Harinas que mienten
Mario Pérez.
DNI: 5.250.981.
Señores directores: Con profunda sorpresa he leído lo publicado por el periodista Fernando López, del área de comunicación científica de la Universidad Nacional del Litoral, en la página 15 de la edición de El Litoral del jueves 29 de diciembre, referido a que distintas marcas de harina que se expenden en nuestra ciudad mienten en sus etiquetas con respecto a la calidad del producto que contienen los envases.
La nota insta a no confiar en la totalidad de las marcas, menos una. El artículo no menciona ni las marcas que mienten ni la que dice la verdad. Sí registra en cambio, los nombres y apellidos de las investigadoras del Instituto de Tecnología de Alimentos de la Facultad de Ingeniería Química de la UNL, responsables por el estudio que, al publicarse en El Litoral, se transforma de hecho en una denuncia pública que debe ser investigada por las autoridades competentes.
Resulta extraño que la UNL realice un estudio sobre calidad alimentaria, difunda los nombres de los investigadores que encontraron irregularidades, pero no consigne cuáles son las marcas que incumplen. Si la UNL detecta irregularidades de este tipo es su deber denunciarlas con todo el peso académico y científico que tiene. A menos que, muy menor, el propósito de la nota sea difundir los nombres de dos profesionales que eventualmente pueden conseguir trabajo como asesoras de las molineras.
Para despejar cualquier duda frente a un hecho tan grave, la Agencia Santafesina de Seguridad Alimentaria debe tomar cartas en el asunto, citar a las investigadoras de la UNL para que presenten sus informes y eventualmente, si se comprueban las irregularidades, alertar a la población sobre las marcas que estafan a los consumidores.
También la prensa, particularmente El Litoral, que dio título principal de página impar a la denuncia, debería investigar con sus propios periodistas no tanto los detalles técnicos de las diferentes harinas, sino en qué medida las marcas que mienten se apropian de un margen de ganancia que correspondería a productos premium. Y, algo no menor, si quienes mienten lo hacen bajo la vista gorda de organismos que deben supervisar la calidad de los alimentos.