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El poder de la inflación 18 -10-2021
Financiados con "la maquinita", los planes sociales son menos efectivos

“Aportan solo un cuarto del ingreso” de sectores menos favorecidos, según un informe privado. Tras la pandemia hay más asistencialismo, y se recuperó el trabajo informal, pero no bajó la pobreza.



¿Sirve convertir planes en empleo? En la OIT no le han encontrado “la fórmula” a la idea de la renta básica universal, en un mundo con más gente y menos empleo. En el país, creció el asistencialismo y también la pobreza; ahora hay un informe privado que advierte además que es poco menos que un mito que “los pobres” vivan de planes.
 

“Las evidencias demuestran que en el ingreso de los pobres, 3 de cada 4 pesos provienen de los ingresos laborales” aunque sean informales”. El párrafo pertenece a un informe del Instituto para el Desarrollo Social Argentino. El oficialismo ha puesto en crisis en concepto de los planes; los quiere “reconvertir” al advertir que organizaciones sociales como la de Emilio Pérsico -hoy funcionario nacional- manejan la “renta básica discrecional”, que le da menos rédito al Kirchnerismo que al Movimiento Evita.
 

El centro de estudios que dirige el economista Jorge Collina detalló que en el 2° trimestre del 2020, la epidemia sacó del “mercado laboral informal” a 3 millones de empleados ‘en negro’ y cuentapropistas. La suba de la pobreza hasta 40% era previsible; sin embargo la cifra no bajó aún cuando los planes se multiplicaron.

 

Foto: Gentileza


 

¿Qué está sucediendo?

 

Idesa advierte que en el 2019 la pobreza fue de 35%, cuando había muchos menos planes asistenciales: 4,2 millones de Asignaciones Universal por Hijo, (4,4 millones); el Ministerio de Desarrollo Social repartía 625 mil beneficios alimentarios, (hoy 1,7 millones de tarjetas alimentarias); 775 mil planes a organizaciones “piqueteras” (hoy son más de 1 millón a través del “Potenciar Trabajo”).
 

En base a datos del Indec, Idesa calculó que en las familias pobres, los ingresos laborales representan el 73% de los ingresos totales de las familias. Los ingresos no laborales (mayormente asistencia social) representan el otro 27% (en 2019 28%). Es decir que 3 de cada 4 pesos de los ingresos de los pobres provienen del trabajo.

 

“El asistencialismo -dice Idesa- fue transitoriamente importante para los pobres durante el 2020 cuando el confinamiento estricto los privó de salir a trabajar. Pero en el 2021, cuando la población se liberó y volvió al mercado laboral, la fuente principal de ingresos de los pobres vuelve a ser el trabajo”.

 

La “platita” empobrece

El informe considera errónea la premisa según la cual el asistencialismo “induce a la gente a no trabajar”. “Los datos sugieren que la mayoría de los pobres que reciben ayudas asistenciales se incorporan al mercado laboral, cuando tienen oportunidades de hacerlo”, expone. Idesa.
Evalúa que “la principal herramienta para luchar contra la pobreza es reducir la inflación” porque “a los ingresos generados a través del trabajo informal, que son el principal sustento de los hogares pobres, les cuesta más que al resto de las remuneraciones seguir el ritmo de los precios.
“En un contexto en el que la inflación supera el 50% anual, si el aumento de gasto asistencial es con más emisión monetaria (que exacerba la inflación), lejos de ayudar a los pobres se los termina perjudicando aún más”.


 




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