La Pampa, de Mar del Plata a La Quiaca, y también hasta Bariloche. Esas veces hizo la ida en bici y volvió en micro o a dedo. Esta vez fue la primera en completar su recorrido pedaleando. El viaje es el camino. “Es muy especial esto de andar en bici. Pensar que llegué hasta acá en bicicleta, por mis propios medios físicos, sin tomar un auto ni un colectivo, no tiene precio”, cuenta.

Como cada llegada, la de Mauro también tuvo su punto de partida. Salió de su ciudad el 16 de enero de 2013. Desde entonces, comenzó por Usuahia y se llenó los ojos un atardecer en el canal de Beagle, en Tierra del Fuego; los pulmones en las rojizas alturas de La Quiaca. En el medio, casi queda paralizado de hipotermia en Río Negro, donde una lluvia lo hostigó 70 kilómetros en la Ruta Nacional Nº 3 hasta llegar a San Antonio Oeste, y encontró una ducha caliente y una cama en los Bomberos Voluntarios. Tras pasar por Reconquista, tomó la Ruta Provincial Nº1, pasó por el Río San Javier y decidió parar en la tierra que lo abrazó en su niñez.

SU PASO POR SANTA FE

En Santa Fe, quien recibió a Mauro fue Walter, el portero del Club Unión que lo miró sorprendido la tarde del domingo 16 a las cuatro de la tarde. El club estaba desierto, pero un par de llamados rompieron varias siestas y pudieron conseguir “algo que vale oro: un techo y una cama con baño”, contó el ciclista. Venía cansado desde Reconquista, donde pasó unos días con amigos. Al llegar, decidió quedarse por cuatro días, pero le tiró la sangre, el recuerdo de los suyos, y se quedó siete.

Santa Fe es la tierra de sus abuelos, Oscar Mai y Lidia Roberts, y la ciudad donde su padre, Carlos Clausen, conquistó a Isabel Mai, su mamá. “Por eso tengo un afecto especial por esta ciudad tan linda que visito desde muy chico -contó-. Mi papá nació en Guadalupe, a tres cuadras de la Basílica; en Javier de la Rosa y Gral. Paz. Es muy lindo volver después de tantos años; la última vez que estuve fue hace una década”.

Así, en cuatro días, se reencontró con familiares y repitió “lo que más disfruto: hablar con la gente en la calle, en las plazas, empaparme de la ciudad”. Y lo hizo. Entró al campo de juego del Club Unión y jugó a atajar penales; entró al estadio de Colón y miró el campo de juego y las fotos de antiguos planteles; visitó la Costanera en domingo y se sacó fotos en el Puente Colgante. Visitó el casco histórico, sus iglesias y edificios; el Palomar y el Puente Negro; hasta que el lunes pasado tomó el Puente Carretero y siguió. Tomó la Autopista a Rosario, y siguió. Esta vez, el destino tiene sabor a regreso.

TIEMPO DE VOLVER

Mauro salió de su ciudad el 16 de enero de 2013. El “kilómetro cero”, su punto de partida, fue el Monumento a San Martín de su ciudad. Allí volverá en los próximos días, con un año y dos meses de viaje en sus pupilas y más de 12 mil kilómetros en sus pedales.

Este ciclista aventurero dice tener “todos los paisajes en la retina, todas las sensaciones en el alma”, y quizás la más profunda “esa sensación espiritual hermosa que es mirar la soledad, la nada... hasta la calidez de la provincia de Santa Fe donde hay un pueblito cada 10 km, y el frío de la cordillera. A a veces me sorprendo a mí mismo pensando ‘Pucha, y a todo esto lo hice en bicicleta”. Mauro se sabe valiente, tiene presente el esfuerzo cada vez que sus piernas impulsan las ruedas y no pierde su capacidad de asombro: “Llegué hasta acá, hasta Santa Fe; llevo 11.300 km. y ni yo lo puedo creer. A veces me agarra un bajón anímico, me replanteo el viaje y me pregunto a mí mismo qué estoy haciendo. No todos los días se le encuentra un sentido a esto. Pero enseguida le busco la vuelta y sigo para adelante. Eso es propio del deporte, siempre seguir adelante”.

Desde aquí, la ruta tiene la energía del regreso, el impulso de volver a casa. No llegó a tocar con sus pies la tierra de las 23 provincias, pero siente que cumplió su misión: “Me llené de momentos únicos y extraordinarios; ya es hora de volver. Extraño a mis padres, mi casa y mis alumnos, ya es tiempo”, aseguró.

En los próximos días, Mauro cerrará su viaje en el punto de partida, el Monumento a San Martín de Mar del Plata “donde espero que estén mis padres, mis amigos y algunos ex alumnos. Extraño mucho mi casa, ya quiero estar de vuelta”.

“Es muy especial esto de andar en bici. Pensar que llegué hasta acá en bicicleta, por mis propios medios físicos, sin tomar un auto ni un colectivo, no tiene precio”.

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Llegó a Santa Fe el domingo 16, a las 4 de la tarde. Vino por cuatro días y se quedó siete. Es la tierra de su papá y sus abuelos, visitó familiares e hizo “lo que más disfruto: hablar con la gente en la calle, en las plazas, empaparme de la ciudad”.

El “kilómetro cero”, su punto de partida, fue el Monumento a San Martín de su ciudad. Allí volverá en los próximos días, con un año y dos meses de viaje en sus pupilas y más de 12 mil kilómetros en sus pedales.

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El tramo Ushuaia - La Quiaca implicó un total de 6311 kilómetros recorridos en 104 días de pedaleo.

+datos

BITÁCORA DE VIAJE

Sus 11 mil kilómetros de travesía pueden verse en las 3 mil fotos que hicieron de su perfil de Facebook su bitácora de viaje. En algunas localidades, pasó por diferentes colegios del país, y dio charlas y mostró fotos sobre su experiencia.

En su aventura sólo lo acompaña su bicicleta, una pava carbonizada que encontró en su camino, muy poca ropa, bolsa de dormir y sus ganas de seguir pedaleando.

DOCUMENTAL

Mauro tiene la intención de hacer un documental en el futuro, con imágenes de cada uno de los lugares recorridos, de las mesas compartidas con los bomberos, en destacamentos policiales y clubes deportivos.

EN FACEBOOK

https://www.facebook.com/mauromartin.clausen



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