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Edición impresa del 18/09/2004 | Revista Nosotros Nosotros

Anteojos de sol: sólo para tus ojos
Los anteojos de sol son un accesorio infaltable, más aún durante el verano. No sólo por cuestiones de moda y belleza: también protegen los ojos de los efectos nocivos de los rayos ultravioletas. La oferta es tan heterogénea como los precios, pero no todos brindan las mismas ventajas.

Además de una adecuada protección, a la hora de elegirlos es conveniente buscar cristales sin imperfecciones, que filtren la luz solar y que no distorsionen los objetos ni modifiquen los colores.

En general, el criterio de elección de cualquier protección solar efectiva debe basarse, en primer lugar, en el uso que se va a hacer de ella y, secundariamente, en los aspectos estéticos, ya que si se centra exclusivamente en este criterio, se podría utilizar una protección solar ineficaz, escasa o no válida.

El sol veraniego puede ser muy nocivo para la visión. El riesgo se corre cuando se usan anteojos sin un alto grado de protección para ir a la playa o a la nieve, porque el reflejo del sol puede quemar la superficie ocular y generar serios problemas en la retina. Lo mismo sucede con los cristales de colores, como rosa, amarillo y celeste: ninguno está recomendado para proteger la visión en la playa.

No se pueden ver, pero los rayos ultravioletas, principalmente los del tipo B (UVB), pueden provocar lesiones en la córnea y la retina, y desórdenes oculares asociados con la vejez.

Hoy, los expertos sostienen que el aumento llamativo de los casos de cataratas (una opacidad en el cristalino, la lente del ojo), particularmente entre los jóvenes -algo novedoso, puesto que era considerada una enfermedad de viejos-, es una consecuencia directa del abuso de la luz solar.

Consejos a la hora de comprar

Hay otros detalles técnicos que conviene tener en cuenta antes de comprar:

  • Elegir cristales tallados y no curvados. En los primeros, el block de cristal se talla con medios electrónicos y adquiere una forma original. En cambio, en los curvados el material se moldea con calor: la superficie óptica queda con imperfecciones que distorsionan la visión.
  • Debe bloquear el 99 % (o absorber 400 mm) de los UVB y los UV tipo A (UVA).
  • Los cristales tienen que ser oscuros, sobre todo si se los va a usar en la playa. Deben detener el 75 % de la luz solar visible. Con una prueba sencilla se puede verificar su intensidad: hay que pararse a unos 60 centímetros de un espejo y si son suficientemente oscuros el consumidor no podrá ver sus propios ojos.
  • Filtrando dudas

    El filtro de protección solar, es todo lente que impida la llegada de radiaciones nocivas provenientes directa o indirectamente del sol al ojo. De un modo general, podemos clasificar los distintos filtros de protección solar según sus características en:

  • 1. Filtros coloreados o tintados. No deben permitir la llegada de radiación ultravioleta (UV) al ojo, además de reducir la intensidad luminosa.
  • 2. Filtros fotocromáticos. Cambian de forma temporal de color en función de la intensidad de la radiación que reciben.
  • 3. Filtros espejados. Ofrecen una protección máxima frente al UV y se obtienen tras la deposición al vacío de una capa metálica sobre la superficie externa de la lente.
  • 4. Filtros polarizados. Minimizan los deslumbramientos, ya que eliminan los reflejos de ciertos ángulos de superficies como el agua, la nieve y la arena.
  • Criterios de calidad

    El precio no es un parámetro válido para evaluar la calidad de un filtro solar, lo importante a tener en cuenta es el filtraje UV (debe ser máximo), la calidad de visión (el lente no debe producir alteración de la visión de los contrastes y los relieves), las propiedades ópticas (se comprueban a través de un sencillo test de astigmatismo) y sus características físicas (forma y dimensión de las gafas, porque, por ejemplo, las monturas con lentes de tamaño muy reducido dejan pesar por los laterales un 20 % de la radiación UV).

    Asesoramiento profesional

    La elección de la protección no debe basarse exclusivamente en aspectos estéticos, puesto que puede suceder que no sea suficiente o sea de mala calidad. Por tanto, a la hora de la elección de una protección solar adecuada, se debe tener en cuenta la idoneidad de la misma para el uso que se le va a dar y la calidad que ofrece. De esto se deduce que es importante la supervisión y el asesoramiento especializado por parte del óptico-optometrista, a todo quien desea adquirir una protección solar y certificar si posee la calidad necesaria, como también cuáles son sus características específicas.





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