EN EL RETABLO
Títeres del mundo
A lo largo de sus treinta y cuatro años de vida, el grupo de titiriteros El Retablo de las Maravillas atesoró títeres propios, del país y del mundo, que reunió a partir de espectáculos, festivales, viajes y obsequios. Una selección de su acervo se exhibe durante julio y agosto en El Retablo (Moreno 2441).
En la muestra, entre otros, “hay un títere que nos enviaron de España cuando perdimos parte de nuestros muñecos con la inundación de 2003. También una marioneta javanesa de Wayang Golek, comprada en un anticuario de París; títeres africanos, polacos, húngaros, cubanos, brasileños comprados en festivales internacionales. Algunos muñecos y afiches que nos trajeron de regalo, de México, País Checo, Francia, Bolivia. En fin, algo que no vale la pena guardar si no es para mostrarlo y compartirlo con nuestro público”, expresaron Oscar Caamaño y María Cristina Pepe, integrantes del grupo, a este diario.
“Pensamos esta muestra como una pequeña ventana al mundo de los títeres, a sus variedades y a las culturas a las que pertenecen”, agregaron. Así, la exposición se compone de una veintena de piezas “entre títeres religiosos, para uso teatral, como juguetes populares, afiches, máscaras. Responden a las técnicas de wayang, guante, varilla, mojiganga, marote, de barra, de sombra, de pies y juguetes populares de animación”.
De nuestro país sólo se exhibe un muñeco propio: El Caballero de la Mano de Fuego, “personaje de la comedia homónima de Javier Villafañe que, desde su caballo blanco, da acceso a la muestra y garantiza la paz a sus amigos extranjeros. Imaginamos que ellos hacen su concilio por la noche, buscando soluciones poéticas para un mundo que los humanos nos encargamos de desquiciar por las mañanas”.
La muestra puede visitarse en la sala al finalizar las funciones de los sábados. También pueden coordinarse visitas gratuitas, al teléfono 4534843.

“Pensamos esta muestra como una pequeña ventana al mundo de los títeres, a sus variedades y a las culturas a las que pertenecen”, expresaron Pepe y Caamaño. Foto: Luis Cetraro