Edición del Sábado 06 de abril de 2013

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Un fantasma sobrevuela el acuífero - Edición Impresa - Revista Nosotros Nosotros

Un fantasma sobrevuela  el acuífero

Un fantasma sobrevuela el acuífero

El fantasma del fracking ronda la provincia de Entre Ríos. La técnica de extracción de hidrocarburos es muy controvertida y los ambientalistas ya pusieron el grito en el cielo por lo que, aseguran, será la puerta de entrada a un daño irreparable.

TEXTOS. NATALIA PANDOLFO ([email protected]). FOTOS. GENTILEZA ENTRE RÍOS LIBRE DE FRACKING.

 

Las aguas comenzaron a agitarse el año pasado, cuando se estableció el Plan Hidrocarburífero de Alto Impacto, que firmaron Entre Ríos, Corrientes, Misiones, Formosa, Chaco, Santa Fe y todas las provincias de la Pampa Húmeda y la Mesopotamia, además de los distritos del sur del país históricamente ligados a este tipo de explotación.

“Nuestro gobernador, Sergio Urribarri, se contactó con Miguel Gallucio -ex ejecutivo de Schlumberger, la segunda empresa mundial de servicios petroleros y actualmente al frente de la reestatizada YPF-. Allí se comenzó a trabajar en este plan, llamado ‘de alto impacto’, y vaya si lo es”, define la diputada entrerriana María Emma Bargagna, del Frente Amplio Progresista.

“Cuando el sistema de fracturación hidráulica (‘fracking’) se implementa, no crece más el pasto y no hay más agua. No se usan sólo compuestos químicos, sino que también hay radiactividad. Las consecuencias ya vistas son: un elevadísimo porcentaje de mortandad por cáncer, problemas respiratorios graves, malformaciones, trastornos neurológicos. Esto ya se está observando en el yacimiento de Loma de la Lata, en Neuquén: los pequeños y medianos productores sufren un desastre, se les están muriendo los animales y la gente se está enfermando”, dice.

Su advertencia se replica en miles de voces que advierten sobre los daños que el fracking provoca: “Se realiza una perforación vertical de miles de metros (...) Posteriormente se fractura la roca inyectando a altas presiones una mezcla de millones de litros de agua con arena y una variedad de alrededor de 600 productos químicos muy tóxicos (...). De ese líquido inyectado se estima una recuperación que oscila entre el 15% y el 85%. Las grandes cantidades restantes de agua contaminada que quedan en el interior de la tierra migran y descargan en napas, acuíferos o ríos subterráneos interconectados con las aguas superficiales”, definen desde el movimiento Entre Ríos Libre de Fracking.

Y cuentan que, al aprobarse una ley que prohíbe el fracking en el estado de Vermont, en Estados Unidos, en marzo del año pasado, el gobernador, Peter Shumlin, declaró: “Esta ley garantizará que no inyectemos productos químicos en el agua subterránea en un intento desesperado de obtener energía. Es un gran momento. Esperamos que luego sigan otros estados. La ciencia de la fracturación es incierta en el mejor de los casos. Que otros estados sean los conejillos de indias. Que el Estado de las montañas verdes preserve su agua, lagos, ríos y calidad de vida sin contaminación”. En Francia, el movimiento ruralista hizo una campaña tan importante que logró determinar que el parlamento prohibiera el fracking en todo el territorio. Situaciones similares se dieron en Bulgaria, Dinamarca, Australia, Canadá, Sudáfrica.

Argentina, de acuerdo a las decisiones políticas tomadas hasta el momento, aparece como un conejillo de indias bastante bien dispuesto. Miguel Galluccio, CEO de YPF y experto en el tema, en junio del año pasado ante consultas de los periodistas sobre la posible llegada de firmas multinacionales se excusó de contestar “por motivos de confidencialidad”, pero adelantó: “Hay mucho interés, creo que podemos ser líderes en América Latina en gas y petróleo no convencionales”.

