Decisión extrema
“Si no salgo en defensa de mi hija la mataban”
Así opinó el hombre que ayer intervino en bulevar Pellegrini y pasaje Lassaga. Tras el asalto también evitó que una multitud linchara al malviviente.

El hecho provocó conmoción entre los vecinos y ocasionales testigos. fotos: Luis Cetraro

Danilo Chiapello
“No fue justicia por mano propia. Fue la reacción de un padre que ve a su hija a merced a dos delincuentes que le estaban apuntando con un arma a la cabeza”.
La definición no tiene grises. Es contundente. Pertenece al hombre que ayer rescató a su hija de las garras de unos rufianes que la estaban asaltando en bulevar Pellegrini y Pje. Lassaga.
Relato directo
* Lo que sigue es el relato de los hechos en boca del propio protagonista (de quien por cuestiones legales haremos reserva de su identidad) en diálogo con este diario.
“Por esas casualidades yo estaba en la zona de bulevar y Francia. Mi hija había estacionado su automóvil en Pasaje Lassaga. Ella se baja del vehículo y ahí es donde veo que se le acercan dos tipos en una moto que habían estacionado al lado de ella.
A uno lo veo que estaba armado. Al otro que estaba tironeándole las cosas a mi hija.
Cuando yo veo al tipo armado, apuntándole a la cabeza de mi hija, me mando con todo. No vi semáforo ni nada. Me subí al cantero central con la intención de llevarlos (a los ladrones) por delante.
Cuando los tipos ven que yo me subo al cantero empiezan a correr hacia la moto. Entonces llevé por delante la moto, el auto de mi hija, en fin... todo un desastre.
Uno de los tipos quedó abajo de la moto y la moto debajo de mi auto. El otro salió corriendo con un arma en la mano.
Con el que quedó atrapado mi mujer se interpone y dice, “por favor sáquenlo”.
“Me gatilló dos veces”
Cuando lo sacan de abajo del auto el tipo intenta escapar. Entonces saca un revólver que tenía en la cintura. Me gatilló dos veces pero el tiro no le salió.
Fue entonces cuando nos trabamos en lucha y nos caímos al suelo. Allí recién pude sacarle el arma. La gente estaba como loca. Lo querían linchar. Hubo unos tipos que le patearon la cabeza. Entones ahí me interpuse yo y dije “basta porque lo van a matar”.
Ya para esta parte llegó el Comando Radioeléctrico y el Cobem. Lo atendieron y se lo llevaron al hospital Cullen donde creo que quedó detenido.
Quiero contar también que al rato apareció un tipo que se identificó como el padre del ladrón. Se ve que el que se escapó fue y avisó a la familia.
Atrás de este tipo aparecieron dos jovencitos en una moto y me comenzaron a amenazar. Llegaron hasta la esquina con Urquiza y sacaron un arma. La policía advirtió esa maniobra y entonces los interceptaron y se los llevaron detenidos.
Después me enteré que en el hospital Cullen armaron un lío bárbaro. Se quisieron llevar al herido desde una camilla.
También hicieron desastres en la Seccional 4ta.
Consultado sobre qué reflexión hacía de lo acontecido, el hombre no vaciló: “Si yo no salgo en defensa de mi hija estos tipos la matan. Le estaban apuntando con un arma a la cabeza. Esto no fue justicia por mano propia”, sentenció.
Informe policial
Minutos después de las 14 de ayer, efectivos de la Seccional 4ta. detuvieron a un hombre de 33 años y le secuestraron 1 revólver calibre 22 largo marca Galand, con 8 municiones de similar calibre alojadas en su tambor, como así también una moto marca Yamaha Crypton de color negro.
El procedimiento se llevó a cabo en inmediaciones de bulevar Pellegrini al 3100 donde, momentos antes, el mencionado sujeto cometió un hecho delictivo bajo amenazas con arma de fuego, en perjuicio de una mujer que transitaba por las adyacencias.
Asimismo, un hombre de 63 años de edad que sería familiar de la víctima, arribaría hasta el lugar y tras un forcejeo, lograría reducir al malviviente junto al personal actuante. Los agentes incautarían el citado armamento y los cartuchos e igualmente, harían lo propio con el ciclomotor donde se trasladaba el delincuente.
Del mismo modo, los agentes intervinientes aprehendieron a dos jóvenes de 16 y 15 años de edad que habían intentado interrumpir el procedimiento policial, mientras se conducían en una moto marca Gilera de 150 c.c..