
Investigación plagada de enigmas y con numerosos involucrados.
El asesinato del hasta entonces presidente Jovenel Moise abrió en Haití, además de una puja por el poder por el momento zanjada, una investigación judicial plagada de enigmas y con muchos involucrados, la mayoría ya detenidos y algunos todavía prófugos. Un cuadro aproximado para entender la maraña que implicó el magnicidio es el siguiente: Fecha: 7 de julio Lugar: Bario Pelerin de Puerto Príncipe Comando: 28 personas: 26 colombianos y dos estadounidenses de origen haitiano. Los dos estadounidenses-haitianos son Joseph Vincent, de 55 años, y James Solages, de 35. Solages aparece como intermediario entre los colombianos y la empresa CTU. Muertos: 3 colombianos Detenidos: 26 (18 colombianos, dos estadounidenses de origen haitiano, dos policías haitianos, más el pastor y médico Christian Emmanuel Sanon; el exfuncionario Joseph Félix Badio; Solages; y el civil Dominick Cauvin). Prófugos: Siete personas, entre ellos el exsenador Joel John Joseph, cuyo rol aún no está claro. Presuntos autores intelectuales: Sanon y Badio. Planificación y organización: los exmilitares colombianos Duberney Capador (muerto) y Germán Rivera (detenido). Empresas involucradas: CTU, sede en Miami, propiedad del venezolano Antonio Intriago Valera; y Worldwide Capital Lending Group, del ecuatoriano Walter Veintemilla (financiación). Seguridad presidencial involucrada: 24 agentes sometidos a medidas cautelares y cuatro separados de la fuerza. Se investiga el rol del jefe de la Seguridad presidencial, Dimitri Hérard. Con información de Telam
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