EL ÚLTIMO CAFÉ

En 2010 se habilitó por ley en la vecina provincia un proyecto de exploración para la explotación de hidrocarburos no convencionales. “Fue redactada por una consultora internacional en la materia, según nos manifestaron desde la Secretaría de Energía. Esa consultora ha sido asesora también de empresas de minería a cielo abierto”, dice Bargagna.

La matriz en este tema, justamente, coincide con la de la minería: le da amplias facultades al Poder Ejecutivo para negociar la exploración, las concesiones, las regalías y todo lo que tiene que ver con los hidrocarburos”, define la diputada.

Dos años después, en junio del año pasado, se modificó un Fondo especial para desarrollo energético que tiene Entre Ríos y se comprometió a la provincia a aportar más dinero, con el fin de iniciar un proceso que llevaría a determinar las áreas para una futura contratación.

Rodeada de ríos y asentada sobre el acuífero Guaraní, el tercer reservorio de agua dulce más importante de todo el mundo y condominio de cuatro naciones (Paraguay, Argentina, Brasil y Uruguay), se trata de la provincia con mayor cantidad de recursos hídricos por habitante de la Argentina. “Pero además nuestro subsuelo, el de los uruguayos, el de los correntinos, formoseños, el sur de Brasil, tendría en su roca madre este shale gas o gas de roca, que se explotaría para obtener lo que es la borra del café, lo último que le va quedando a la naturaleza”, dice Bargagna. El gas que se obtendría no es de uso domiciliario sino industrial.

“En el discurso de apertura de las sesiones del Congreso, la presidenta, con una gran ignorancia -y lo digo con todo respeto- anuncia que Argentina comenzó con este tipo de exploración como si se hubiera entrado en una etapa superior. Lo que está sucediendo es que el país ingresó en una trituradora de los bienes naturales que le quedan”, afirma la legisladora.

El FAP presentó un proyecto para prohibir en el territorio entrerriano la utilización de este método, y otro para que el gobierno convoque a un debate con audiencias públicas.

.“Que contaminemos el acuífero guaraní es un delirio, es quemar las naves en cinco años”.

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“Esto es una avanzada de las multinacionales, en un país que no les ofrece resistencia”.

/// OPINIÓN

Entre el cenit de los hidrocarburos y el cenit de la humanidad

Por Luis Lafferriere (*).

El tema del fracking, como técnica utilizada en la explotación de gas no convencional, se relaciona directamente con la forma de funcionamiento del sistema económico en el que vivimos y con las consecuencias que ha provocado esa dinámica en todo el planeta. Gran parte del consenso científico afirma que el ser humano ha superado varios de los límites planetarios, lo que pone en peligro la supervivencia de la humanidad. Entre esos graves problemas se cuenta el calentamiento global, el agotamiento de los combustibles fósiles y la creciente escasez de otros bienes esenciales para la vida como es el agua potable.

El ser humano, como cualquier ser vivo, necesita de la energía para subsistir. La energía básica del sol es la fuente de la vida, pero a partir de ella se han ido generando en la Tierra nuevas fuentes energéticas que posibilitaron el surgimiento de las diferentes especies vivas, entre ellas el hombre. Éste ha utilizado en su evolución la energía proveniente de los vegetales, de otros animales y de fuentes de energía acumuladas en diversos bienes de la naturaleza que supo aprovechar en su beneficio, como la biomasa y los hidrocarburos entre otros.

Sin embargo, con el avance tecnológico impulsado por la dinámica de crecimiento incesante que impone el sistema capitalista, en el último siglo se han ido explotando las reservas de petróleo y gas de manera irracional, por lo que en muy poco tiempo (en términos históricos) se comienzan a agotar recursos cuya formación llevó millones de años para tenerlos a nuestra disposición. Hoy, las fuentes primarias de energía disponibles que utiliza el ser humano en el planeta provienen en más del 85% de los combustibles fósiles (carbón, gas y petróleo). Algo similar sucede en la Argentina.

