Por el placer de dar

Para esta edición Nosotros decidimos rescatar cuatro acciones solidarias de las tantas que tienen a la ciudad por escenario y a la Navidad como marco de realización.

TEXTOS. REVISTA NOSOTROS.

Cada año, cuando se acerca la Navidad, en todos los rincones de la ciudad, y mucho más lejos todavía, se traman proyectos y se entrelazan voluntades detrás de un objetivo. O dos, podría decirse: llevar juguetes a niños y niñas, y compañía a quienes en estas fechas, cuando duelen las ausencias, sienten más la soledad.

Son personas que de manera individual o en grupos, con nombre propio o sin una denominación formal, muchas de manera silenciosa y anónima, desde el más profundo sentido espiritual que tiene esta fecha o simplemente por solidaridad, aportan ideas y tiempo, y logran motorizar voluntades con el único propósito de hacer felices a otras personas.

En estas páginas se cuentan cuatro experiencias, apenas cuatro de las muchas que encienden una noche con el calor del afecto por el otro, a menudo desconocido. Voluntades, más allá de los credos y tradiciones, que cargan de sentido el tan mentado ‘espíritu navideño‘, con diferentes formas de sumar.

Una mesa solidaria

Por el placer de dar

el patio del colegio inmaculada donde se concretará la convocatoria ideada por el padre marcos muiño.

Foto. Guillermo Di Salvatore

•Ni antes ni después: el 24 a la medianoche, justo en el momento en que la soledad se agiganta y las ausencias se sienten con más fuerza, las puertas del Colegio de la Inmaculada Concepción estarán abiertas para quienes no tengan con quién recibir la Navidad, o estén en la calle, o para quienes quieran hacerlo rodeados de sus seres queridos pero de una manera distinta.

“Navidad solidaria: cena de Nochebuena compartida” es el nombre que terminó de dar forma a la idea planteada por el padre Marcos Muiño a la comunidad jesuita y que fue bien recibida. Una idea que seguramente estuvo latente durante los años que separaron su infancia del momento actual y que retoma una experiencia vivida en carne propia.

“Soy de Dean Funes, una ciudad ubicada al norte de Córdoba, y cuando era chico mis padres hacían algo que entonces no entendía mucho: cuando llegaba la Navidad salían con su camioneta a buscar gente que estaba en la calle y gente sola. Los buscaban, les daban la posibilidad de bañarse, les conseguían ropa para que se cambien y compartían la cena con nosotros. Después, los volvían a llevar a sus lugares. No lo entendía entonces pero me quedó grabado en el corazón y las imágenes que tengo no me las olvido nunca”.

Aquella experiencia sumada a otras vividas con los jesuitas lo animaron a proponer esta celebración para el próximo lunes a la noche, convencido de que “las fiestas siempre son momentos en que uno recuerda a la familia, a los seres queridos que no están o experimenta la nostalgia por la familia que no se reúne”. Por eso la idea es aliviar esos sentimientos con esta reunión comunitaria.

Es que en ocasiones anteriores, se habían planteado actividades para antes del 24 o para el 25 y -cuenta el sacerdote- “me encontré con gente que me decía: ‘Cuando me siento solo, triste, con todos los recuerdos encima, es para la Nochebuena’. Entonces decidimos concentrarnos en ese momento”.

“Ojalá a la gente le pueda servir; este puede ser un lindo espacio para las personas que están solas, no solamente las de bajos recursos porque la cena es abierta a todos quienes quieran participar”, igual que la misa que se celebrará desde las 21.

En forma paralela al listado que se abrió para que se anoten quienes quieran sumarse al encuentro, se convocó en el Colegio, el Ateneo y el Santuario a voluntarios para la organización previa, para esa misma noche y para el día después. Y la posibilidad de sumar alimentos para compartir la cena.

Para el martes a la mañana habrán pasado los nervios, se sabrá cómo resultó la experiencia y si es posible repetirla en años futuros. También habrá pasado una Nochebuena diferente y -quizá para muchos por primera vez- en compañía. Y el joven sacerdote habrá puesto su grano de arena para darle forma a lo que imagina como una linda expresión de lo que puede ser el mundo.