Edición del Sábado 29 de marzo de 2014

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Un monumento en la mira - Edición Impresa - Escenarios & Sociedad Escenarios & Sociedad

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Un monumento en la mira

Un monumento en la mira

Brazos rotos de los grupos escultóricos, trozos de mármol desprendidos, dan cuenta de un proceso ¿irreversible? de pérdida patrimonial.

 

Jorge Taverna Irigoyen

Los monumentos exaltan la memoria colectiva de los pueblos. No se emplazan para hermosear paseos o avenidas. De ahí deviene el respeto y la consideración que merecen, por sobre épocas en que la ignorancia y el desapego pueden contribuir a su agresión: desde el anónimo graffiti a la incultura de su falta de conservación.

En Buenos Aires, en el Parque Colón, entre la Casa Rosada y la circular Av. de la Rábida, estaba emplazado el monumento a Cristóbal Colón. Fue retirado el 29 de junio de 2013 por el gobierno nacional, en una medida inconsulta y unilateral. Su construcción fue impulsada por un empresario de origen italiano, Antonio Devoto, como tributo de la colectividad al país en el cuarto Centenario de la Revolución de Mayo.

Obra del escultor Arnaldo Zocchi, la piedra fundamental se colocó el 29 de mayo de 1910 y fue inaugurada en 1921 (1).

De 26 metros de altura y 623 toneladas de peso total, la escultura fue traída por partes para su emplazamiento final. La columna central está hecha en un solo bloque de mármol de Carrara y la estatua en sí y sus relieves y grupos de la base están inspirados en los versos de Medea de Sófocles: la Ciencia, el Genio, el Océano, la Civilización. Asimismo, están plasmadas las alegorías referidas al navegante: la fe y el porvenir. Cabe agregar que, dada la importancia y fuerza estética del monumento, se encargó al afamado paisajista Carlos Thays para que diseñara la plaza.

En 2008, en el gobierno de Mauricio Macri, se notificó el acuerdo por ley Nº 2.862, por el cual el gobierno nacional es autorizado a conservar y mantener el espacio. Los trabajos en el monumento comenzaron ese año, dándose información pública que los mismos correspondían a tareas de restauro y puesta en valor de la llamada Aduana Taylor. Hasta ahí los hechos. En marzo de 2013, hace un año, el gobierno nacional comunicó que el monumento a Colón sería reemplazado en su ubicación actual por una estatua de Juana Azurduy de Padilla, que donaría el gobierno de Bolivia (2). Se informó entonces que el monumento del navegante sería trasladado a la ciudad de Mar del Plata por una solicitud de la colectividad italiana, información que posteriormente fue desmentida.

Las controversias, reclamos, asambleas públicas y acciones legales que derivaron desde entonces, corrieron parejas a la continuidad de los trabajos de desmantelamiento de las piezas del monumento. Los gobiernos nacional y de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, las entidades y representaciones italianas, los organismos de defensa de los patrimonios e instituciones como la Academia Nacional de Bellas Artes y la Asociación Civil Basta de Demoler, entre otras, efectuaron los correspondientes reclamos, apoyados por las medidas cautelares con que se pronunció la Justicia. El 29 de junio de 2013 se produjo la remoción final y el 29 de septiembre, la Legislatura porteña aprobó la declaración que lo califica como “bien íntegramente de la ciudad e inhabilita la posibilidad de su traslado”.

Desde hace meses, la gran estatua de Colón yace en el suelo, padeciendo los primeros graves deterioros. Brazos rotos de los grupos escultóricos, trozos de mármol desprendidos, dan cuenta de un proceso ¿irreversible? de pérdida patrimonial.

¿Arrogancia y desprecio por la historia? Entretanto, los más diversos sitios se han barajado como opciones para el reemplazamiento: desde la rotonda de Villa Lugano y la plaza Recoleta, hasta Puerto Madero (3). Desde el plano judicial, siete entidades italianas sugieren que el asunto pase de lo Contencioso Administrativo a la Justicia Criminal.

Mientras, algunas asambleas populares comienzan a pronunciarse. Un monumento en la mira. ¡Disparen sobre el monumento!


Foto: ARCHIVO EL LITORAL

(1) Asistieron el autor, Yrigoyen y Alvear, entre otras autoridades nacionales. Habló el ministro de Relaciones Exteriores, Honorio Pueyrredón.

(2) El costo presupuestado por el donante Evo Morales supera el millón de dólares y se inauguraría el 2 de julio de 2013, fecha de la confraternidad de ambos países. La estatua de Juana Azurduy aún no entró en la etapa de fundición.

(3) El monumento requiere una perforación de seis metros de profundidad y, por su gran peso, tierras muy firmes en su emplazamiento.



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Sábado 29 de marzo de 2014
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