El dilema de Mohamed en Colón
Atacar... ¿cueste lo que cueste?
El “Turco” no resigna nunca el enganche y los puntas, pero además sostiene siempre tres atrás y ahora “liberó” la zona de los volantes centrales.
Darío Pignata
(Buenos Aires/Enviado Especial)
“El mozo me pide un equipo, el portero del edificio otro, el taxista uno distinto”, se animó a confesar el “Turco” Mohamed. Y está bien que le pase eso, porque así es la ciudad y así es Colón en la ciudad. Todos tienen licencia para opinar si de fútbol se trata. Opina el hincha, el socio, el dirigente, la prensa. Cada uno de los que opinamos tenemos nuestro equipo ideal, el esquema, los nombres y hasta la estrategia.
El actual entrenador está, en términos de acertar para un partido puntual, más allá del bien y del mal. Lo que Mohamed consiguió en Colón no depende ya a esta altura de un resultado, mucho menos de un cambio o de un planteo.
De afuera se nota a un técnico “apurado” por romper esta malaria de cinco partidos sin poder ganar. Le duele al “Turco” tres puntos de quince justo cuando, eliminado de la Copa Libertadores, se tiraba de panza a la pileta del campeonato.
Debo admitir que desde el vamos me pareció un entrenador audaz, cero respeto a las famosas estructuras, transgresor de la táctica y “vivo” para darse cuenta de cómo ganar un partido desde el banco. Y nunca se pudo dudar de su vocación ofensiva. ¡Si cuando tomó a Colón comprometido con el descenso y el promedio, se animó a jugar desde el vamos con Ramírez, Gandín y Cardetti, sabiendo que de los tres no bajaba ninguno nunca!
Cuando logró sacar el colchón de puntos que le dio tranquilidad, empezó a darle forma a su equipo. Pero en ese momento, cuando llegó a Santa Fe, no le quedaba otra que arriesgar.
Hoy, dos años después, con otros objetivos, el “Turco” se plantea exactamente lo mismo: atacar, cueste lo que cueste. Es por ello que nunca resigna el enlace (Bertoglio) y los dos puntas (siempre “Bichi” y otro más); arriesga con la línea de tres juegue quien juegue y ahora, en los últimos dos partidos, le agregó una “liberación” casi total de la zona central donde juegan los dos volantes centrales.
Frente a Gimnasia, los famosos carrileros fueron Bertoglio por derecha y Lucero por izquierda, con los dos puntas arriba (Fuertes y Nieto), más al agregado de Coudet de doble cinco. El sábado, en el Gasómetro, sabiendo que no podía tener a Capurro ni a Pellerano, volvió a quedar el “Chacho” de doble cinco al lado de Rivarola: cuando lo expulsaron a “Pirulo”, siguió dejando al ex Central como volante de... contención. Sí, leyó bien, de contención.
Ninguno de los volantes que el “Turco” tenía en el banco podía darle una mano a Coudet por el medio: Ramírez no es de marca, Facundo Sánchez tampoco y Lucas Acosta menos.
Demasiado abierto
Sin los volantes centrales habituales (Pellerano y Capurro, lesionados; Rivarola expulsado) y sin Garcé como líbero para achicar espacios con rapidez, el equipo queda demasiado expuesto a que lo lastimen. Ya no se habla de extrañar al Prediger de antes que corría solo a todos, sino de buscar un punto medio. En algún pasaje de la temporada, “sonó” el chico Mauro Bellone, y hasta Nico Torres llegó a Colón en su momento con el antecedente de ser más doble cinco que “3”, por más que acá el “Turco” lo laburó como stopper izquierdo.
Pellerano está descartado por lesión para jugar con Independiente; Rivarola fue expulsado y Capurro está en veremos. Para respaldar a un solo “5” como fue Coudet en el Bajo Flores, no queda otra ante el puntero que armar una línea de cuatro atrás. Con Garcé o sin Garcé. Iván Moreno tiene asegurado el lugar en la zona de los volantes; las otras opciones sólo descansan con Mohamed en la almohada.
