Jorge González fue encontrado muerto el 25 de diciembre, en el asiento de la camioneta que usaba para hacer el reparto. El caso se presentó como un accidente, pero ahora reclaman que se investigue si se trató de un homicidio. Ese día lo esperaban para celebrar el cumpleaños de su madre.
"Viejo, no lo pude salvar", le habría dicho un joven de unos 20 años, a Antonio David González, padre del sodero calcinado la tarde del 25 de diciembre. La confesión ocurrió minutos después de que la familia tomara conocimiento de la trágica noticia: Jorge González estaba muerto, calcinado dentro de su camioneta, en una alcantarilla.
Jorge Enrique González era un sodero de 44 años, que vivía en el barrio 29 de Abril. Ese día había estado en su casa junto a un grupo de personas, algunos de ellos vecinos, ninguno de los cuales aportó pistas sobre el hecho.
La vieja camioneta Ford circulaba por calle Saavedra al 8600, cuando se salió del camino, cayó en una zanja y se incendió. Al menos ese fue el primer relato, de lo ocurrido en horas de la siesta de la navidad.
Se dijo que el conductor había quedado atrapado en la cabina, pero más tarde surgieron versiones de que dos sujetos se alejaron del vehículo cuando se iniciaron las llamas.
A González le decían "Nene" o "Pelado", recuerda su hermana Liliana, que aseguró que "no tenía problemas con nadie". Ese día tenía que ir hasta la casa de sus padres, donde juntos festejarían el cumpleaños de su mamá. Pero el día festivo se transformó en una tragedia familiar que todavía no logran comprender.