Por ley sus decisiones serán inapelables
Masiva protesta contra el presidente Mursi
El primer mandatario egipcio ordenó el blindaje de sus poderes ante la Justicia, decisión catalogada por el Consejo Supremo de Justicia como de “agresión sin precedentes”. Decenas de manifestantes resultaron heridos en choques entre opositores y oficialistas.

Manifestantes egipcios participan en una protesta organizada por la oposición en contra de las últimas decisiones del presidente egipcio.
Foto: Agencia EFE
De la redacción de El Litoral
Agencias EFE y DPA
El Consejo Supremo de Justicia de Egipto calificó hoy de “agresión sin precedentes contra la independencia del Poder Judicial” la última declaración constitucional del presidente egipcio, Mohamed Mursi, que le sitúa por encima de la ley al declarar todas sus decisiones “inapelables y definitivas”.
En un comunicado difundido por la agencia oficial Mena tras una reunión de urgencia, este órgano judicial exhortó al mandatario a “apartarse con su declaración constitucional de todo lo que afecte al Poder Judicial y sus prerrogativas”.
De igual forma, recuerda que “el Consejo Supremo de Justicia es el encargado de todos los asuntos de la justicia y los jueces, por lo que lamenta el anuncio de esa declaración constitucional”.
Con el acta constitucional promulgada el jueves, Mursi ordenó que todas sus decisiones sean “inapelables y definitivas”, y se arrogó el poder para tomar “cualquier decisión necesaria para proteger la revolución” de 2011, en la que fue derrocado Hosni Mubarak.
Anoche, el presidente del Club de los Jueces, la principal asociación de la magistratura en Egipto, Ahmed el Zend, dijo en una reunión que el decreto de Mursi “vulnera el principio de la separación de los tres poderes del Estado”.
“La declaración constitucional supone un menosprecio a la independencia de la justicia y una injerencia en sus asuntos, y además afecta la libertad de opinión y expresión”, subrayó El Zend frente a cientos de magistrados, fiscales y representantes de corrientes defensoras de la independencia de la justicia.
Por su parte, la vicepresidenta del Tribunal Constitucional, Tahani al Gebali, dijo que la declaración constitucional promulgada por Mursi le convierte en un presidente “ilegítimo”.
Plaza tomada
Mientras tanto el malestar por la nueva ley que blinda los poderes de Mursi, se trasladó a las calles y una veintena de tiendas de campaña instaladas en el centro de la plaza Tahrir de El Cairo mantuvieron hoy su protesta contra el presidente egipcio.
Miles de seguidores de la oposición no islamista y asociaciones de la sociedad civil tomaron la plaza Tahrir ayer para criticar lo que consideran como un paso del islamista Mursi hacia convertirse en un “nuevo faraón”, con poderes sin precedentes en el Egipto moderno. Una parte de los manifestantes en Tahrir se enfrentaron con piedras y cócteles molotov a las fuerzas antidisturbios de la policía hasta bien entrada la noche, que a su vez respondieron con el disparo de abundantes gases lacrimógenos.
Violentos enfrentamientos
De la misma forma, las protestas contra el presidente y los Hermanos Musulmanes derivaron en violencia en diferentes ciudades del país, especialmente en Alejandría (norte), donde fueron incendiadas hasta tres sedes del Partido Libertad y Justicia (PLJ), brazo político de la Hermandad.
Sin embargo, pese a la intención mostrada ayer por muchos de los manifestantes de comenzar una sentada indefinida en Tahrir, esta mañana solo unas cuantas decenas de personas permanecían esta mañana haciendo frente al frío matinal en la plaza, que presenta restos de los enfrentamientos de anoche.
“No nos vamos a ir de aquí hasta que Mursi salga, nos pida perdón y retire el acta constitucional”, aseguró Nermin, una de las manifestantes y miembro del partido de La Constitución, encabezado por el premio nobel de la paz Mohamed el Baradei.
Mursi apareció ayer en público por primera vez desde su decreto, rodeado por los más fieles y subido a un escenario montado por su antiguo partido junto al Palacio Presidencial.
Allí, defendió que nunca ha sido su intención la de acumular poderes, pero que si ve al país en peligro “hará lo que sea necesario” con el objetivo, dijo, de conseguir la estabilidad política, económica y social.