Los hidrocarburos se vinculan a los tres problemas mencionados antes.

Por un lado, la quema de los mismos es la fuente principal de generación de gases que agravan el efecto invernadero y aceleran el calentamiento global, proceso que para el Comité de Expertos Intergubernamentales sobre el Cambio Climático de las Naciones Unidas ya superó la barrera que conducirá a un calentamiento gradual, indetenible e irreversible. Lo que requiere un urgente y drástico recorte de la emisión de esos gases.

Por otro lado, asistimos a un período histórico de agotamiento de los combustibles fósiles, del cenit del petróleo (ya pasamos la posibilidad de expandir su extracción, mientras continúa creciendo su demanda), luego de un par de décadas el cenit del gas y luego del carbón. Frente a eso, no existe un plan B que suponga el reemplazo de ese consumo gigantesco e irracional, lo que conduce a una situación muy probable de colapso.

En tercer lugar, la sobreexplotación desenfrenada y sin ningún control de los recursos petroleros y gasíferos está conduciendo a un proceso de contaminación de magnitudes sin precedentes, no sólo del aire y de la tierra, sino también de los recursos acuíferos indispensables para la vida. Hoy son más de mil millones las personas con serias dificultades para el acceso al agua potable, y dos mil millones más beben agua de dudosa calidad y peligrosa para la salud.

Frente a este panorama, la salida que impulsan las grandes corporaciones y muchos gobiernos que se mueven al compás de sus intereses, es buscar extraer las últimas “borras” que quedan en el subsuelo para prolongar la agonía, haciendo más de lo mismo (o peor aún) con una técnica de explotación tremendamente contaminante como es el fracking o fractura hidráulica. Pero al hacerlo, está acelerando peligrosamente el camino de la autodestrucción y terminando a un ritmo sin precedentes con recursos esenciales y ecosistemas indispensables para la vida.

Por sus características técnicas y geológicas, el fracking requiere de miles de pozos por año en explotación para ser rentable y eficiente. Y cada uno de los pozos implica la inyección de alrededor de 30 millones de litros de agua, con arena y toneladas de un coctel de más de 300 químicos muy contaminantes (cancerígenos, mutagénicos, etc), que harán explotar la roca y liberarán el ansiado gas (y con ello se multiplicarán las enormes ganancias de las petroleras, a la par de la contaminación de la zona donde se explota).

Un agravante adicional se presenta en nuestra región, donde la posible reserva de gas no convencional de la cuenca del chaco-paranaense, coincide con los límites del Acuífero Guaraní, una de las reservas de agua potable más importantes del mundo. Eso significa, de no lograr frenarse los planes de explorar y explotar esos recursos en nuestras provincias, la casi segura ruina de los acuíferos, lo que conduciría a un crimen ambiental gigantesco e irreversible.

Que eso suceda o no, dependerá del compromiso y de la participación activa del conjunto de la sociedad, que puede optar entre seguir cómoda, pasiva e indiferente haciendo más de lo mismo y mirando para el costado, o asumir la responsabilidad indelegable de luchar por asegurar un futuro de vida digno para ésta y las próximas generaciones.

(*) Cr. y Mgter. Profesor Titular de “Economía” (FCEdu-UNER) y “Economía Política” (FCJS-UNL). Director del Programa de Extensión: “Por una nueva economía, humana y sustentable” (FCEdu-UNER).

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“Sería un paso tremendo, no sólo para nosotros como entrerrianos sino para toda la región. Ni hablar de las futuras generaciones”.

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En 2010 se habilitó por ley en la vecina provincia un proyecto de exploración para la explotación de hidrocarburos no convencionales.

