No se hablaba de otra cosa. Para colmo, al no jugarse el partido de reserva -Olimpo no compite-, el hincha y socio que está acostumbrado a ir temprano al Cementerio de los Elefantes cumplió igual con el ritual; a pesar de que la cancha se abrió recién una hora antes del inicio. Los rostros de los plateístas que peinan canas reflejaban de qué tema se hablaba en la ronda, mientras el humo de los "choripanes" actuaba de testigo.

"Che, ¿escucharon en la radio lo de la "Chiva' Di Meola", era la frase más utilizada. De pronto, también hubo un: "Poné más fuerte, que está hablando el médico del Cullen". Al toque, una vez desparramada la noticia por los pasillos del Brigadier López, empezaron a aparecer -una tras otra, como sus goles- las anécdotas de gramilla de un tiempo que fue hermoso. Ni mejor ni peor. Simplemente, distinto al de hoy.

Concretamente, el jefe de la Unidad de Terapia Intensiva del Hospital José María Cullen -José Spedaletti- de nuestra ciudad informó que "el ex jugador de Colón, Edgardo Roberto Di Meola, presenta una falta total de movimientos en sus cuatro miembros, con un cuadro con síntomas propios de meningitis: rigidez en el cuello, cefalea e imposibilidad para mantenerse en pie. Dentro de la gravedad de su situación clínica, su estado se puede definir como estable".

Obviamente, Di Meola fue internado e intervenido quirúrgicamente el lunes por la noche. Por lo que pudo averiguar El Litoral, el foco infeccioso afectó y dañó su normal actividad cerebral. Con 55 años, la popular "Chiva" jugó más de 200 partidos con la camiseta de Colón, pasó a River Plate y fue citado, en base a sus actuaciones y goles, a la Selección Argentina que dirigía en ese momento el "Flaco" César Luis Menotti.

Hasta la racha brutal del "Bichi" Fuertes, Edgardo Di Meola era el máximo artillero de Colón en Primera División: marcó la friolera de 70 goles en 242 partidos.

Para la rica historia del clásico santafesino quedará para todos los tiempos aquella anécdota cuando le marcó con la sangre y luto un gol a Unión el 30 de octubre de 1977, en el arco de la Redonda y al volver a su casa, la madre no le quiso dar de comer. "En mi familia, eran todos hinchas de Unión", comentó. Luego, el increíble folclore santafesino diría que la misma "Chiva" también, de chico, simpatizaba por los colores de enfrente.

Pero en Colón, la "Chiva" Di Meola hizo todo lo que sueña cualquier pibe de potrero en Santa Fe: goleador e ídolo de los sabaleros, comprado por un club grande como River y convocado a la Selección Argentina.

Luego, para calmar el dolor y hacer olvidar la preocupación, Colón hizo feliz a su gente con goles de Denis y Fuertes. Fue, sin saberlo, un mensaje de fuerza para la "Chiva". Respetuosamente, Colón no podía ganar anoche con un gol de Lussenhoff o Romagnoli. Ganó con goles de sus delanteros. Aunque muchos coincidan en que "jugadores como Di Meola no tenían puesto...".

Mientras Colón le ganaba a Olimpo y respiraba un poco en la tabla, la "Chiva" Di Meola trataba de gambetear su destino y hacer un gol más en su vida. Justamente, un gol para poder vivir.

TOMBOLINI (5): otra vez una salida suya desde el arco, con precisión total, terminó en gol de Colón: lo dejó solito al "Bichi" desde 80 metros. No anduvo, en la función específica, tan seguro como otras veces.