Editorial
Los trenes del relato
Durante las últimas semanas, el gobierno nacional debió afrontar una serie de sobresaltos que dejaron al descubierto verdaderas grietas en la gestión. Atrás quedó aquella sensación de control absoluto que el kirchnerismo se empeñó en reflejar a partir del 54% de votos obtenidos en las elecciones de octubre del año pasado. Y en este contexto, la tragedia de Once fue, sin lugar a dudas, un sacudón estremecedor.
En realidad, no debió sorprender que un accidente se produjera en el ramal Sarmiento de los trenes metropolitanos. Se sabe que los problemas no son nuevos y que durante los últimos años no se tomaron las medidas suficientes como para dotar al servicio de la seguridad necesaria.
Durante el acto en conmemoración del bicentenario de la bandera nacional y en la apertura de sesiones ordinarias del Congreso, la presidente Cristina Fernández de Kirchner se refirió al tema.
Lo primero que llama la atención es que pusiera como ejemplo de los intentos gubernamentales por mejorar el servicio de trenes, aquel proyecto que proponía el funcionamiento de un tren de alta velocidad para unir las ciudades de Buenos Aires y Rosario.
No resulta sencillo comprender por qué habló del tren bala en estos momentos. La presidenta no parece tener en cuenta que ese proyecto costaba por lo menos seis mil millones de dólares y que hubiese significado un servicio de lujo para un reducido número de personas; mientras millones de habitantes del conurbano bonaerense se ven obligados a viajar todos los días como ganado en trenes desvencijados.
Más aún, el famoso tren hubiera representado otro medio de comunicación entre dos de las ciudades más comunicadas de la República Argentina. Es que, entre Rosario y Buenos Aires, no sólo funcionan líneas de ferrocarril; también existen múltiples servicios de colectivos, de aviones y una de las más importantes autopistas del país. Y otro tanto podría decirse de la proyectada extensión a la capital de Córdoba.
Pero eso no es todo. La presidenta también mencionó el servicio que presta Belgrano Cargas. Dijo que si el gobierno no se hubiese visto obligado a desembolsar tres mil millones de dólares por año para hacer frente a los efectos del corralito, el país podría contar con “dos Belgrano Cargas enteros y en funcionamiento”.
Sin embargo, el Belgrano Cargas tampoco es un reflejo de eficiencia y buen servicio. Desde la Comisión de Transporte e Infraestructura de la Bolsa de Comercio de Rosario se informó que apenas el 60% de las vías está operativo, que no cuenta con una sola locomotora, ni vagón propio.
La línea del Belgrano es la más extensa del país, con un total de 7.347 kilómetros que recorren catorce provincias. Pero en estos momentos hay 2.450 kilómetros fuera de servicio. Según datos oficiales, el Belgrano Cargas transportó el año pasado 1.152.000 toneladas, un volumen menor que en 2010, cuando alcanzó 1,5 millones de toneladas.
Sería injusto atribuir a este gobierno todos los problemas que sufre la red ferroviaria argentina. Pero no tiene sentido sostener un relato que es totalmente contradictorio con la realidad.