La derecha pro euro ganó en Grecia
Samarás buscará renegociar
el plan de rescate europeo
Intentará alargar los plazos para amortiguar el impacto de los recortes presupuestarios. El líder de la izquierda derrotada ayer rechazó sumarse a un gobierno de coalición con sus vencedores.
De la Redacción de El Litoral
EFE
El líder de Nueva Democracia (ND) y vencedor de las elecciones griegas, Andonis Samarás, aseguró hoy que su eventual gobierno respeta los pactos con la UE pero que buscará la “renegociación” de los términos de las medidas de austeridad a cambio de las ayudas internacionales.
“Ayer dije que Grecia respeta su firma. Al mismo tiempo queremos la renegociación del plan de rescate”, manifestó el político conservador en una rueda de prensa en Atenas.
Para ello, consideró “necesaria” la formación de un gobierno de “salvación nacional con la participación del máximo número posible de partidos”.
ND obtuvo algo más del 29 % de los votos en los comicios de ayer, lo que significa que recibirá 129 escaños de los 300 con que cuenta el parlamento heleno, por lo que necesita del apoyo de alguna otra formación, probablemente los socialdemócratas del Pasok, que lograron 33 escaños.
Tras la primera reunión exploratoria para formar gobierno, con los izquierdistas de Syriza (que lograron el 26,9 % de los votos y 71 escaños), Samarás constató su fracaso aunque aseguró que continuará con sus “esfuerzos” para pactar un Ejecutivo.
Eso sí, el líder de Syriza, Alexis Tsipras, aseguró que en caso de renegociación del memorándum de medidas de austeridad, tal y como prometió Samarás antes de las elecciones, Syriza “se mantendrá en contacto permanente” con el líder de ND.
Rechazo
De todas maneras, Tsipras rechazó hoy la oferta de unirse a un gobierno de coalición con la conservadora Nueva Democracia (ND), vencedora de las elecciones, y prometió una oposición “activa” y “constructiva”.
“He asegurado al presidente de Nueva Democracia (Andonis Samarás) que vamos a controlar al gobierno en cada uno de sus pasos y haremos una oposición activa y constructiva”, afirmó Tsipras en rueda de prensa en Atenas.
Reconociendo su derrota, Tsipras instó a Nueva Democracia a formar un gobierno de forma “inmediata” en torno al partido conservador, del que rechazó formar parte.
“Nueva Democracia y nosotros mantenemos estrategias opuestas. (...) Nosotros asumiremos el papel de oposición”, afirmó.
Eso sí, Tsipras aseguró que en caso de renegociación del memorándum de medidas de austeridad, tal y como prometió Samarás antes de las elecciones, Syriza “se mantendrá en contacto permanente” con el líder de ND.
“Dije también al presidente de Nueva Democracia que sería un desastre una nueva reducción de salarios y de pensiones”, afirmó el líder izquierdista.
Samarás recibió hoy el mandato del presidente de la República, Karolos Papulias, para formar gobierno, después de que su partido triunfara el domingo con el 29,7 % de los votos y 129 escaños, del total de 300 que tiene el Parlamento heleno, seguido de Syriza, que logró el 26,9 % y 72 escaños.
Por otro lado, Tsipras criticó hoy duramente que un partido que “defiende la violencia”, en referencia al neonazi Amanecer Dorado, haya mantenido sus votos y haya logrado una importante representación parlamentaria.
/// análisis
Christian Bahmer - DPA
Bruselas respira más tranquila después de saber que las elecciones griegas del domingo no terminaron en la “catástrofe” que podría haber supuesto la victoria de las fuerzas más extremas. Sin embargo, el gobierno de coalición moderado que se constituirá en Grecia tendrá que seguir afrontando enormes problemas. Y los países del euro siguen buscando una estrategia común.
Durante semanas, la Unión Europea contuvo la respiración en espera de lo que ocurría en Grecia, hablando de escenarios posibles como el de una salida del euro, una retirada masiva de fondos de los bancos o posibles controles del movimiento de capitales.
Pero los conservadores proeuropeos de Nea Dimokratia de Antonis Samaras se impusieron como la principal fuerza. La cúpula europea confía en que el país azotado por la crisis forme pronto un gobierno de coalición.
“Seguimos apoyando a Grecia como miembro de la familia de la UE y de la eurozona”, es el lema del presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, y del presidente del consejo, Herman Van Rompuy.
Pero Bruselas sabe bien que los peligros para la unidad monetaria y la cohesión de la unión siguen ahí. Sobre todo el Banco Central Europeo clama porque el nuevo gobierno continúe implementando el controvertido programa de ahorro y reformas.
Y es que al país le esperan nuevos retos: “En los próximos meses habrá que adoptar nuevas medidas para llenar los agujeros presupuestarios para 2013 y 2014”, afirma un informe de la Comisión Europea de mayo. Si los expertos de la “troika” -integrada por el FMI, la UE y el BCE- vuelven a Atenas a analizar sus cuentas, se esperan nuevas disputas.
