Esperan los resultados de los ADN
Procesados por el crimen de Bogarín
El 911 no respondió a una llamada de alerta cuando la víctima era llevada a los empujones rumbo al descampado. Al día siguiente el cuerpo apareció flotando en los reservorios de la Circunvalación Oeste.

La ropa manchada con sangre que se le secuestró a los sospechosos es hasta el momento la única pista firme del asesinato.
Foto: Danilo Chiapello
De la Redacción de El Litoral
Dos jóvenes de 18 y 21 años fueron procesados por el juez de Instrucción Diego De la Torre, por el crimen de Santiago Bogarín. El hombre de 53 años, fue hallado el lunes 26 de julio, flotando en aguas de los reservorios de Circunvalación Oeste, detrás del campo de golf del Jockey Club.
Se trata de Elías Sebastián Machado, de 21 años, y Juan Ignacio Altamirano, alias “Toti”, de 18 años. Ambos fueron procesados el 19 de agosto, por el delito de “homicidio calificado”, luego de que el fiscal Nº 7, Jorge Andrés, solicitara la prisión preventiva.
Aunque no hay testigos que los indiquen como los responsables de la muerte de Bogarín, la policía secuestró numerosas prendas de vestir manchadas con sangre, de sus casas de Villa Hipódromo. También un chico de 17 años, que es inimputable, habría estado con los detenidos el día del salvaje ataque.
El muchacho, cuyo retardo mental lo hace inimputable, se transformó en el primer sospechoso, pero con el correr de las horas fueron apareciendo nuevas pistas que condujeron hasta algunos domicilios del barrio Villa Hipódromo, donde se produjeron nuevos allanamientos y detenciones.
“Iban a pescar”
La investigación comenzó el 26 de julio, con la intervención de la Sección Homicidios de la Unidad Regional Uno, a raíz del hallazgo de un cadáver, flotando en los reservorios de la Circunvalación Oeste a la altura de calle Gorostiaga. La causa recaló en el Juzgado de Instrucción Sexta, desde donde se realizaron diligencias para poder esclarecer el crimen.
Si bien Altamirano y Machado prefirieron no declarar en sede policial, luego negaron las acusaciones durante la indagatoria en Tribunales. Elías Machado dijo que ese día estuvo en su casa; mientras que Altamirano dio una explicación que no conformó a los investigadores, ya que no pudo justificar una serie de cortes y lesiones.
Además, consta en el expediente la declaración de otro muchacho, hermano de uno de los acusados, que dijo que ese día -domingo 25 de julio- vio pasar al “mudito” -el chico discapacitado- con Santiago, y que le pareció que se iban a pescar.
A propósito de sus dichos fueron consultados el sereno del Hipódromo y un cuidador de caballos que vive en las inmediaciones, pero ninguno de ellos pudo aportar datos sobre lo acontecido.
El único nexo entre los imputados y el homicidio de Bogarín son las prendas manchadas con sangre, que llamativamente coinciden con el grupo sanguíneo de la víctima.
Por la fuerza
Tal como pudo acreditar la Justicia, es probable que el domingo 25 de julio Santiago Bogarín, junto con el “mudito” haya sido conducido por la fuerza hasta las adyacencias de los reservorios, donde por causas que restan determinar le provocaron cortes con vidrios en los miembros superiores, lo golpearon y lo tiraron al agua.
Según dictaminó la autopsia, el hombre murió antes de que se consumaran una serie de atrocidades, como la introducción del pico de una botella de vidrio roto en el tórax y el empalamiento vía anal, entre otras.
Para el juez De la Torre las pruebas muestran “un grado de ensañamiento inusual, muy probablemente para confundir la investigación”.
De la Torre se basó “fundamentalmente a partir de lo informado por los resultados de laboratorio, respecto de las prendas de vestir y zapatillas que se le secuestran en los allanamientos”. Por eso si bien resta conocer los resultados de los análisis de ADN, “existen pruebas indiciarias suficientes como para confirmar la prisión preventiva que vienen sufriendo ambos imputados y dictarles el procesamiento”, manifestó el magistrado.
La abogada particular, Sandra Arredondo; y la defensora pública, Sandra Valenti, apelaron la resolución judicial, que será evaluada por la Cámara de Apelación Penal.
El 911 no llegó.
Un chofer del remís llamó el domingo 25 de julio al servicio de emergencias 911 para denunciar que algo raro ocurría en inmediaciones del hipódromo. Según relató el testigo, vio cómo se llevaban a los empujones a un hombre con dirección oeste. Aunque no pudo precisar quiénes eran, uno de los que actuaba con violencia tenía un buzo rojo y ninguno de ellos iba en bicicleta. El 911 nunca acudió al lugar después de la llamada de alerta.
Examen de ADN
El Juzgado de Instrucción Sexta solicitó a la Corte Provincial que autorice la realización de los exámenes de ADN, que estará a cargo de profesionales del Instituto Médico Legal de Rosario. Para ello se tomaron nuevas muestras de sangre a los imputados, que serán cotejadas con la de la víctima y con las manchas que tenían las prendas secuestradas. Hasta el momento se desconocen los resultados del estudio.