11.3°En San Carlos Sud
Cerró el comedor y se abrió un espacio para dar apoyo escolar
De la redacción de El Litoral
A partir del mes de marzo, el comedor de la Iglesia Evangélica Valdense cerró sus puertas. A pesar de que en 1997 -cuando fue creado- atendía a cerca de 50 chicos de familias carecientes de San Carlos Sud, terminó brindando ese servicio a sólo 4 niños.
Tal disminución de los asistentes al comedor no está vinculada con que ha mejorado la situación social de esas personas, sino que “no se había podido generar un compromiso de parte de las familias de estos chicos y nosotros necesitábamos que los padres nos ayudaran en la cocina y en la limpieza de baños -estos trabajos se pagaban con los planes sociales de la comuna-”, comentó Héctor Cotichini, miembro de la comisión local de la Iglesia Evangélica Valdense de San Carlos, antiguo templo protestante.
De forma paulatina, algunas familias han dejado de asistir; otras estuvieron durante un tiempo de manera esporádica en la zona porque después se trasladaban por el resto de la provincia. Y de esta manera, “el funcionamiento dejaba de ser sustentable”.
Por estas razones, “lo que surgió como un comedor comunitario en 1997 se convirtió en un proyecto misionero de la iglesia -basado en la ayuda pedagógica-, que es solventado por las iglesias del exterior”. A partir de ahora, “esto se ha transformado en un espacio en el que se le brinda una ayuda escolar a los chicos y se trabaja de forma coordinada con la psicopedagoga de la Escuela Manuel Belgrano 359 y con miembros de la comunidad, para dar ese apoyo escolar.
En esta primera etapa, se ha empezado a trabajar con 4 chicos y se espera, en poco tiempo, llegar a otros 13 alumnos. Y así de a poco, “pensamos que se vayan incorporando otros más, y a fin de año se elaborará una conclusión sobre cómo evolucionó esta propuesta”, resaltó Cotichini.
Lamentable
Desde la Iglesia Evangélica Valdense se lamentan el no haber podido contar con un grupo de voluntariado, para llevar adelante distintas tareas dentro del comedor. El comedor contaba con 2 personas en la cocina, una destinada a la limpieza, la psicopedagoga y la maestra de apoyo escolar para asistir a sólo 4 chicos.
A pesar de esto, los miembros de la iglesia agradecen a esa parte de la comunidad que ha colaborado desinteresadamente para que el comedor funcionara. Se trata justamente de todos aquellos particulares que brindaron donaciones de forma anónima, a las instituciones y a la iglesia congregacional que ayudaron a que este comedor funcione.
