“El teatro es un hecho vivo”

Sandra Franzen
Hace 25 años que está vinculada con el teatro, empezó en el taller de la Universidad y ahora está dirigiendo su segunda obra. En el medio, vivió los momentos de euforia de la actividad teatral post recuperación de la democracia, la nueva oscuridad que llegó con la inundación y el actual reflorecimiento de la mano de más espacios y nuevas propuestas.
TEXTOS. NANCY BALZA.
FOTO. GUILLERMO DI SALVATORE.
EL PUEBLO, UNA MARCA. “Nací en San Jerónimo Norte y eso marca lo que hago desde la dramaturgia y la dirección. Los textos que he escrito, anteriores a éste, tienen la temática del campo, de la llanura, de los personajes prototípicos y de la historia que estos acarrean por los lugares de los que vienen. Y desde la dirección, los últimos dos trabajos que hice, ‘La chatita empantanada’ y ahora ‘Una cruz en el mapa’, transcurren en el campo. El primero en la intemperie y éste en una casa pueblerina casi rural, donde los personajes están asolados por las incidencias del campo, en este caso por las langostas. Es un afuera muy presente que tiene que ver con la realidad del campo porque cuando el clima es bueno, las lluvias son buenas, los ciclos de las cosechas son buenos, la vida es buena. Y cuando hay sequía o vienen los bichos -ahora no hay langostas-, la vida es mala. Ese afuera condiciona mucho la vida y suma al aislamiento, la soledad, a esa nostalgia siempre presente en el inmigrante porque ya se ha ido de su país y no va a volver, y porque añora eso que ya no tiene. Nosotros somos de una generación más nueva, pero de alguna forma arrastramos esa tristeza”.
LA OBRA. “Con Patricia Suarez nos conocemos desde hace un tiempo largo, habíamos hecho juntas un taller con Mauricio Kartún y después no tuvimos contacto; nos reencontramos hace alrededor de dos años Ella es muy generosa, tuvimos buena empatía y decidimos escribir algo juntas. La idea quedó ahí y después, a raíz del ofrecimiento para dirigir en la Comedia Universitaria, le propuse escribir ‘Una cruz en el mapa’. Fue una primera escritura que en el proceso de trabajo con los actores y desde la dirección se fue modificando y tomando la forma que tiene en la puesta”.
NACE UNA VOCACIÓN. “A los 18 años me fui de San Jerónimo Norte y vine a Santa Fe a estudiar Abogacía en la Universidad Nacional del Litoral. Me recibí, trabajo como abogada y tengo mi estudio. A los 20 años, por invitación de una amiga, empecé a hacer teatro. Fui al taller de la Universidad que dictaba Luis Novara y quedé maravillada para siempre: mi amiga nunca más hizo teatro y yo me quedé. Empecé con un taller de actuación y a los dos años Rafael Bruza decidió hacer un taller de dramaturgia y todos nos pusimos a escribir. Estuve entre la actuación y la escritura durante muchos años y, desde hace un tiempo, ante la necesidad de directores en el equipo de teatro Llanura al que pertenezco, decidí dirigir”.
COMO UN JUEGO “La primera obra que vi fue una de Fontanarrosa; era muy chica y me impresionó porque había títeres y teatro. Recuerdo que, de chica iba a la casa de mi abuela Matilde; ella tenía un baúl lleno de ropa que yo sacaba y me ponía, y cantaba, y bailaba y hacía mis representaciones en el patio de la casa. Y con mis primas, en el campo cuando nos juntábamos con la familia, siempre armábamos alguna representación para divertirnos. Armábamos pequeños shows que obligábamos a ver a nuestros padres y tíos”.
EL MOMENTO ACTUAL. “Veo un reflorecimiento del teatro. Cuando empecé, que fue después de la llegada de la democracia, se había dado un fenómeno muy particular: la gente salía, después de tanto tiempo de oscuridad y encierro. Se hacía y se veía mucho teatro. Tengo el recuerdo de gente haciendo cuadras de cola para ver teatro independiente. Después, con los ‘90 y lo que pasó políticamente en el país y, más tarde en Santa Fe con las inundaciones, la ciudad se tapó por el agua en muchos sentidos. A la gente le costó mucho volver a salir; muchos actores también perdieron sus casas, sus obras, sus papeles y fue muy duro. Ahora, con estos polos culturales que tenemos desde la provincia, la ciudad, la Universidad, hay espacios nuevos y este año, especialmente, hubo muchos estrenos y propuestas muy diversas”.
LA DIRECCIÓN. “No dejé la actuación, está ahí. En este momento estoy en otra búsqueda con la dirección, pero siempre me dan ganas de actuar. Siempre digo que el rol del director es un poco ingrato, primero porque tiene la responsabilidad de todo y, después, porque cuando llega el momento de disfrutar la obra no se puede hacer nada más, porque la hacen los actores. Vos estás ahí afuera, acompañando, agregando o modificando, porque el teatro es un hecho vivo que, por lo tanto, siempre tiene una evolución, y eso es maravilloso”.
NUEVO ESTRENO. Con el grupo Llanura y conmigo en la dirección, estamos trabajando sobre el texto de Jorge Ricci, ‘La mirada en el agua’. Es el mismo equipo de ‘La chatita empantanada’. El texto refiere a la inundación: son dos personajes que van recorriendo calle San Martín, desde bulevar hasta el Parque del Sur, y van contra la corriente porque son artistas y porque quieren ver qué queda de la ciudad después de que pase el agua. Se va a estrenar el año que viene”.
INFLUENCIAS. “Veo mucho teatro; con nuestro grupo hemos tenido la posibilidad de salir al exterior y pude ver expresiones distintas; eso es muy enriquecedor. Soy lectora, leo bastante literatura y teatro. Hay textos que son muy bellos: me gustan mucho Discépolo, Ricardo Monti, Griselda Gambaro y Mauricio Kartún, entre otros tantos buenos autores. Además, la literatura es siempre una usina de inspiración para el artista. Para nutrirse es fundamental leer, y ver cine y teatro”.
UN RIESGO. “Escribir un texto implica un riesgo, porque no es lo mismo tomar un texto ya probado que crear uno nuevo. Eso requiere un mayor trabajo, porque se va armando con los actores y con la puesta. Fue un desafío que quise tomar, que tiene que ver con mi búsqueda, mi dirección y mi dramaturgia”.
así soy yo
VIDA Y OBRA
Nacíó en San Jerónimo Norte y allí cursó la escuela primaria y la secundaria. A los 18 años vino a vivir a esta ciudad para estudiar Derecho, en la UNL. Ejerce como abogada y es, además, dramaturga y directora de teatro.
AGRADECIMIENTO
“A la gente del Foro Cultural y a los actores, con quienes hicimos un lindo proceso de trabajo que, como todo proceso, siempre encierra algún caos porque uno está creando permanentemente. Pero cuando se hace con gente de bien como estos actores que elegí, resulta un buen proceso de trabajo”.
HOY, EN EL FORO
“Una cruz en el mapa”, la obra de la Comedia UNL, escrita por Patricia Suárez y Sandra Franzen quien además dirige, se estrenó en el marco del 9º Argentino de Teatro y se presentará esta noche a las 22 en el Foro Cultural, 9 de Julio 2150 de esta ciudad.