Una de las más bellas. Una de las más bellas arterias de Buenos Aires, la Avenida de Mayo, se reinventa a sí misma con el resurgir del tango en sus cafés, la puesta en valor de sus librerías y los recorridos por edificios monumentales que visitaron artistas e intelectuales de todo el mundo. textos de Almudena Calatrava.
La más europea de las calles de la capital argentina, inaugurada el 9 de mayo de 1894, vive un momento esplendoroso gracias a la iniciativa municipal para reimpulsarla como un destino turístico ineludible.
La avenida en donde vivieron o que pasearon artistas e intelectuales como Federico García Lorca, Carlos Gardel, Le Corbusier, Jorge Luis Borges, José Ortega y Gasset, Giaccomo Puccini, Georges Clemenceau y Albert Einstein es centro de numerosas actividades culturales en librerías, bares, y sedes de los edificios más representativos.
Este relanzamiento turístico incluye visitas guiadas, conciertos líricos, exposición de libros incunables, charlas con escritores, espectáculos de tango, flamenco, folk celta y danzas regionales de España, país del que provienen muchos de los emigrantes que se instalaron en la avenida, testigo de enfrentamientos entre republicanos y franquistas durante la Guerra Civil española.
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Algunos lugares protagonistas de la movida cultural son la Academia Nacional de Tango, la Casa de la Cultura, el Café Tortoni, El Bar Los 36 Billares, el restaurante de tapas El Ávila, la cafetería London City, el Teatro Avenida, las librerías El Túnel y El Ventanal y el Hotel Castelar.
El tango es uno de los géneros musicales que ha copado la popular avenida. Orquestas, cantantes y parejas ocupan todos los fines de semana la vía pública y los escenarios de cafés y bellos edificios oficiales para mostrar la difícil técnica de ese ritmo rioplatense.
La Avenida de Mayo es el producto de la visión progresista de estadistas como Domingo Faustino Sarmiento, quien en la segunda mitad del siglo XIX se propuso modernizar la ciudad de Buenos Aires. Hacia 1880 comenzó la apertura de una avenida que unía la tradicional Plaza de Mayo con la Plaza del Congreso, con anchas veredas arboladas, mesas de café al aire libre y elegantes edificios de arquitectura europea.
Los turistas pueden optar por realizar un circuito autoguiado por la Plaza de Mayo, la Plaza del Congreso y la Avenida de Mayo, en un recorrido que aborda parte de la historia política y cultural argentina.
Algunos de los principales puntos de este recorrido son la Casa Rosada (sede del gobierno nacional); el Banco Nación; la Catedral; el Cabildo de Buenos Aires; el Palacio de Gobierno; la antiquísima línea A del metro; la Casa de la Cultura ; el tradicional Restaurante Pedemonte; el Palacio Vera y el Café Tortoni.
Los espectáculos incluidos en el programa proponen un viaje de 200 años al pasado para conocer las costumbres de la antigua plaza principal de la ciudad (hoy Plaza de Mayo).
Además hay visitas guiadas gratuitas al monumental Palacio de Gobierno de la capital, a la Casa de la Cultura y a los bares más tradicionales.
También se organizan charlas de reconocidos escritores en las librerías de libros antiguos.
El poeta granadino Federico García Lorca es recordado con la puesta en escena de obras como El amor de Don Perlimplín, con Belisa en su jardín y actividades evocativas de su estadía en Buenos Aires en 1933, cuando se alojó en el Hotel Castelar.
Uno de los lugares evocativos de ese y otros artistas es el Teatro Avenida, inaugurado en 1908. Por su escenario pasaron figuras españolas como Lola Membrives -intérprete de la obra lorquiana "Bodas de sangre" en 1933- Carmen Amaya, Margarita Xirgu y Miguel de Molina.
ESTILO ART DÉCO
En tanto, el rastro de Carlos Gardel se puede seguir por el histórico Café Tortoni, donde el 27 de junio de 1927 el célebre cantante de tango animó el agasajo a Luigi Pirandello, cuya compañía se presentó en Buenos Aires.
El "Zorzal criollo" actuó junto a los guitarristas José Ricardo y Guillermo Barbieri. En el primer piso del mismo edificio donde está el Tortoni se halla la Academia Nacional del Tango.
Uno de los edificios que fue testigo de la cultura porteña es el que ocupaba el famoso Diario Crítica, de estilo art déco.
Destacan en su fachada el balcón central y las cuatro estatuas. El diario fue clausurado y reabierto varias veces. En él escribieron Borges y Roberto Arlt.
Otro edificio emblemático es el que fue sede del diario La Prensa y hoy es ocupado por oficinas del gobierno de Buenos Aires. Allí estuvo el científico alemán Albert Einstein en una visita realizada en 1925.
También destaca el Pasaje Barolo, situado en el número 1300 de la Avenida de Mayo. Era el edificio más alto de Buenos Aires, dedicado a oficinas y con un faro giratorio instalado en la cúpula. La construcción está llena de referencias a la Divina Comedia, de Dante Alighieri.