Cómo evitar el contagio
Otitis y hongos, las enfermedades
más frecuentes en playas y piletas
Especialistas brindan las claves para prevenir estos cuadros. Además, el uso de agua no apta puede provocar gastroenteritis. La Sociedad Pediátrica da consejos para combatir la pediculosis.

De estación. Con la llegada del verano y el calor aumenta la concurrencia a natatorios y plazas, y aparecen las micosis, advierte la dermatóloga Silvia Paredes. Foto: Archivo El Litoral / Néstor Gallegos.
De la Redacción de El Litoral
Hay enfermedades que están relacionadas con determinadas estaciones. Así como en el invierno aumentan los casos de gripe, en el verano son más frecuentes las otitis y micosis.
“Lo que vemos son las otitis externas y las infecciones en piel, como impétigo (granitos con pus). Son bacterias que normalmente están en la piel, pero como los chicos se rascan, hacen infección. Estos cuadros crecen en esta época del año”, señaló el Dr. José De Jorge, de la guardia del hospital de niños Orlando Allasia. Aunque aclaró que todavía no atendieron tantos casos como el año pasado.
Por su parte, el infectólogo Gustavo Ezcurra indicó que “en aguas bien cuidadas las enfermedades más comunes son otitis y micosis”. Por el contrario, cuando el agua no es apta para el consumo, se pueden generar cuadros de gastroenteritis, con vómitos y diarreas. Además, en aguas estancadas se pueden dar casos de leptospirosis.
En tanto, la dermatóloga Silvia Paredes reconoce: “Con la llegada del verano y el calor aumenta la concurrencia a natatorios y plazas, y aparecen las llamadas ‘micosis’. Estas son enfermedades producidas por hongos que se pueden localizar en distintas partes del cuerpo”.
La más común es la “tiña pedis” o “pie de atleta”. “Generalmente se localiza entre el 4º y 5º dedo. Puede producir olor, calor, humedad, picazón e inclusive dolor, generando cierta molestia al caminar, correr o practicar algún deporte. Se contagia fácilmente, al intercambiar con otra persona calzados, toallas, etc.; otra fuente de contagio son el piso de las duchas de los clubes o baños públicos, por lo cual se recomienda nunca ingresar a los mismos totalmente descalzo”, explica la especialista.
Otras recomendaciones para pasar un verano saludable son: usar calzado adecuado, secarse bien los pies, usar medias de toalla o algodón, no automedicarse y concurrir al centro de salud para que el médico le indique el tratamiento adecuado.
Dolor de oídos
Una enfermedad relacionada con el uso recreativo del agua, en piletas, el mar o la laguna, es la otitis.
En el caso de la otitis externa, que es la más frecuente, se trata de una infección o inflamación del conducto auditivo externo. Esto sucede porque al sumergirse en el agua, ésta entra al oído.
La sensación que produce la otitis es de “oído tapado por el agua, que está acumulada en el conducto, con una supuración escasa y dolor”, detalló el otorrinolaringólogo Daniel Gandolfo. “Es un dolor importante, que no permite ni siquiera tocar la oreja. Sólo con tocarla o apoyarla, se siente un dolor muy fuerte”, agregó.
La primera recomendación del especialista es hacer un control otorrinolaringológico previo a la temporada de verano. “Hay que revisar los oídos porque si tienen un tapón de cera, esto impide que el agua que entra pueda salir”.
Además, al salir de la pileta o la laguna, se deben secar los oídos o sacudir la cabeza de costado para que no quede agua dentro. Luego, se deben colocar tres gotas de alcohol común o boricado en cada oído. Esto se recomienda sólo para personas que no tienen problemas en sus oídos.
¿Cómo combatir los piojos? (*)
Los areneros, las colchonetas y las piletas de natación son lugares habituales de contagio de pediculosis, que se produce a través del contacto estrecho y prolongado con el cabello de una persona infectada. Los piojos no saltan ni vuelan. También pueden transmitirse por el uso compartido de cepillos, peines, sombreros, toallas u otros elementos. La falta de higiene facilita su desarrollo.
Para combatirlos, se deben sacar las liendres (huevos blanquecinos adheridos a la raíz del pelo) y piojos tres veces por semana. También hay que enjuagar el cabello con vinagre diluido en partes iguales con agua mientras se pasa repetidamente un peine fino. Esto despega las liendres y actúa como repelente. Además, existen productos pediculicidas. Antes de realizar un tratamiento se debe consultar al pediatra o al dermatólogo infantil. Nunca debe mojarse el cabello con insecticidas, nafta, kerosén ni productos veterinarios, ya que son sumamente tóxicos para los niños.
El uso permanente del peine fino es la medida de prevención más eficiente. Permite terminar con las liendres adheridas al pelo. Asimismo, se recomienda usar el shampoo, la crema o la loción recetada por el médico; lavar toda la ropa en agua y secador calientes; planchar la ropa de vestir y de cama; hervir peines y cepillos; no afeitar el pelo.
Otros consejos: no apoyar la cabeza directamente en la arena, el pasto o el suelo; utilizar gorras de baño en piletas; mantener el cabello siempre bien limpio; usar el pelo corto y si está largo, recogerlo; revisar periódicamente la cabeza de los niños, en especial detrás de las orejas y en la nuca.
(*) Fuente: Sociedad Argentina de Pediatría.