La ciudad complicada por la sucesión de tormentas
Santa Rosa de Lima seguía sin energía y con calles anegadas
Al cierre de esta edición, había sectores del barrio que llevaban 72 horas sin suministro eléctrico. En el centro de salud y en los comercios se atendía a la luz de las velas. Los sectores bajos se inundaron por la acumulación de agua.

Sin heladeras. Los vecinos hacen las compras de lo que necesitan en el día y los comerciantes atienden a la luz de las velas. Foto: Guillermo Di Salvatore
De la Redacción de El Litoral
Esta mañana, con lo último que le quedaba a la vela que le ofrecieron a la imagen de San Expedito, los trabajadores del centro de salud de Santa Rosa de Lima (Mendoza 4519) iluminaban una sala. El resto de las instalaciones estaban a oscuras y la situación se ponía cada vez peor a medida que avanzaba la tormenta desde el oeste.
El domingo al mediodía, la energía eléctrica se cortó por el temporal y hay varios sectores del barrio que continúan sin las restitución del suministro. También hay calles inundadas por la permanencia del agua de lluvia en los sectores más bajos, como en Mendoza y Padre Quiroga. Los recorridos de las líneas de colectivos son inciertos, ya que los coches circulan tratando de evitar el agua acumulada en las zonas bajas.
“No tenemos más velas, ni luces de emergencia, ni un farol a gas”, enumeró Luisa Portillo, una trabajadora del centro de salud Mendoza Oeste. Cerca del mediodía, el personal del dispensario no tenía directivas claras sobre cómo iban a seguir atendiendo ya que ninguna autoridad de Salud se comunicó con ellos o se hizo presente en el lugar.
Por precaución habían trasladado los medicamentos que debían permanecer refrigerados al hospital de Niños Dr. Orlando Alassia y habían clausurado el baño de los pacientes porque tampoco tenían agua.
En ese sentido, Liliana Ortíz, encargada de la administración, hizo hincapié en el riesgo que significa no disponer de agua en un centro de salud. “Las enfermeras no se pueden higienizar, ni hacer curaciones, tampoco limpiar las salas y eso representa un riesgo de infecciones”, destacó, y agregó con gesto de preocupación que “ya no deberíamos estar acá”. “Si el centro está abierto es por la predisposición de los trabajadores”, dijo Jorge García, un agente sanitario.
En la escuela primaria Nº 1196 Santa Rosa de Lima (Pasaje Liniers 4649) los chicos de “tercero A” estaban en la clase de apoyo de matemática pero no se veían entre ellos. La lluvia y la falta de energía entorpeció las actividades programadas en la institución desde el lunes.
“Recién hoy empezaron a venir los chicos a las clases de apoyo porque con la lluvia no pueden salir de sus casas”, explicó la directora Margarita Seghezzo. Como tampoco había agua, cargaban los inodoros con baldes, para mantener la “higiene básica”.
Los comercios del barrio también padecieron los tres días sin energía y las velas ya no alcanzaban para iluminar los locales que a pesar de la situación seguían abiertos. “Eso te pasa por cobrar en la oscuridad”, le gritó, entre carcajadas, una clienta a Rubén Caporizz, propietario de la Distribuidora Mendoza porque le había dado mal el vuelto. El hombre se esforzaba y sin éxito para distinguir las monedas de 50 centavos de las de 25. “Es un caos trabajar así y por suerte yo no vendo ningún producto que necesite frío”, le dijo a El Litoral Caporizz.
En cambio, Luciano Balbuena, de la verdulería Doña Olga (Aguado y Mendoza), perdió toda la mercadería de hoja verde que tenía en la heladera. “Es imposible estar así, estamos cerrando a las 20 porque pasa la gente y no sabés quién es”, mencionó, parado al lado de una modesta vela.
¿Y el tornado?
A media mañana, empezó a correr la versión de que “la cola de un tornado” -un concepto que no usan los meteorólogos- se aproximaba a la ciudad (una noticia que también fue difundida por algunos medios radiales). Por eso, hubo edificios públicos y hasta universidades en los que los empleados se autoevacuaron y también hubo alertas en colonias de vacaciones y centros de salud. En realidad, desde el Centro de Informaciones Meteorológicas (CIM) de la Fich confirmaron a El Litoral que no estaban dadas las condiciones para que se produzca un tornado. Lo que sí es cierto es que en varias localidades del centro oeste de Santa Fe y de la provincia de Córdoba se midieron acumulados de lluvia muy significativos, y ese riesgo todavía está latente para la ciudad. Freyre, por ejemplo, recibió más de 250 milímetros desde el domingo, y un escenario similar se generó en Balnearia.