Edición del Jueves 07 de mayo de 2009

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Reutemann y los socialistas - Edición Impresa - Opinión Opinión

Mesa de café

Reutemann y los socialistas

Erdosain

—Binner salió con los tapones de punta contra Reutemann. Me gusta cuando actúa así, cuando dice lo que piensa sin pelos en la lengua -dice Abel.

—O cuando dice lo que le interesa para ganar una elección difícil -observa Marcial con una sonrisa mientras le agrega un sobrecito de azúcar a su té.

—Binner no tendrá pelos en la lengua pero no por eso deja de ser un gorila y de los más peludos -enfatiza José-. Acá el único que se juega, que habla sin pelos en la lengua , como corresponde a un buen peronista, es Rossi.

—Rossi no es peronista, es kirchnerista -señala Abel- el verdadero peronista es Reutemann.

—Si Reutemann fuera peronista, yo no lo votaría y ninguno de mis amigos le pondría un voto. Lo votamos porque se parece a nosotros y si se parece a nosotros es porque no es peronista.

—Sin embargo, he visto declaraciones y carteles en las calle de diferentes agrupaciones sindicales peronistas que lo apoyan -apunto yo.

—Eso no quiere decir nada -contesta Abel-, los peronistas pueden votarlo a Frankestein para ocupar puestos en el Estado.

—El peronismo no es lo que vos decís -contesta José-, el peronismo es la justicia social, es la lucha de los pobres, es la dignidad de los trabajadores...

—No me hagás reír que tengo los labios paspados -interrumpe Marcial.

—Acá parece que los únicos que tienen mística son los socialistas -contesta José-, socialistas que de socialistas lo único que tienen es el rótulo, son más amarillos que la mayonesa y unos maestros en el arte del oportunismo.

—Yo no te voy a dar la razón -interviene Marcial-, lo que te digo es que en Rosario los socialistas son los mejores amigos, los más devotos creyentes de la Fundación Libertad, un santuario del liberalismo conservador.

—Yo creo que no es para tanto -digo-, son socialistas modernos, que entienden que el motor de la historia no es la lucha de clases sino la construcción de grandes consensos.

—Si a un socialista le sacás la lucha de clases -puntualiza José-, queda un conservador, un liberal e incluso un populista, pero nunca un socialista.

—Nos no me vas a decir ahora que el verdadero socialista es Rossi -pregunta Abel con tono burlón.

—Rossi no es socialista -responde José-, pero está más comprometido con la causa popular que Binner.

—Esa sí que es una respuesta graciosa -acota Marcial.

—Lo gracioso es que Reutemann pretenda ser presidente -dice Abel.

—Por ahora lo que pretende es ganarle a Giustiniani, después veremos -replica Marcial.

—Yo creo que los santafesinos no van a volver al pasado. Ya nos equivocamos con Reutemann dos veces. No creo que sea necesario equivocarse una vez más. Reutemann no tiene nada nuevo que decirle a los santafesinos.

—Esto ya lo dijo Binner. Ahora me falta escuchar sobre el drama de los inundados y la represión de Rosario -desafía Marcial.

—Te lo puedo explicar -responde Abel.

—Explicáselo a los cientos de miles de votantes de Reutemann -replica Marcial.

—¿Y que pasa si se lo explicamos a cada uno de ellos? -pregunta Abel.

—Te van a decir lo mismo que digo yo: no comparto.



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