Edición del Sábado 06 de enero de 2001

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Edición impresa del 06/01/2001 | Campolitoral

Región: REG-09
Región

Bienvenido 2001


(Por N. S.).- Como todos los años, los frentes de viviendas y comercios de Reconquista y Avellaneda se engalanaron con adornos, luces y guirnaldas alusivas a las fiestas navideñas y de fin de año.

En las plazas centrales de ambas ciudades -25 de Mayo, en Reconquista, y 9 de Julio, en Avellaneda- se levantaron árboles, y en ésta última un original pesebre. Los fuegos de artificios ganaron el cielo con sus luces y sonidos.

Pero todo esto es un detalle más. Las fiestas en sí ¿qué significaron para quienes habitan este rinconcito del norte santafesino, en un fin de año, de un 2000 esperado con tantas expectativas?

Significaron: resignación en algunos, por una situación económico-social dura, que castigó a los sectores productivos, que redujo las posibilidades de crecimiento en muchos casos, que no dio tregua en cuanto a cierres de fábricas, obreros despedidos y desnutrición en niños de barrios carecientes; satisfacción en otros que pudieron obtener logros a través de obras realizadas, como pavimentos, iluminación, ampliaciones de escuelas, campañas solidarias con saldos positivos, actividades culturales como presentaciones de libros, exposiciones de pinturas de artistas regionales, festivales de teatro, títeres; desesperanza e incredulidad por la impunidad de políticos enriquecidos ilícitamente sin el castigo merecido por parte de la Justicia, por asociaciones ilícitas no denunciadas ni perseguidas para su exterminación, porque no se terminó el cabaret, como prometieron algunos políticos de la zona, porque al ciudadano común sólo le quedó seguir pagando sus impuestos y esperar que algún día de algún año, se hagan cargo de los destinos de ciudades y pueblos hombres y mujeres con convicciones claras y decisiones de vida tan profundas que aseguren el progreso, la honestidad, la paz, la libertad, la justicia y el paso definitivo a un nuevo amanecer de corazones solidarios y seres comprometidos con su pueblo.

El 2001 ya está aquí. Poco a poco se irán apagando las lucecitas de colores; los fuegos de artificio dormirán su sueño hasta fin de año y todo retornará a la normalidad.

Algunos pondrán en marcha sus proyectos, y seguramente harán lo imposible por avanzar, otros continuarán tranquilamente transitando las calles de la estafa y la mentira, codeándose con el poder para obrar impunemente... Pero por suerte la mayoría pintará el cuadro del amor, del trabajo, del sacrificio, y seguramente el 2001, también esperado con expectativas, tendrá al final su balance positivo de una región que peleará por encima de todo para obtener respuestas a sus necesidades, concreción de sus sueños y paz, por sobre todas las cosas, mucha paz.





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