Ganados y carnes
El mercado no muestra reacción
Ignacio Iriarte
El año cierra mostrando un mercado sin reacción. El total del abastecimiento de carnes, o sea vacuno, pollo y cerdo sumados, totaliza entre 92 y 95 kilos por persona, más que suficiente para los actuales niveles de demanda.
El Gobierno apoya la producción de carne de pollo y cerdo, mientras espera que con el paso del tiempo la oferta de vacuno se vaya recuperando. La apuesta parece estar dando resultado, porque después de un salto del 140 por ciento en el precio de la hacienda entre noviembre del 2001 y noviembre de 2010, el precio de la carne al mostrador ha tenido este año sólo reacomodamientos marginales, contribuyendo a que la inflación (real) no sea mayor aún.
En un contexto de inflación prevista del orden del 25 por ciento anual es muy difícil que el precio nominal de la hacienda supere el próximo año ese nivel, para recién entonces empezar una mejora en términos reales.
Nada nuevo por venir
El panorama para 2012 no parece distinto al que se dio en el año que termina: inflación del 25 por ciento, crecimiento de los costos de producción en una magnitud igual o superior a ese nivel, devaluación del nueve a 10 por ciento, aumento de los costos de producción en dólares también del orden del 10 por ciento.
También puede esperarse que, a partir de febrero o marzo, el brutal ajuste tarifario que se viene termine afectando la economía familiar de vastos sectores de la clase media. Es difícil creer que la desaceleración económica y el ajuste mencionado no terminen pegando también sobre los sectores de menores ingresos o sobre los trabajadores informales.
Por el lado de la exportación debe observarse que ya está en marcha un nuevo incumplimiento de la cuota Hilton y que a fines de diciembre ya se está acumulando un atraso de siete a nueve mil toneladas, según un cronograma razonable de exportaciones de este cupo.
Bajó el valor del cuero entre un 35 a 40 por ciento, la cuota Hilton ha perdido más de tres mil dólares por tonelada en su cotización y varios mercados lo que negocian son bajas (moderadas) en los valores FOB.
La ociosidad en las grandes plantas exportadoras sigue siendo muy alta, y eso en el caso de que la planta frigorífica no esté cerrada.
Los salarios y la energía en dólares han crecido sostenidamente en estos últimos años, en buena medida por el atraso en el ritmo devaluatorio en relación a la inflación.
Sigue habiendo un 15 por ciento de retenciones y es probable que la reticencia del Gobierno a distribuir la totalidad de la cuota Hilton obedezca a la idea que tiene Comercio Interior en el sentido que: nuevos volúmenes adjudicados a la industria exportadora llevarán a ésta a comprar más novillos y a hacer subir el precio del ganado. La Hilton funciona como ancla antiinflacionaria.
El abastecimiento total de carnes vacuno, pollo y cerdo es de entre 92 y 95 kilos por persona, suficiente para la actual demanda.

En un contexto de inflación prevista del orden del 25 por ciento anual es muy difícil que el precio nominal de la hacienda supere el próximo año ese nivel, para recién entonces empezar una mejora en términos reales. Foto:Archivo
El problema de la inflación
Así las cosas, lo más probable que suceda es que la inflación siga comiéndose un precio real de la hacienda que, todavía, es muy alto y remunerativo. Pero que en la medida de que el Gobierno no resuelva el problema inflacionario seguirá cediendo terreno en términos reales mes a mes.
La oferta de carne es lo suficientemente escasa y la oferta de ganado para faenar es lo suficientemente baja como para que se de este equilibrio. Sólo una baja oferta puede compensar, a la hora de la formación de los precios, el hecho de que la mayoría de las variables fundamentales presentan hoy tendencias negativas. Además, como se ha visto, la oferta de carne vacuna es reducida, pero la oferta total de carne no lo es