Apuntes de política provincial
Cimbronazo en el Frente

Hermes Binner.
Foto: Archivo/El Litoral
Teresa Pandolfo
Nsotros tenemos que buscar la continuidad de nuestro plan de gobierno; este plan de veinte años, que por lo menos necesita ocho para consolidarse. Y creo que sería muy provechoso para Santa Fe que [el candidato a gobernador] sea del equipo que está hoy, que son los que están más consustanciados porque han asistido a todas las asambleas ciudadanas...”.
Las expresiones precedentes pertenecen al doctor Hermes Binner, y cualquier persona que conozca cómo funciona el gabinete y quiénes integran el núcleo más directo del mandatario sacaron la misma conclusión: que se refería a Antonio Bonfatti.
Como era de esperar, esta salida pública de Binner (ha expresado lo mismo en reuniones recoletas) provocó impacto en dos direcciones: internamente en el Partido Socialista (otros dos partidarios: Rubén Giustiniani y Miguel Lifschitz tienen iguales aspiraciones) y en el socio mayor de la coalición, el radicalismo, que sostendrá la postulación del Ing. Mario Barletta.
Dentro de su partido -que no es una sola corriente-, el doctor Binner está acostumbrado a que una decisión suya tenga un peso mayor a la de otros dirigentes. Pero la pregunta es por qué lo hizo ahora; qué necesidades evaluó, si lo hizo, para anticipar el debate.
Por un lado, se estima que su intención fue no perder poder, coyuntura que se da cuando se habla del futuro más que del presente. Otra lectura es que tanto Barletta como Giustiniani no pertenecen a su núcleo y que en el fondo, el gobernador considera que el proyecto político pasa por su persona y por lo que están haciendo sus más directos colaboradores. Los demás son piezas necesarias pero secundarias.
A esta periodista no le extraña lo ocurrido. Sostiene que el doctor Binner se ha manejado siempre con mucha independencia; es la forma en que construyó su liderazgo. Además, ya se ha visto que muy poco toma en cuenta para decisiones de fondo la opinión de los socios de la coalición. Y en otro nivel, además, debería aceptarse como hecho repetido que sus declaraciones provoquen líos o temblores políticos o institucionales.
Desde el punto de vista institucional, no había necesidad ni de reforzar ningún escenario interno ni de abrir una herida en el Frente Progresista.
El radicalismo, y especialmente el Ing. Mario Barletta, viene bregando por la institucionalización del Frente, idea que cobró consistencia desde que la UCR resolvió las conducciones de sus órganos partidarios. El esquema de institucionalización del Frente contempla la forma en que se iban a definir las postulaciones futuras.
Perfiles
El nombre de Barletta ya está instalado, pero en la UCR se sostiene la conveniencia de esperar hasta el último trimestre para un pronunciamiento. De todas formas, internamente, se ha computado al intendente de la ciudad de Santa Fe como la expresión de un nuevo liderazgo.
De no aparecer razones, que por el momento no se observan, todo indica que el radicalismo perseverará con su nombre dentro del Frente.
En tanto, también conociendo la historia del doctor Binner, si su preferencia es por Bonfatti, no claudicará en su elección. Los próximos meses dirán cómo resolverá el Socialismo sus diferencias.
La figura de Rubén Giustiniani es muy respetada. El senador recorre el territorio periódicamente -no lo dejó de hacer desde las elecciones de junio de 2009- y mantiene una buena relación con los medios de prensa. Es un interrogante si la sociedad lo internaliza. Lo que sí se sabe es que sostiene una idea de gestión de gobierno diferente a la que encaró Binner y también en relación a cómo manejar la relación con la oposición en la provincia.
Por su parte, el doctor Bonfatti es la persona de confianza de Binner. No es nueva su opinión respecto de la importancia de haber consolidado un equipo de gobierno. Representa la continuidad del esquema planteado con sus luces y sus sombras en la gestión. En Rosario, mide en encuestas menos que Lifschitz.
Tal como se expresara en “Apuntes...” de la semana pasada resulta imposible hacer consideraciones con algún nivel de certeza sobre cómo quedarán las piezas en el tablero, porque mucho dependerá del armado del frente opositor en la Nación y de quiénes terminarán jugando en las primeras líneas. No se conoce todavía el marco que tendrá el país electoral, es decir el mapa que llevará el peronismo y cómo se comportará la izquierda.
Relaciones
En otro plano de hechos, en la semana se dieron dos reuniones entre el Ejecutivo y los otros dos poderes del Estado. Una de ellas fue pedida por la Corte Suprema de Justicia y se concretó el viernes en Rosario. Algunos de los integrantes del máximo tribunal consideraron que debía cerrarse una etapa caracterizada por el contrapunto permanente en los medios de prensa debido al deterioro que como poder del Estado les producía y al peso de las cuestiones a resolver, que ameritaba una relación seria por los canales institucionales.
Para el gobernador, la reforma procesal penal es un tema emblemático y desea ver completadas todas las etapas pendientes de aplicación, en tanto la Corte tiene a estudio el escrito del Dr. Agustín Bassó respecto de la inconstitucionalidad de algunos artículos de la ley de Ministerio Público, uno de los pilares de la reforma.
El Dr. Rafael Gutiérrez, a la salida de la reunión y ante la prensa, dijo que se había ratificado la voluntad para proseguir el proceso de cambios en la justicia.
La otra reunión tuvo lugar, por invitación de Binner, con los senadores justicialistas. Difícilmente, un encuentro pueda cambiar posiciones conceptuales en temas como reforma constitucional y de la base tributaria. Para el gobierno era necesario, finalmente, tener una relación con el Senado, al cual ha venido fustigando por votar distinto al oficialismo. En el Bloque PJ, se consideró oportuna esta convocatoria de todos con el gobierno, y el tema central que llevaron fue el de la inseguridad. Los demás tópicos, de interés de unos y otros, quedaron expuestos en sus trazos gruesos, con la promesa de reuniones periódicas.
Como lo puntualizó el doctor Héctor Superti, que se dialogue no significa coincidir. Estos encuentros tuvieron actores muy fuertes. El punto es con qué madurez se van a manejar en el futuro. Hasta dónde, en beneficio de un rédito interno para la provincia, las posturas personales se podrán morigerar para dar paso a la negociación y a los acuerdos.