Matías Causso seis meses ausente
Priscila culpa a su padre
La chica habló de la infancia desgraciada que vivió junto a su hermano Matías en la casa paterna.

Priscila aseguró que su padre le dictó la carta en la que habló bien de su persona.
Foto: Archivo
José Luis Pagés
El 28 de diciembre de 2009 el chico Matías Causso se fue de su casa y desde entonces nada se sabe de él.
Pero aquello que seis meses atrás pareció una fuga del hogar hoy permite otra lectura.
A la desaparición de Matías siguieron otros hechos, a su padre se imputó maltrato infantil y su hermana se fue. Hoy Priscila, la hermana mayor de Matías vive en Paraná e hizo revelaciones sorprendentes.
Ella aseguró que fue obligada a escribir la carta pública que hablaba bien de su padre. Dijo: “El me la dictó”.
Priscila afirmó esta mañana que ella se fue porque estaba harta de ser explotada y porque además, tenía miedo.
“Todos sabían que vendíamos flores artificiales. Eramos dos chicos simpáticos, pero no sabían lo que había detrás”.
“A las siete ayudábamos a fabricar las flores, a las diez estábamos en el centro. Volvíamos a las 15 y a las 17 salíamos otra vez, para volver -a veces-, a las tres de la mañana”.
“Una semana antes del 28 de diciembre Matías se quedó dormido en una mesa de un boliche, Punto Q. Nos quedábamos dormidos en cualquier parte”.
“Matías no había querido volver porque en esos días mi papá y su mujer querían duplicar la ganancia, era diciembre”.
“Muerto de miedo Matías escapó de Punto Q cuando supo que mi papá lo buscaba. El pobre corrió y se escondió en nuestra propia casa”.
“Entonces pasó lo que pasaba siempre. Apareció el rebenque y siguieron las patadas, las trompadas”.
“Cuando yo tenía 9 años y mi hermano 6 ya éramos vendedores ambulantes, nos cruzaban el lomo a rebencazos cuando las cosas no iban bien”.
“Entonces cargábamos con bidones de lavandina, también con pan casero, alfajores, golosinas...”.
“Unos años después aparecieron las flores que fabricaba Natalia. Nos hicimos floristas”.
El relato de Priscila también incluyó una mención a las drogas pesadas. “Un par de veces, hice mandados. Entregué bolsitas con una sustancia blanca”, dijo sin dar más explicaciones.
Pero esa no fue la única mención a “la merca” como ella dice. Priscila habló de un hombre de quien sospecha lo peor.
“Nosotros conocíamos a un hombre que también era florista. El andaba metido en la droga y todos sus amigos eran fiolos”.
“Ese hombre hizo correr una versión falsa. Una vez me contó por qué lo había hecho. Fue en la plaza Alberdi, ahí me pidió que colaborara con él”.
“El decía decía a todo el mundo que se había peleado a muerte con mi papá, pero eso era mentira”.
“El hacía eso para que Matías volviera confiado, para que buscara refugio en su casa. En realidad él quería encerrarlo y entregarlo a mi papá. Eso me confió”.
“Tiempo después que Matías desapareció ese hombre se fue de Santa Fe y me dijeron que su casa fue demolida. Ahora vamos a pedir a la Justicia que ordene excavar en ese terreno”.
“Una semana después que perdimos el rastro de Matías, todas sus ropas fueron regaladas”, apuntó la chica con voz temblorosa.
Por lo visto Priscila teme lo peor, pero también conserva alguna esperanza.
La chica que hoy vive en Paraná ofreció a Matías el teléfono 0343 154 701296 para que se comunique con ella.
“Quiero decirle que ahora estoy bien con los tíos Barrena. Que acá tendrá cuidado y toda la protección necesaria. Nadie lo puede tocar”.
“Que no tenga miedo y me llame”, pidió y agregó “Y si todavía desconfía que nos diga si está bien, eso es todo, no importa dónde”.