Sin el defensor más rápido (Garcé) y sin los volantes centrales habitualmente titulares (Pellerano, Capurro, Rivarola), era previsible que pasara lo que pasó. Que a Colón, para colmo con diez, lo encerraran cerca de Pozo.
El punto de equilibrio
No está mal que, con el promedio consolidado, el “Turco” entienda que “hay que cantar falta envido en todas las manos” y salir a ganar siempre en las 9 fechas restantes, para tratar de pelear arriba en el final como en los campeonatos anteriores.
El “otro” Colón, como lo bautizamos ayer en el comentario de El Litoral, se ganaba los elogios por ser ordenado, combativo y efectivo. Quedó en claro que la garra no se perdió y se “mataron” corriendo con uno menos que San Lorenzo. Y en cuanto a la efectividad, casi siempre el equipo hace un gol o más. Pero se perdió el orden, acaso como una consecuencia lógica de querer ganar “como sea” en estas cinco fechas.
Hoy el dilema del “Turco” Mohamed está planteado en atacar, atacar y atacar. Pero uno se pregunta a qué costo. Esta mini-crisis obliga a repasar la vieja receta: pararse bien atrás, equilibrarse en el medio y ser agresivo arriba como el DT quiera. Si el “Turco” quiere jugar con Bertoglio de enlace y tres puntas arriba, la intención vale. Pero a la casa hay que ponerle cimientos sólidos abajo, para poder bancar la estructura de arriba. Porque hoy el “Turco” desea una planta alta con dos o tres pisos más y para sustentar eso, primero hay que afirmar la base. Si no, cualquier vientito fuerte se puede transformar en tsunami.

El “Chacho” Coudet, a los 35 años, quedó como el único volante central del equipo: corrió mucho, hizo lo que pudo. Sería mejor que corra otro y que el ex Central tenga panorama para pensar, porque juega bien. Foto: DyN
3
Retornos
Son los que presentaría el Colón de Antonio Mohamed frente a Independiente. Se trata del “Chino” Ariel Garcé, recuperado de la lesión; Nico Torres, después de cumplir frente a San Lorenzo la fecha de suspensión; Alejandro Capurro, también después de superar una molestia física contra Gimnasia en Santa Fe.
Las pelotas y los peruanos
Pedro Eusebio, junto a Carlos Marín y Rubén Moncagatta, fueron los dirigentes sabaleros que junto al presidente Germán Lerche acompañaron a la delegación desde temprano el sábado en el Nuevo Gasómetro. Todos andaban, en la previa, a las corridas: en el caso de Eusebio, para poder hacer ingresar al estadio a las categorías inferiores de AFA que habían jugado en Buenos Aires y querían ver el partido de Primera. En cuanto a Moncagatta, coordinando los detalles del micro del plantel y la salida de Mohamed.
Se pudo averiguar que Colón realizó una compra de 300 balones para las divisiones inferiores (100 para las propias y 200 para los convenios) y que ya llegaron a Santa Fe dos jóvenes futbolistas peruanos, como parte del acuerdo con los clubes del país hermano. Se alojarán en la pensión y serán probados por los técnicos sabaleros.
En las amplias tribunas del Nuevo Gasómetro, Colón estuvo acompañado por unos 500 simpatizantes, cuyas banderas más notorias inscribían: “Colón es Santa Fe”; “Sabaleros en Rosario”, “Esperanza”; “Fidelidad Eterna”; “Belgrano” y “Chapa Rincón”, entre otras varias. Además, se lo pudo ver al popular “Lechuga” con su atuendo pero ya sin el loro.
Silvera es duda.
Uno de los artilleros de Independiente, el ex Unión Andrés Silvera, es la gran duda del “Tolo” Américo Gallego para el partido del domingo, a las 17, frente a Colón, en el Cementerio de los Elefantes. El punta volvió a sentir una molestia física y debió ser reemplazado en el entretiempo.
/// el dato