Tantalio
Con alambre no
Nadie habla del problema de fondo
Cuando se discute en las paritarias o se habla de subir el valor del mínimo no imponible para el impuesto a las ganancias o reformular las asignaciones familiares, sea a favor o en contra, se trate de los funcionarios del gobierno o reconocidos representantes de la oposición, o los dirigentes gremiales o los delegados de las necesarias contracaras que son las corporaciones legítimas, es insólito y hasta diría extravagante que alguna vez aborden el problema de fondo. Se trata de plantear seriamente una reforma tributaria completa. Esto significa que además de las remanidas injusticias de los jueces o las ganancias bursátiles que en realidad sólo son una parte de las inequidades, lo que se debe contemplar, si se desean eliminar privilegios que rayan en la inmoralidad, es el estudio de todas las cargas (y descargas) impositivas desde cero. Y con ello me refiero, sin abrir un juicio de valor positivo o negativo, para ninguna de las especies que menciono, a las retenciones de cualquier naturaleza, las herencias y sus anticipos, las donaciones, los legados, todo régimen de excepción que exista, el IVA en los artículos de primera necesidad, las escalas y el sistema de progresividad a aplicar en los impuestos a las ganancias, etc. Y por sobre todo, que la referencia para fijar criterios sea sin ninguna exclusión, el bien común. Que, como lo definiera el inigualable Juan XXIII, no es otra cosa que “el conjunto de aquellas condiciones de la vida social, con las cuales los hombres, las familias y las asociaciones pueden lograr con mayor plenitud y facilidad su propia perfección”. ¿Por qué no se parte desde aquí y se hacen todas las cuentas de nuevo?