Contra una periodista santacruceña
Repudian atentado
La Asociación de Entidades Periodísticas Argentinas (Adepa) expresó su “preocupación” por el atentado sufrido por la periodista santacruceña Adela Gómez, que la entidad periodística vinculó con “el desempeño de su labor profesional”.
El automóvil de la mujer, que dejó estacionado en la puerta de su casa, en Caleta Olivia, fue incendiado intencionalmente, hecho que la víctima relacionó “con el poder político o económico”, a la vez que afirmó tener “mucho miedo” y anticipó la posibilidad de dejar la profesión.
“Limitar el derecho a expresar libremente lo que se piensa infundiendo temor, es una vieja práctica de personas que reniegan de la libertad de expresión y no le dan valor al disenso civilizado”, manifestó Adepa en un comunicado.
Según indicó el pronunciamiento, estos hechos “son residuos de un doloroso pasado autoritario, de un reflejo antirrepublicano que pretende disciplinar en vez de convencer. Lamentablemente, a veintisiete años de recuperada la democracia como forma de vida, subsisten conductas que la niegan en los hechos, con la agravante de que muchas veces provienen de personas y grupos que se proclaman militantes políticos”.
Por último, la entidad empresaria sostuvo que “reivindica la labor periodística ejercida con responsabilidad profesional y aguarda que la Justicia logre un pronto esclarecimiento de esta violenta acción”.
Impunidad
Gómez, por su parte, en una conferencia de prensa contó que “mis hijos me dicen “ya te pegaron siete tiros (en 2007), te incendiaron el auto, es evidente que van por vos’”.
La periodista aclaró que “en ningún momento” vinculó el ataque perpetrado en la madrugada del domingo con el intendente Fernando Cotillo y señaló que recibió mensajes de solidaridad del jefe comunal, del gobernador Daniel Peralta y de su esposa, la diputada nacional Blanca Blanco.
En una rueda de prensa en la radio XXI donde trabaja, Gómez dijo: “No tengo ningún problema en retractarme, en ningún momento nombré al intendente. Lo que sí dije y sigo sosteniendo es que para que alguien actúe con tanta impunidad -porque tuvieron el tiempo de rociar el auto con nafta y dejaron un bidón abajo del auto para que explote- tiene que estar ligado al poder político o al poder económico”.
César Amaya, dueño de la radio y abogado de Gómez, argumentó que “el ataque puso en riesgo su vida” y sostuvo que “la siguieron o la estaban esperando” frente a su casa donde, dijo, “incendiaron el auto con mucha frialdad, en la unidad más sensible que es el motor. Dejaron que goteara y después lo prendieron fuego, no se trata de una piedra al boleo, hubo una planificación”, acotó.
Amaya reclamó que “el poder político garantice la seguridad de la emisora y de los trabajadores. Una trabajadora que deja de trabajar en lo que quiere por miedo significa que estamos perdiendo ante la mafia”, dijo.