Un escándalo que crece
El Vaticano sigue bajo fuego
Versiones periodísticas, enfáticamente desmentidas, aseguran que no menos de tres colaboradores del Papa están siendo investigados por el robo de documentos secretos que alimentaron el “Vatileaks”.
Agencia EFE
El Vaticano expresó hoy su “firme y total reprobación” por la publicación “sin base” en la prensa italiana y alemana de artículos en los que se asegura que tres colaboradores del Papa son investigados por el escándalo del robo de documentos reservados, conocido como “Vatileak”.
“Se trata de artículos que insinúan graves sospechas de complicidad de personas muy cercanas al Santo Padre. La Secretaría de Estado expresa su firme y total reprobación por esas publicaciones, sin fundamento, gravemente lesivas para la honorabilidad de esas personas, desde hace muchos años al fiel servicio del Pontífice”, señaló el Vaticano en un comunicado.
El comunicado se produjo poco después de que el portavoz vaticano, Federico Lombardi, criticara con dureza al diario italiano La Repubblica, que publicó que tres colaboradores de Benedicto XVI, de los que dio los nombres, son investigados como “cómplices de mayordomo”.
El mayordomo es Paolo Gabriele, de 46 años, quien está detenido desde hace dos meses acusado de haber robado y filtrado documentos reservados del Papa, y desde hace dos días, en arresto domiciliario.
Los tres supuestos “cómplices” que son investigados, según el diario, son Ingrid Stampa, ayudante del Papa desde 1999, considerada su “gobernanta”, encargada de traducir textos en alemán del pontífice; su ex secretario particular, el obispo Joseph Clemens, y el cardenal italiano Paolo Sardi, jubilado, que se encargaba de los discursos de Papa.
Según el diario, que le dedica dos páginas al caso, a los tres les une la animadversión hacia el actual secretario privado del Papa, Georg Ganswein. Los tres, precisa el matutino, han sido alejados por Benedicto XVI de su entorno.
“Lo he repetido muchas veces, comparecer ante una comisión durante sus investigaciones no significa de manera alguna ser sospechosos”, afirmó Lombardi.
El jesuita, con dureza, aseguró que “una vez más”, el diario italiano ha vuelto a copiar un artículo publicado hace ya una semana por el alemán Die Welt, “que no fue recogido por la prensa alemana por reconocer su parcialidad”, y que en el mismo, La Repubblica acusa de manera grave a personas sin base y sin argumentos objetivos.
El portavoz señaló que “es obvio” que esas tres personas han podido ser interrogadas por la comisión cardenalicia que preside el cardenal español Julián Herranz para esclarecer los hechos, ya que están en el entorno de Papa, “pero ello no quiere decir que sean responsables o cómplices, como dice el diario, término éste de extrema gravedad”.
Indignación
El jesuita añadió que es “gravísimo arrojar similares sospechas sobre personas dignas de respeto, que han dedicado muchos años con total dedicación a la persona del Santo Padre”.
Lombardi precisó, con respecto a que los tres han sido “alejados” del Papa, que el cardenal Sardi abandonó su labor en la Secretaría de Estado cuando cumplió los 75 años (edad de jubilación en Vaticano), que la señora Stampa aún trabaja en la Secretaría de Estado y que el obispo Clemens es secretario del Pontificio Consejo para los Laicos.
En su dura crítica contra el diario, Lombardi recuerda que ésta no es la primera vez que le ha tenido que desmentir por este caso, que ya lo hizo cuando publicó una entrevista -“que jamás existió”, precisó- con la esposa de Paolo Gabriele, cuando publicó otra con un obispo “no identificado que desvelaba la existencia, totalmente inexistente, de un equipo de relatores dirigidos por una mujer”.
En ese listado, Lombardi recordó también otro artículo sobre un hacker -“totalmente inexistente”, señaló- consultor del Vaticano para su sistema informático que había desaparecido tras estallar el escándalo; los interrogatorios -“todos falsos”, dijo- de tres cardenales supuestamente implicados.
El escándalo de las filtraciones de documentos reservados de la Santa Sede se desató a principios de año, cuando una televisión italiana sacó a la luz unas cartas enviadas a Benedicto XVI por el nuncio en EE.UU., Carlo María Vigano, en las que denunciaba la “corrupción, prevaricación y mala gestión” en la administración vaticana.

El jesuita Federico Lombardi, portavoz del Sumo Pontífice, fue el encargado de desacreditar las versiones difundidas por La Reppublica.
Foto: Archivo El Litoral