Los políticos de Bruselas están dispuestos a extender los plazos del programa, pero no a realizar grandes cambios en el contenido. Bruselas reconoce a escondidas que se infravaloró la dimensión del decrecimiento económico en Grecia, que este año se contraerá en casi un cinco por ciento.
Con el programa de ahorro previsto, se prevé que el país reduzca su endeudamiento estatal hasta finales de la década a un valor soportable de en torno al 120 por ciento del PBI, pese a que en realidad el límite permitido es del 60 por ciento.
En Grecia la situación social y económica es especialmente precaria, lo que podría indicar que los europeos no podrán controlar su crisis de deuda incluso tras años de esfuerzos de rescate. Aunque la cuna de la democracia sólo contribuye al rendimiento económico de la eurozona en alrededor de un dos por ciento, el país es decisivo para Europa, creen los expertos.
Incluso China saludó el resultado electoral, algo muy poco habitual en la diplomacia internacional que muestra la relevancia del país.
En la cumbre del G20 de Los Cabos, en México, los representantes del Viejo Continente tendrán que aguantar sermones por la crisis del euro. El presidente del Banco Mundial, Robert Zoellick, ya censuró la gestión de la crisis para el rescate millonario a los bancos españoles. “La implementación fue extremadamente pobre”, dijo de forma lapidaria.
La cumbre de verano de la UE a finales de la próxima semana en Bruselas (el 28 y 29 de junio) mostrará si los europeos están en situación de llegar a un acuerdo sobre la prometida profundización de la unón económica y monetaria.
“Quien quiera estabilizar el euro y la UE tendrá que allanar el camino hacia la unión bancaria, fiscal y política”, comentaron los copresidentes de los Verdes en el Parlamento Europeo, Rebecca Harms y Daniel Cohn-Bendit.
Alemanes y franceses, sin los que el funcionamiento de la UE sería imposible, demostraron hasta ahora al mundo entero sus puntos de partida divergentes.
Y es que tras la victoria socialista en las parlamentarias francesas del domingo, el presidente galo Francois Hollande ha reforzado su poder y ya ha pedido una inyección financiera para incentivar el crecimiento de 120.000 millones de euros. Sin embargo, la canciller alemana Angela Merkel apuesta por el saneamiento presupuestario para volver a impulsar el crecimiento. Y en ese sentido, a Hollande le quedaría una importante tarea pendiente en su país.
UN pequeño respiro que no soluciona los problemas
Confusión en Alemania
Las declaraciones del ministro alemán de Exteriores, Guido Westerwelle, de que su país podría aceptar una moratoria del plan de ajustes exigido a Grecia sembraron hoy la confusión en el gobierno alemán.
El viceportavoz de la canciller Angela Merkel, Georg Streiter, fue categórico al rechazar cualquier tipo de concesiones en las condiciones impuestas para el rescate de Atenas.
Streiter dijo que Merkel espera que Atenas cumpla con los compromisos. “No es momento para concesiones”, sostuvo.
Westerwelle, por el contrario, había dejado entrever la posibilidad de una moratoria. “Puedo imaginarme hablar de nuevo sobre un cronograma”, dijo el ministro a la televisora pública alemana horas después de que se cerraran las elecciones griegas.

El líder de la conservadora Nueva Democracia (ND), Antonis Samarás, se reúne con el líder de la Izquierda Radical de Syriza, Alexis Tsipras. Foto: EFE
España, en nivel de intervención
El resultado de las elecciones en Grecia no ha dado ninguna tregua a España: la prima de riesgo del país y la rentabilidad del bono español a diez años volvieron hoy a dispararse hasta niveles considerados de rescate, superando los récords batidos ya la semana pasada.
La rentabilidad del bono a diez años se disparó hasta superar la línea roja del 7 por ciento, que analistas consideran un nivel de intervención porque el país puede tener que enfrentarse a la imposibilidad de financiarse en los mercados. En la mañana de hoy alcanzó el 7,138 por ciento, un máximo histórico intradía desde la llegada del euro.
La prima de riesgo, que mide la diferencia a pagar por el bono español a diez años frente al alemán, superó en la mañana de hoy los 572 puntos básicos.
Con este panorama, el gobierno de Mariano Rajoy volvió a pedir una respuesta al Banco Central Europeo (BCE) en forma de compra de deuda soberana.
“El BCE debe responder con toda firmeza, con toda fiabilidad, a esos mercados que todavía intentan obstaculizar el desarrollo del proyecto común del euro”, manifestó en el Senado el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, mientras el presidente del gobierno se afana en México por convencer a los socios del G20 y a los mercados de que España va a salir de la situación en la que está.
La compra de deuda soberana por parte del BCE, una medida a la que el Ejecutivo español ya ha aludido en otras ocasiones, relajaría la prima de riesgo.