Edición del Miércoles 14 de diciembre de 2011

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Disparen sobre Daniel Scioli - Edición Impresa - Opinión Opinión

editorial

Disparen sobre Daniel Scioli

Las declaraciones de la ministra de Seguridad, Nilda Garré, contra el ministro de Justicia y Seguridad de la provincia de Buenos Aires, Ricardo Casal, responsabilizándolo de no resolver los crónicos problemas de la policía bonaerense, expresan más de un conflicto político del gobierno nacional con el gobernador Scioli, que una preocupación genuina por la seguridad de la provincia.

No es ningún secreto que para el oficialismo kirchnerista, Scioli es uno de los principales adversarios a derrotar. Esto no es nuevo, pero pareciera que se ha acentuado en los últimos meses . Quizá ante la ausencia de una oposición política consistente, el gobierno nacional ha decidido ajustar cuentas con quienes considera sus rivales internos, único riesgo a la vista en el horizonte próximo del poder.

La operación política es riesgosa, pero los militantes kirchneristas más ortodoxos no están dispuestos a dejarse atemorizar por peligros que consideran imaginarios. Por su parte, Scioli desde hace rato ha decidido no prestar atención a estas provocaciones y pone todo su empeño en administrar con criterios prácticos una provincia con problemas sociales gravísimos. El gobernador no ignora los cuestionamientos que padece por parte de dirigentes de primera línea del kirchnerismo, y tampoco desconoce que el vicegobernador impuesto por la presidente es más un comisario político de “la Cámpora”, que el compañero de fórmula destinado a secundarlo en su gestión.

Decíamos que el operativo del kirchnerismo es riesgoso porque la provincia de Buenos Aires -y en especial su conurbano- concentra los conflictos sociales y económicos más graves del país. Asimismo, la presidente no debería perder de vista que hasta tanto se demuestre lo contrario, el kirchnerismo no tiene en este territorio -que concentra el electorado más numeroso del país- un candidato del peso de Scioli.

Sin embargo, yendo contra las reglas del sentido común y el realismo político, la llamada militancia kirchnerista -avalada por sus máximos dirigentes- ha emprendido una campaña contra Scioli que sólo es comparable a la que llevan a cabo en la ciudad de Buenos aires contra Mauricio Macri. Para este segmento del oficialismo, uno y otro son representantes del pensamiento de derecha, y como tales deben ser tratados.

En el caso de la provincia de Buenos Aires, lo que más llama la atención es que se trata de alguien que desde hace ocho años viene dando muestras políticas de lealtad a los Kirchner y que ha jugado un papel sustancial en las sucesivas elecciones traducido en triunfos o en la mitigación de la derrota- en la provincia más complicada de la Argentina.

Habría que señalar, por último, que atendiendo a los conflictos que se insinúan, algunos de los cuales amenazan con ser graves, lo más aconsejable para el gobierno nacional sería ganar aliados para afrontar los momentos difíciles que se avecinan, en vez de sostener contra viento y marea la peregrina teoría del conflicto permanente.



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Miércoles 14 de diciembre de 2011
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