Edición del Domingo 31 de mayo de 2009

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Lo que se juega en las próximas elecciones - Edición Impresa - Opinión Opinión

De domingo a domingo

Lo que se juega en las próximas elecciones

Hugo E. Grimaldi

(DyN)

A no engañarse. Quizás los votantes crean que han sido convocados el 28 de junio para elegir diputados y senadores y cambiar la composición del Congreso, pero en verdad serán parte de otra cosa. En la fecha de las legislativas de medio término se estará dirimiendo en las urnas una situación diferente: nada más, ni nada menos, que las elecciones primarias de la interna peronista, con vistas a posicionar un candidato a presidente para el año 2011.

Lo que está muy claro es que, en medio de una crisis socioeconómica internacional y también local, que requiere la atención primordial de gobernantes y opositores y sin que parezca que los candidatos hayan tomado conciencia hasta ahora de lo difícil que será transitar la segunda parte del año, es tanta la ansiedad que se respira en la esquizofrénica política argentina que se han adelantado todos los tiempos.

La situación más notoria se dará en el peronismo, ya que se calcula que mucho más de la mitad del país votará por cualquiera de sus variantes, incluida el macrismo, pero es verdad también que la oposición estará atenta para contar sus propios porotos en el mismo sentido, para saber ya mismo quién pica en punta para cubrir el próximo turno presidencial.

Por ese motivo, las boletas de todos los partidos reproducen fórmulas en sus cabezales, que contribuyen a enmascarar la lista sábana y por eso también, en el peronismo oficial se realza el valor de las candidaturas testimoniales, o se dice que “eventualmente” se asumirá, ya que no interesa tanto ser diputado, como contribuir al respaldo del llamado “modelo” y a su hacedor, Néstor Kirchner.

Para un hombre de la política muy cercano al matrimonio presidencial, este fenómeno, que no es nuevo en el peronismo, de dirimir las internas en una elección general será más evidente que en ninguna otra parte en la provincia de Buenos Aires. “La provincia no vota a diputado, sino que se mira arriba de la lista quién está y a Margarita Stolbizer no se la vislumbra como alguien que venga a mandar”, señala. En el territorio bonaerense, que ya ha sido definido por el ex presidente como el lugar donde se va a librar “la madre de todas las batallas”, las dos variantes del peronismo podrían sumar, como mínimo, dos tercios de los votos y ganar aunque sea “por uno”, le daría a Kirchner la única posibilidad de sentarse a la mesa de negociación de candidaturas para 2011 con el distrito más poderoso en sus manos. Si allí gana por 4 ó 5 puntos, como se prevé, del otro lado de la mesa estaría a la cabeza del llamado Peronismo Federal, Carlos Reutemann a quien se le sumaría en primera instancia Juan Schiaretti, Jorge Busti y Juan Carlos Romero, junto a lo que quede de la Unión-PRO bonaerense.

Entonces, el tironeo con miras a las próximas presidenciales será feroz y todo dependerá en las negociaciones de la diferencia que haya podido establecer el kirchnerismo y del juego que Reutemann le otorgue a Mauricio Macri, más las concesiones que Kirchner decida hacer a favor de Daniel Scioli, su eventual candidato de mínima. En este escenario de que “no se gane por mucho”, se estima que Kirchner -ya no jefe del justicialismo sino estratega del gobierno- se dedicará a sostener a la presidenta y que hará acuerdos, si es necesario y con la nariz tapada, con el Fondo Monetario, aunque se estima que no podrá ir a fondo, como le gustaría, contra el sistema bancario, por ejemplo, a quien le seguirá pidiendo, desde ya, que baje las tasas.

Pero ante la hipótesis de que Néstor pierda en Buenos Aires, quienes analizan el futuro del kirchnerismo dentro del PJ lo ven definitivamente negro, ya que presumen que el peronismo bonaerense entraría en una severa turbulencia y que estallarían por el aire todas las alianzas con los intendentes. En este escenario, uno de los grandes perdedores sería Scioli y el gran ganador Francisco De Narváez , y volvería a aparecer por detrás el duhaldismo, como una gran ambulancia, recogiendo a las viudas kirchneristas.

Kirchner podría quedar a merced de las negociaciones, algo que al ex presidente no le gusta para nada. Quienes interpretan la estrategia K cerca del círculo aúlico se muestran, antes que exultantes, preocupados por un triunfo en Buenos Aires que supere los 10 puntos, por ejemplo y no por lo que suceda en la interna precisamente, porque con esos guarismos la estiman controlable, ya que “se van a encolumnar todos”. En realidad, temen que una victoria de ese calibre lo “desate” a Kirchner en materia de decisiones gubernamentales de alto impacto. Entre las situaciones más críticas que podrían darse, se mencionan que se genere un proceso devaluatorio que lo enfrente con la CGT o que se eche mano a fondos hasta ahora intocables de los bancos (canje de depósitos en dólares por un bono), lo que va a provocar la reacción de las organizaciones empresarias, que ya la semana pasada le advirtieron al gobierno que no hay margen para experiencias estatizantes, bronca que podría manifestarse en una nueva fuga de capitales si el escenario se torna altamente conflictivo “a la usanza chavista”.

En cambio, si el escenario es a la inversa y el kirchnerismo pierde en Buenos Aires, no habrá que descartar que el bloqueo sistemático de leyes en el Congreso le permita decir a Cristina Fernández que no puede gobernar y que entonces, el año próximo, se haga un llamado a elecciones anticipadas, se conjetura en Olivos. “Es lo que debe haber intuido Macri, cuando habló de la transición”, se afirma. Sin embargo, en materia de gobernabilidad, los kirchneristas marcan como muy importante un hecho legislativo que no habrá que dejar de pasar por alto a la hora del análisis, como es saber quién será el presidente de la Cámara de Diputados en diciembre, en la que el kirchnerismo podría llegar a tener, con suerte, 100 miembros.

Hasta hace unos años, el titular de la Cámara Baja representaba a la primera minoría, pero esa tradición fue vulnerada en los tiempos de la crisis y así la próxima presidencia, por el peso de los votos del resto de los diputados (160), podría recaer en un opositor. Si se da esta posibilidad extrema, el modelo kirchnerista de concentración de poder a nivel gubernamental, habría sido neutralizado por la reconstitución del aparato partidario, con lo cual se avizora para el PJ un nuevo giro hacia posturas más centristas. El viraje -que no sería tan extremo en cuestiones referidas a la concepción que tiene el peronismo de la economía, ya que Reutemann habla con Roberto Lavagna, por ejemplo- dejaría fuera de juego, aunque sea por un tiempo, a los miembros del actual gabinete, salvo a Sergio Massa, quien podría volver a ser intendente de Tigre y mantenerse expectante en su carrera hacia la gobernación. La interna del justicialismo, adonde probablemente habrá que acomodar a los hermanos Rodríguez Saá y al menemismo residual, tendrá entonces un peso fundamental el próximo 28 de junio, pero también lo mismo estará ocurriendo, aunque en menor escala, en la oposición que representa el Acuerdo Cívico y Social (ACS), donde el ARI de Elisa Carrió buscará marcar su preeminencia sobre el radicalismo oficial (ambos de carácter nacional) y sobre Margarita Stolbizer, pero también de ésta sobre su partido de origen, específicamente en territorio bonaerense y todos para ponerse en la grilla de precandidatos para las presidenciales de 2011.



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