Voces en alto

Integran el movimiento Entre Ríos Libre de Fracking: Programa de Extensión “Por una nueva economía, humana y sustentable” (Facultad de Ciencias de la Educación, Universidad Nacional de Entre Ríos); Cemupro Entre Ríos, Agmer Paraná, CTA Paraná, Junta Americana de los Pueblos Libres, Proyecto Tierra, M’Biguá, Fundavida, La Tribu del Salto, Frente Amplio Progresista, Socialistas en el FAP, bloque de Diputados FAP de Entre Ríos, partido Gen de Entre Ríos, Partido Socialista Auténtico, Partido del Trabajo y el Pueblo, PCR; Corriente Clasista y Combativa, Proyecto Sur, Coalición Cívica-ARI de Entre Ríos, Jóvenes Socialistas en el FAP, Juventud del Proyecto Sur, Agrupación de Estudiantes Sur Uader, Corriente Estudiantil Popular Antiimperialista, Ajer Filial Paraná, Foro Ambiental de Gualeguaychú, Asamblea de Autoconvocados por el Problema de la Basura en Paraná, Agmer María Grande, Foro Artiguista Entrerriano, Juventud Radical de Paraná, Unión Cívica Radical de Entre Ríos, Movimiento Socialista de los Trabajadores y Federación Agraria Argentina filial Entre Ríos.

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Desde el movimiento Entre Ríos Libre de Fracking organizan distintas campañas para dar a conocer de qué se trata el tema, y frenar su implementación.

A CUALQUIER COSTO

Por Ricardo Luis Mascheroni (*)

La problemática del fracking debería ser abordada desde distintas ópticas, tanto desde lo ambiental, social, sanitario, legal y político entre otras miradas, lo que en nuestro país no ha ocurrido.

Esta forma de producción ha generado en el mundo una fuerte polémica entre la comunidad científica, las organizaciones ambientalistas y buena parte de las comunidades locales, ya que esos sectores perciben en ella un peligro para el ambiente y la salud de las personas.

Tengamos presente que ésta es una técnica experimental, que no ha sido suficientemente investigada y cuyos resultados e impactos no son conocidos en profundidad y en toda su dimensión. Tampoco existe un marco normativo específico y se aplican análogamente las reglas de la extracción convencional de hidrocarburos, que no tienen el mismo alcance y significación.

Los informes y estudios que llegan a nuestro país muestran los riesgos de esta técnica, sobre todo desde la perspectiva de la disminución de las fuentes de agua en zonas de estrés hídrico, y la degradación y contaminación de acuíferos superficiales y subterráneos, lo que puede repercutir en la sanidad de las personas y el ambiente, sobre todo por la utilización de más de 500 productos altamente tóxicos, cuando no letales.

Además, la violencia de la fractura hidráulica puede aumentar los riesgos de terremotos.

Como agravante, en Argentina no se han hecho las Evaluaciones de Impactos Ambientales previas, en forma independiente y con la debida información y participación de las posibles comunidades a afectarse, como lo disponen las diferentes normativas al respecto.

La necesidad, que tiene cara de hereje, ha llevado a los funcionarios a apelar al fracking para tratar de paliar el déficit energético nacional a cualquier costo, dejando de lado los deberes de prevención y precaución.

En el plano global, cada día son más los países que hacen oír su voz de alerta sobre esta producción, pasando desde el establecimiento de moratorias, hasta las prohibiciones lisas y llanas.

No podemos soslayar tampoco, que Chevron, la empresa encargada de la explotación, se encuentra precedida de una larga y negra historia en cuanto a desastres ambientales producidos.

Por último, todos los impactos aparecen rigurosamente documentados en el informe “Los impactos del shale gas y shale oil sobre el Ambiente y sobre la Salud Humana”, que sirvió de base al Parlamento Europeo para alertar sobre los peligros de la fracturación hidráulica y pedir a los estados miembros ser cautos con la concesión de los permisos.

(*) Abogado, docente, posgrado internacional en Evaluación de Impacto Ambiental.



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