Edición del Sábado 24 de noviembre de 2012

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“Nos quedó un mandato claro, por eso el Movimiento sigue”  - Edición Impresa - Área Metropolitana Área Metropolitana

LOS SIN TECHO CELEBRAN SUS 25 AÑOS

“Nos quedó un mandato claro, por eso el Movimiento sigue” 

A más de dos años de la muerte del padre Atilio Rosso, la organización continúa con la construcción de casas y el desarrollo de programas de educación y salud en los barrios.

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Erradicar los ranchos. En la actualidad, el Movimiento está construyendo viviendas en Villa Oculta, a partir de un convenio con la provincia y el municipio.

Foto: El Litoral

 

De la Redacción de El Litoral

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El Movimiento Los Sin Techo festeja sus 25 años de trabajo en los barrios más necesitados de la ciudad. Y sus referentes actuales aseguran que, aunque pasaron más de dos años desde la muerte del padre Atilio Rosso, iniciador y por muchos años principal promotor de la organización, hoy prosiguen su labor. Algo que es posible, en gran medida, porque el religioso dejó una visión clara hacia el futuro. “Nos quedó un ideario, una visión y un mandato claro. Y por eso el movimiento sigue”, asegura José Luis Ambrosino, actual coordinador de Los Sin Techo.

Si bien el trabajo del padre Rosso comenzó en 1985 en Monte Vera, Ángel Gallardo y algunos barrios del cordón oeste, en donde abrió los primeros centros de salud, el movimiento eligió tomar el año 1987 como referencia “formal” del inicio de actividades. Es que ese fue el año que la Organización de las Naciones Unidas (ONU) proclamó como el “de la vivienda para las personas sin hogar”. Y, dado que no hay un día preciso, eligieron uno que está cargado de sentido: el 23 de noviembre, fecha de nacimiento del cura fallecido el 23 de abril de 2010, a los 80 años.

“En 1987 la humanidad toma conciencia del problema de los sin techo, de manera formal y con una autoridad universal. Y la Iglesia Católica elabora un documento que saca a fines de ese año donde piden a los cristianos que tomen esto como compromiso. Pero Atilio era un adelantado, porque ya había empezado a trabajar en este tema”, dice Ambrosino.

José Luis Zalazar, otro de los referentes de Los Sin Techo, recuerda que en diciembre de aquel año la revista oficial del Vaticano reflejó el trabajo del padre Rosso como experiencia en América Latina.

Durante el diálogo con quienes conducen hoy los destinos de la organización, las evocaciones a la figura del padre Atilio son constantes. “Tenía un compromiso social muy profundo. Siempre decía que los marginados eran nuestros patrones, que teníamos que obedecerlos. El no preguntaba si eran católicos, protestantes, mormones, peronistas o radicales. Veía un rancho y nos decía: ‘Trabajemos ahí’. Y desde ese punto de vista, puso el corazón y el alma en esto y murió con lo puesto”, afirma Zalazar.

Desafíos pendientes

A pesar de que en el 2000 se pudo cumplir el anhelo de terminar el siglo con Santa Fe sin ranchos, que era una de las premisas centrales del movimiento, al no darse continuidad a esta ardua tarea en los años posteriores, se renovaron los desafíos. “Hoy hay más de 2.700 ranchos, ésa es la gran deuda que tiene Santa Fe con el trabajo de Atilio, después de 12 años”, enfatiza Zalazar, con la certeza de que esto implica que nazcan cada año muchos niños en la marginalidad.

“Ahora estamos retomando el mensaje de él, porque donde no hay un hábitat adecuado no hay posibilidad de hacer nada. Podemos dar 300 frasquitos antidiarréicos, pero si no hay agua potable siempre va a volver el problema”, añadió Ambrosino. Y puso énfasis también en las acciones que se realizan en educación, salud, servicios y capacitación, con la entrega de las netbooks, sobre la base de que la marginación del conocimiento también es muy grave.

Actualmente, parte del trabajo de Los Sin Techo se ve en las viviendas que se edifican en Villa Oculta y Barranquitas Sur, a partir de un convenio con el gobierno provincial y la Municipalidad de Santa Fe, que incluye el reemplazo de un centenar de ranchos por módulos habitacionales básicos. Allí ya se terminaron diez. “Es la primera vez que entre el provincia, municipio y el movimiento trabajamos coordinados. Celebramos esto, pero acá hay que hacer 400 casas por año. Es una decisión política y para eso necesitamos del trabajo en conjunto”, aseguró Zalazar.

En síntesis, tras un cuarto de siglo el Movimiento Los Sin Techo continúa de pie y su trabajo en los barrios no se detiene. Para su coordinador José Luis Ambrosino, un ejemplo de la vigencia que conserva el movimiento se pudo observar tras el temporal que el pasado 6 de octubre azotó Barranquitas y voló los techos de varias viviendas, que en poco tiempo estarán todas reconstruidas. “Si este movimiento no tuviese vida, fidelidad y alma, esas casitas hubieran quedado así”, aseguró.

2.700

ranchos

son aproximadamente los que hay en la ciudad, según estiman desde Los Sin Techo. Ante esto, el desafío es construir unas 400 casas por año.

Acto central

Para conmemorar los 25 años del Movimiento Los Sin Techo habrá un acto el martes 27 de noviembre, a las 10, en el Teatro Luz y Fuerza. Allí se celebrará el cumplimiento de acciones educativas y obras durante el último año y las proyecciones hacia el año 2016. La idea rectora es, “instaurar en el imaginario colectivo de Los Sin Techo el 23 de noviembre como fecha de nuestra creación y conmemoración histórica e iniciar los festejos de los 25 años, porque en una sala de 550 no podemos tener al movimiento entero”, explicó José Luis Ambrosino, coordinador de Los Sin Techo.

/// el dato

“Yo tengo mi casa gracias al padre”

El recuerdo del padre Atilio Rosso es muy vívido en los barrios de la ciudad, sobre todo entre aquellos que se encolumnaron a trabajar con el religioso prácticamente desde el principio y hoy siguen firmes junto al movimiento.

Susana Barreto, de El Arenal, recuerda que se sumó muy joven a Los Sin Techo y que tiene su casa gracias al padre. “Mi rancho era de cañas y nylon, eso no me lo voy a olvidar nunca. Yo pensé que nunca iba a salir de la pobreza y hoy mis hijos y mis nietos viven en una casa”, cuenta con la voz casi quebrada.

David Cerdán, de Las Lomas, lleva unos 23 años con el Movimiento y reconoce que no es fácil encontrar palabras para describir la obra. “A raíz del trabajo del Movimiento Los Sin Techo por intermedio del padre Rosso, la sociedad sintió un quiebre, porque la ciudad existía hasta las avenidas y nadie se acordaba de los barrios marginales”, sostiene.

Al igual que a cientos de personas de los puntos más rezagados de Santa Fe, el fallecimiento del padre Atilio, en abril de 2010, conmovió profundamente a Susana y a David.

“La pérdida del padre fue algo muy triste, porque pensamos que se terminaba para los pobres la lucha de todos los días”, dice Susana. “Pero gracias a Dios se siguió trabajando a full, con su bendición de arriba siempre”, concluye David.



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