Apuntes de política provincial
Ciudadanos rehenes

Los Kirchner no cambian, pese a las urnas.
Foto: Archivo/El Litoral
Teresa Pandolfo
No es sólo impotencia lo que se siente frente a lo que ocurre en el plano nacional. Es sensación de fracaso institucional, aunque se deba hacer todo lo posible para mantener las instituciones.
Nuevamente, la Cámara de Diputados de la Nación le ha conferido facultades delegadas y superpoderes al Poder Ejecutivo, en este caso por un año más. Y mientras esto sucedía, bajo el paraguas del derecho “universal” de ver fútbol por televisión, se acuerda la participación del Estado en los negocios del fútbol y, entre otras cosas, se posterga la baja de retenciones a la producción granaria que permitiría la reactivación en cadena del sector agroindustrial.
Obviamente que después de conocido el acuerdo para el fútbol, el gobierno debía salir con una medida de carácter social para compensar la balanza. Fue el anuncio de la presidenta sobre la creación de 100.000 puestos de trabajo. ¿Pasará lo mismo que con los planes Federales de Viviendas I y II, para los cuales nunca terminaron de llegar los fondos y las obras se paralizaron? Para la primera etapa del programa anunciado se dispondrían 1.500 millones de pesos para su aplicación en el conurbano bonaerense, lugar donde el kirchnerismo busca profundizar su poder.
Mientras tanto, las decisiones relacionadas con la columna vertebral de la economía del país se posponen.
Si la explicación dada es que los Kirchner y quienes los rodean tienen una cuestión ideológica con la dirigencia y los productores agropecuarios, hay que decir que al matrimonio presidencial muy poco le interesa que el interior se empobrezca y crezcan las migraciones hacia las áreas metropolitanas. Idem respecto de la pobreza o cuando anunció el aumento de las jubilaciones nacionales. La mínima, en poco más de 800 pesos, está muy lejos de los números que marcan la línea de pobreza según el Indec: 1.014 pesos.
En realidad, escasamente parece importar lo que le pasa al país y la calidad de vida de sus habitantes. Todo es como un gran cuento.
La lucha es por el poder y, dentro de este esquema, el romper el núcleo de negocios del Grupo Clarín ha sido uno de los propósitos más claramente expuestos. Primero fueron las críticas a los titulares y posiciones editoriales del matutino de mayor circulación en el país; luego la intervención en el fútbol, y ahora sigue la decisión de llevar adelante el proyecto de ley de radiodifusión.
La pelea de fondo -el mantenimiento del poder por parte de los Kirchner, que no van a cambiar sus posturas- apunta a la carrera para la presidencia en el 2011. En el escenario se encuentra un justicialismo, atomizado luego de la derrota del 28 de junio, y en la vereda de enfrente la disputa dentro de la oposición por las aspiraciones de Julio Cobos y Elisa Carrió, que ha impedido mostrarse como alternativa de cambio.
Mientras que en la cúspide del poder esto es lo que sucede, las provincias se han ido desfinanciando: reciben menos coparticipación y han visto mermada su actividad económica, la otra vía de recursos a los efectos tributarios. Santa Fe ha sido perjudicada por la política nacional.
Una luz queda
El jueves próximo puede ser nuevamente un día clave para el país porque el Senado de la Nación debe tratar las facultades delegadas.
Al cierre de “Apuntes...” todo indicaba que el bloque mayoritario kirchnerista estaba más cerca de contar con los votos necesarios (37) para su aprobación, pero “no se sabe nunca, porque hay muchos legisladores que votan “raro’ ”, dijo a esta periodista Rubén Giustiniani.
Los tres senadores nacionales por Santa Fe anticiparon que votarán en contra de los superpoderes.
Se presume que la semana será muy fuerte en presiones para los legisladores de otras provincias, tanto por parte de la dirigencia del campo -que persigue la baja de las retenciones- como de otros sectores que observan con preocupación la orientación del gobierno nacional, tanto en su política interna como en los aliados internacionales que ha elegido: Hugo Chávez y Evo Morales, entre otros.
¿Puede ser el jueves una jornada similar a la vivida cuando el Senado derogó la resolución 125 de retenciones móviles? Quizás haya menos exteriorización de apoyos y rechazos, pero es tan crucial como aquélla.
Lamentablemente, no llegaron nunca los acuerdos mínimos que debieron surgir de una lectura correcta del resultado de las elecciones del 28 de junio pasado. La oposición -incluso la proveniente del justicialismo disidente- hizo todo lo posible para preservar la gobernabilidad y darle contenido al resultado eleccionario. Pero el gobierno redobló su embestida para su preservación en el poder, sin tomar en cuenta el mensaje de las urnas.
Los días por venir serán intensos. Ya el gobierno tuvo que retroceder con los aumentos de tarifas del gas y electricidad, por la crispación social que habían generado.
La presión ciudadana golpeó a los legisladores, y el gobierno no estuvo seguro de tener los votos en el Congreso para mantener el decreto Nº 2.067 que creó el “cargo” para el gas.
El hecho fue patético: mientras funcionarios de la Secretaría de Energía discutían con los legisladores por qué era necesario ese “cargo”, el ministro Julio de Vido anunciaba públicamente la decisión de suspender transitoriamente su aplicación. Igualmente ocurría con los incrementos en la luz en Capital Federal y provincia de Buenos Aires.
La presión social le marcó una fuerte señal a los legisladores nacionales y al PE, que debió dar marcha atrás. Las cacerolas asustan al gobierno,
Pero no habría que llamarse a engaño, los objetivos ya han sido explicitados por parte del kirchnerismo que redobló su marcha.
Quizás en esta semana, en el Senado de la Nación se encuentre otra oportunidad para frenar tanto sinsentido, porque la gobernabilidad exige racionalidad y acuerdos, aunque sean mínimos.